FÓRMULA 1 | GP DE CHINA

McLaren y el 'juego de rebufos' para compensar sus carencias

Volvieron a echar mano de él en la clasificación de Shanghái y Alonso fue décimo en la tabla de velocidad punta, pero no evitaron caer en la Q2.

Stoffel Vandoorne y Fernando Alonso, pilotos de McLaren, durante la clasificación del GP de China de F1.
Clive Mason
Víctor Serrano
Redactor de Motor de Diario AS desde 2016, a donde regresó tras su primera experiencia como becario en 2011. Ha viajado a las tres primeras ediciones del Dakar en Arabia Saudí, a carreras de Fórmula E y a más eventos de diferentes disciplinas. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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Ir justo detrás de otro monoplaza en una secuencia de curvas es de lo más molesto para un piloto de Fórmula 1. La corriente de aire que sale de la parte trasera del que coche que va delante genera unas molestas turbulencias al que va detrás, además de someterle a mayores temperaturas. Sin embargo, ese aire sucio en las curvas se convierte en gloria bendita en las rectas. Es entonces cuando la estela del primer monoplaza permite al segundo tener menor resistencia al aire y alcanzar una mayor velocidad punta.

Hablamos, claro, de los rebufos, y en McLaren se han convertido en todo unos expertos en aprovecharse de ellos durante las sesiones de clasificación, y no por gusto precisamente… La escasa velocidad punta que mostraban los bólidos de Woking cuando montaban motores de Honda, y que todavía arrastran con los de Renault, les hizo buscar una forma alternativa para no perder tanto tiempo en las rectas, especialmente en circuitos cuya influencia es mayor, como Monza o el que acoge el Mundial esta semana, Shanghái.

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Con sus dos largas rectas, especialmente la segunda que desemboca en la curva 14, el circuito del GP de China da una tremenda importancia a los km/h, de ahí que McLaren volviese a echar mano de su juego de rebufos para equilibrar sus carencias e intentar alcanzar la Q3, algo que de todas formas les fue imposible. ¿En qué consiste ese juego? Uno de los dos coches sacrifica su vuelta y espera a que el otro se aproveche de su rebufo en la recta idónea. Fácil de explicar, aunque no tanto de materializar. Hay que ensayarlo, y eso hacen durante los libres.

Tanto a Alonso como a Vandoorne les toca jugar ambos papeles, que es lo que quiso defender el asturiano en sus declaraciones del sábado, pero quien queda mejor clasificado en la tanda anterior es el que tiene preferencia en el movimiento. ¿Y es efectivo? Si se hace bien, sí. Para muestra, la hoja de velocidades punta de la clasificación en Shanghái en la que Fernando es 10º (325.3 km/h), a 5.8 de la máxima de Vettel (331.1), y no está de los últimos como acostumbra. Sin embargo, el resultado es parecido. Ese juego no esconde todo lo que le falta al McLaren…

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