Alarma motores F1: sin testar los 8.000 kilómetros de vida útil

El Mundial 2018 está a punto de comenzar y además de la previsible lluvia, que amenaza y complica el estreno en el trazado australiano de Albert Park, hay otro tema que tiene muy preocupados a los equipos de F1: la fiabilidad de los motores. En un campeonato limitado a tres propulsores por equipo y temporada, los test de Barcelona eran la piedra de toque perfecta para testar si las unidades de potencia están preparadas para completar el ciclo necesario que les permita no penalizar a lo largo de la temporada... y nadie pudo comprobarlo.

Las malas condiciones climatológicas sufridas en Montmeló imposibilitó acercarse a los 8.000 kilómetros calculados que debe tener de vida útil cada motor. Son 21 grandes premios en el calendario y por tanto cada uno debe durar siete fines de semana para no incumplir el reglamento y no penalizar. Testar ese rendimiento resultó imposible y aunque siete de las diez escuderías no sufrieron problemas que les hicieran usar una segunda unidad el que más rodó fue Mercedes con 4.841 kilómetros: apenas el 60% del total. Esa situación propició que, por ejemplo, Ferrari sacara el motor del monoplaza de Raikkonen para llevarlo directamente al banco de pruebas para intentar cumplir los 8.000 kilómetros mencionados.

Mucho más preocupados están en Renault y Honda ya que además de estar muy lejos de la verificación esperada, sufrieron problemas y en el caso de McLaren y Toro Rosso necesitaron utilizar tres motores, todos los permitidos para toda la temporada, para lograr una media alejadísima de la previsión. En el caso del equipo de Fernando Alonso sale en 929 kilómetros por propulsor y en el del antiguo motor de los de Woking, ahora con los de Faenza fue de 1.275.

TEST DE PRETEMPORADA EN EL CIRCUIT BARCELONA-CATALUNYA