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MOTOGP I GP DE HOLANDA

La Quebrantahuesos de Espargaró: 5 horas y 47 minutos

Aleix dice que “no podría ser ciclista profesional”, pero dejó un registro impresionante en la cicloturista de 196.4 kms y 3.354 metros en positivo de desnivel.

Assen
La Quebrantahuesos de Espargaró: 5 horas y 47 minutos
@AleixEspargaro

Aleix Espargaró tuvo tiempo, y ganas, entre las carreras de Montmeló y Assen de completar la marcha cicloturista de La Quebrantahuesos, un etapón para aficionados de 196.4 kilómetros con cuatro puertos en los que se acumulan 3.354 metros en positivo de desnivel. Partiendo de Sabiñánigo (Huesca), hasta Francia cruzando los Pirineos y vuelta. El más rápido fue Raúl Portillo y sólo 14 minutos después de él llegó a meta el piloto de Aprilia en MotoGP. Su tiempo fue un escándalo.

5 horas y 47 minutos: “¿Cómo es posible hacer un tiempo así en una carrera de 200 kilómetros y cuatro puertos? Pues entrenando muchísimo, muchísimo. Hay que diferenciar entre ir en bici y entrenar. Al principio, vas en bici, como todo el mundo, y cuando vas cogiendo un nivel tienes que dejarte asesorar a nivel nutricional, de entrenamientos con vatios y de potencia por gente que entiende. Eso es lo que realmente te hace mejorar muchísimo. Yo llevo un año y medio entrenando bien y es cuando más aprendí”.

Sus vatios: “El año pasado empecé a hacer muchas series, a trabajar con el potenciómetro, y ahora mismo puede mover unos 360 vatios durante 20 minutos. Saqué 260 vatios de media en la Quebranta, que 5 horas y 47 minutos es muchísimo. En una etapa de montaña de una vuelta, el que gana puede sacar 350 de media, que eso es inaccesible totalmente para mí, porque es lo que hago en 20 minutos”.

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@AleixEspargaro

El oficio: “Es muy importante aprender ir a rueda, aprender a no hacer cambios de ritmo, y yo he tenido la suerte de aprender todo eso con Purito Rodríguez, con el que me llevo muy bien y con el que entreno todos los días. A la Quebrantahuesos llegué con 6.500 kilómetros en las piernas desde enero”.

La prueba: “Fui todo el rato a rueda de Purito. A la salida él tenía un poco de miedo para ver cómo me iba dentro del pelotón, porque nunca había hecho una marcha así, pero hasta yo me sorprendí de lo bien que me moví, porque nunca fui más allá del veinte o el treinta de la general. Yo iba a su rueda y él nos ponía a los vatios que le tocaba. Si se nos iban, dejaba que se fueran y luego en el falso llano los cogíamos”.

Rodar con grandes: “Es brutal rodar al lado de gente como Purito, Indurain o Pereiro. Este último me dijo camino del primer puerto que no sabía lo que entrenaba yo, pero que a ese ritmo no llegaríamos. Le dije que sí y claro que llegamos. Es brutal, pero estoy acostumbrado a entrenar cada día con Luis León Sánchez, Rojas, Verona, Lobato, Soler, con un montón de profesionales con los que aprendes muchísimo. Y con Purito ya no es sólo un compañero, porque nos hemos hecho súper colegas y hablamos todos los días. No es lo mismo entrenar solo que con gente así”.

El evento: “La Quebrantahuesos es impresionante. Ojalá pueda volver cada año. Es una fiesta de la bici, con un montón de gente y un montón de historias, de superaciones personales y de amigos, con un recorrido precioso y un ambiente excepcional. Subiendo el Somport, a las ocho de la mañana ya había gente con batucadas animando al paso de los ciclistas. Ambiente muy sano, con un recorrido increíble. Para mí, el puerto más duro es el segundo, Marie-Blanque. Ahí gasté muchísimo, porque coroné a un minuto de los primeros y luego les volví a coger bajando, lo que luego pagué en el Portalet de 27 kilómetros. Ahí es donde realmente se marcan las diferencias, en los puertos al cuatro por ciento en los que puedes correr. Si vas jodido, ahí vas a ocho por hora y los demás van a veinte. En un puerto duro, si te pones de pie tampoco te hacen mucho daño. Yo hice todo igual que Raúl Portillo, que es el que llegó primero, pero perdí con él nueve minutos en los últimos siete kilómetros de Portalet, y me metió catorce en el total de la marcha”.

¿Podría ser profesional?: “Es imposible, estoy muy, muy lejos. No tengo el motor que tienen ellos. Si a la Quebrantahuesos vienen los profesionales con ganas, bajan de las cinco horas con una mano, seguro. Yo me sorprendo de lo que estoy mejorando en los tres años que llevo en bici, pero a partir de aquí va a costar mejorar. Lo más importante no es lo rápido que puedas llegar a ir en un puerto, es hacerlo día tras día, porque tú revientas y ellos son unos elegidos. Y sin dopaje, porque yo voy limpio como no puede ser de otro modo por mi deporte, y también pondría la mano en el fuego por los profesionales. No sé si me quemaría pero, con los que entreno, veo que son unos privilegiados”.

Aporte para MotoGP: “La bici lo primero que me da es felicidad, que es lo más importante. En la vida hay que hacer lo que a uno le llene. Eso es lo más importante. Y luego, a nivel físico te permite estar muy delgado, que es muy importante, y tener una base de cardio muy buena. Eso te permite usar la cabeza cuando vas al límite de pulsaciones, que es muy importante cuando vas en la moto”.

Ídolos y parecidos: “Me gustaría parecerme a Luis León Sánchez, porque creo que es el tío más clase del pelotón actual y de los ciclistas que más me gustan. Y al que más me parezco es a Carlos Verona, porque trabaja muchísimo, entrena muchísimo y nunca se salta los entrenamientos, es muy metódico, que se cuida muchísimo a nivel de nutrición y hace todas las horas de descanso que tocan. Se implica al cien por cien y luego en carrera se vacía. Y yo soy igual, súper metódico y súper profesional en este sentido”