Red Bull se impacienta y Ricciardo aumenta su caché
El australiano escucha ofertas, le tientan Ferrari y Mercedes, y su equipo puede lamentar la decisión de renovar primero a Verstappen hasta 2020.
Se suele decir en el paddock de la Fórmula 1 que si todos los monoplazas tuvieran el mismo motor, siempre ganaría un Red Bull. Disponen de un chasis al nivel de Mercedes o Ferrari, ya suman victorias con el propulsor de Renault y disfrutan del binomio de pilotos más competitivo de la Fórmula 1 actual gracias a Verstappen y Ricciardo, pero... una decisión estrategia ha roto la armonía en la escudería de Enstone.
En octubre de 2017 anunciaron por sorpresa la renovación de Verstappen hasta 2020 confirmando que su apuesta para volver a ser campeones es el talento holandés, lo que dejaba a Ricciardo como un incómodo segundo plato que ya ha tenido consecuencias: Daniel escucha ofertas. Ferrari le pretende, Mercedes se asomará y Red Bull no tiene por qué ser su primera opción ahora aunque él sí sea la primera opción de los energéticos. Su templanza, regularidad y experiencia con 28 años le convierten en el piloto más perseguido del mercado y la victoria en Shanghái no hace sino subir el caché.
El problema para Red Bull es que todavía dependen del piloto australiano, quien más puntos ha sumado para ellos en las últimas dos temporadas. Y el inicio de 2018 no hace más que confirmarlo con Mad Max en estado puro: en Australia se fue a la hierba persiguiendo a Magnussen y perdió así el podio, en Bahréin pinchó y dañó su monoplaza hasta abandonar tras tocar a Hamilton y en China se volvió a pasar de la raya llevándose por delante a Vettel mientras su compañero ganaba el gran premio.
Ahora Horner, jefe del equipo, dice que quieren tener resuelto el asunto “antes del verano” y probablemente hagan una ofensiva para retener a Ricciardo, que en cualquier caso ya ha dicho que con su próximo contrato, más allá del aspecto económico, lo único que quiere es luchar por los mundiales. Si Red Bull se lo puede ofrecer…