MOTOCICLISMO | GP DE SAN MARINO
Las 7 conclusiones de Misano
La victoria de Marc Márquez y los aplausos de una parte de la grada cuando se cayó en los libres reabre las heridas entre Rossi y Márquez.
Cicatrices abiertas
La paz de Montmeló con aquel apretón de manos entre Rossi y Márquez en 2016 a pie de podio, impulsada por la consternación que todos sentíamos por la reciente pérdida de Salom, fue ensuciada en Misano por un sector de la afición que jaleó las caídas de Márquez del sábado y el domingo. No sería justo decir que fueron rossistas los que lo hicieron, porque no todos los aficionados de Valentino pitaron a Marc en tales circunstancias. Sería más correcto describirlos como gañanes o bobos que no entienden la esencia del motociclismo, un deporte en el que se juegan la vida todos los que salen a la pista.
Márquez contestó a los abucheos, tras su caída en el warm up, con besos hacia la grada y, horas después, de la mejor manera posible, con una enorme victoria que agranda su leyenda. En el podio volvió a ser pitado y ahí prefirió no lanzar más besos. Lo que sí hizo, antes y después de subir a lo más alto del cajón, fue pedir a sus aficionados que jamás se les ocurra jalear a ellos la caída de un piloto. Un señor, mal que les pese a los que aún le consideran el culpable de la pérdida del título de Rossi en 2015. Está visto que la cicatriz de aquella herida, para algunos, sigue abierta. Peor para ellos, porque eso pica
El caballo de Espartero es un pony a su lado
Alzamora no fue capaz de ver completa la carrera de Misano por los nervios que le generó la pelea de su piloto con un enorme Petrucci, que no sólo es grande por su tamaño. No extraña lo de Emilio, porque tal y como estaba la pista, con los trallazos que le dio varias veces la Honda a su piloto y con todo lo que había en juego, el nerviosismo alcanzó cotas pocas veces vista en MotoGP en muchos sitios. Visto fríamente, en realidad a Marc podía haberle dado igual ser segundo que primero, porque con Dovizioso tercero, era lo mismo estar empatados a puntos al frente de la genera que quedarse a cuatro del liderato. Matemáticamente, cualquiera de los dos estará delante del otro si gana la siguiente carrera, la de Alcañiz. Sin embargo, Marc es Marc y su valentía a la hora de arriesgar le ha llevado hasta donde le ha llevado. Dovizioso entendió que Misano era un día bueno para ser tercero y el de Cervera, en cambio, volvió a demostrar que el caballo de Espartero se queda en pony a su lado, porque a atributos no le gana nadie. Eso y una capacidad como nadie para controlar los riesgos y manejarse en el límite. A eso ayuda tanta caída durante los entrenamientos. Lleva ya 20 en lo que va de temporada, y las que quedan, porque no tiene miedo a nada y no va a cambiar su estilo.
El peso de Pedrosa
El éxtasis de alegría que se vivió en el box del Repsol Honda por la victoria de Márquez contrastó con la depresión por el decimocuarto puesto de Pedrosa, y gracias, porque a Zarco sólo le adelantó cuando éste se quedó sin gasolina. A Dani le adelantaron pilotos que incluso se habían caído delante de él, como Crutchlow o Baz, aunque el francés se volvió a caer. La razón que dio después es lo que le perjudica lo poco que pesa, 51 kilos según la web oficial del campeonato. Eso hace que a veces le resulte imposible que el neumático trasero de su Honda coja temperatura. Ya sufrió una situación igual de frustrante en Le Mans y Assen. El poco peso que tanto le ayudó para lograr dos títulos en 250cc le pasa factura en MotoGP y se antoja difícil la solución.
Lorenzo acabará ganando
Lorenzo se fue al suelo persiguiendo su primera victoria con la Ducati. Gozaba ya de cuatro segundos y medio de renta sobre sus perseguidores. Un falló de concentración tuvo la culpa, según él mismo contó. Cosas que pasan. Me quedó con la intención. Sigo convencido de que acabará llegando su primer triunfo vestido de rojo. Eso sí, ha de darse prisa si no quiere pasar su primer año en blanco en MotoGP. Desde que debutó en 2009 siempre ha ganado alguna carrera. Y se debe dar prisa no sólo porque queden cinco GGPP sino también porque en cualquier momento desde Ducati le podrían pedir que corriese pensando en ayudar a Dovizioso más que en ganar. Yo entendería que lo hicieran y Petrucci, también. El italiano reconoció que valoró dejarse pasar por Dovizioso en la última vuelta, pero que finalmente lo descartó, y que ayudará al oficial de su fábrica en próximas carreras si está en su mano hacerlo. Entiendo las órdenes de equipo y las de fábrica, aunque no se vean muchas veces. La última que recuerdo fue en la carrera que decidió el título de Moto3 entre Álex Márquez y Jack Miller, con las Honda echando una mano al español y las KTM al australiano.
Zarco a lo Simón
Ver a Zarco cruzar la meta empujando la moto mientras corría nos recordó a muchos a la misma escena que protagonizó Simón no hace tanto. Ahora Julito va vestido con los colores de Estrella Galicia Marc VDS y el año que viene lo hará con los del Reale Avintia, pero en ninguno de los dos casos como piloto sino como consejero de lujo de Tito Rabat. Me da pena que el toledano no haya podido poner punto final a su carrera cuando él haya querido sino fruto de las circunstancias del mercado. Sin embargo, al mismo tiempo me da mucha alegría verle feliz y vinculado a la máxima competición del campeonato. Puro amor por las motos y las carreras el suyo.
Y si ganara Luthi
Parece increíble, pero es cierto que a estas alturas Luthi esté a sólo nueve puntos en la general de Morbidelli, habiendo ganado el suizo cinco carreras menos que el italiano y sólo con un cero menos que su rival. La regularidad es su mayor baza y, aunque a mí no sea un piloto que me enamore por falta de pegada en los duelos con otros pilotos, hay que reconocerle su mérito. Mira que si al final gana el título él. Sigo pensando que será para Morbidelli, pero visto lo visto no hay que descartar cualquier cosas.
Qué claro lo tiene Mir
Lo de Mir es alucinante. En días como el de Misano no se ganan títulos, pero sí que se pierden o se complican. Estaba hablando con los periodista, diciendo justamente algo parecido, en el momento en el que se produjo la caída de Morbidelli en Moto2 cuando lideraba. El mejor ejemplo posible de lo que no había que hacer para complicarse un campeonato y todo lo contrario a lo que había hecho él. Su segundo le supo a victoria y tenía motivos de sobra para ello. Ahora son 61 puntos los que le saca al segundo, un Fenati que lo bordó sobre el asfalto mojado y que sabe hace tiempo que el título este año se va para Mallorca.