Ferrari: los deberes para Mónaco

En el GP de España todo le salió mal a Ferrari. Problemas de fiabilidad por los que abandonó Kimi Raikkonen, errores de estrategia que dejaron a Sebastian Vettel sin podio, un ritmo de carrera insuficiente para plantar cara a Mercedes, unos retrovisores ilegales que la FIA ha obligado a cambiar y muchas complicaciones para extraer un buen rendimiento a los neumáticos.

Todo eso, sumado al dominio total de Mercedes, ha enfriado los ánimos en Maranello tras un inicio de temporada notable sobre el que también hay sombras: ya miraron con lupa su volante por una tercera leva y una parte del paddock sospecha que su motor quema aceite muy al límite de la norma, dándoles un extra en clasificación. Andy Cowell, responsable de motores de Mercedes, hablaba de "lagunas en el reglamento" y aunque Ferrari se ha defendido ("La FIA controla los datos en cada sesión", dice Mattia Binotto), ahora nadie quiere pensar que su buen arranque de curso fue un espejismo.

Por eso Vettel insta al equipo a "identificar los problemas". "No fuimos lo suficientemente rápidos, si no vemos eso es que estamos ciegos", dice el tetracampeón alemán, que además ha dado ejemplo en el equipo quedándose dos días más en Barcelona. Ayer volvió a subirse al SF71H para completar 135 vueltas en una jornada productiva, con buenos registros utilizando el neumático blando. “Aprendimos, ahora tenemos un coche más fuerte”, afirmó después.

Precisamente en los neumáticos puede estar parte del problema de la Scuderia y también la solución: Pirelli llevó a Montmeló un compuesto menos grueso que también se utilizará en Silverstone y Paul Ricard, circuitos recién asfaltados, y al que Ferrari no ha sabido adaptarse contrastando con su tradicional buen entendimiento con el fabricante de neumáticos italiano. En Mónaco (27 de mayo) se vuelve al compuesto habitual, se utilizarán hiperblandos y superblandos, y allí sufrió Mercedes y hubo doblete rosso en 2017. Al menos Kimi no tendrá que cambiar de motor, ya que la avería que sufrió fue sólo un fallo eléctrico. Quizás entonces, en Montecarlo, la Scuderia enseñe su otra cara…