"El consejo de mi hermano fue que me quedara en Moto2"

—A ver, no miré yo la posibilidad de subir sino que el equipo me presionó bastante para que subiera. El equipo quería que estuviera en MotoGP, sobre todo en Mugello y Montmeló, pero después de Montmeló (donde ganó) ya dije que no, que quería hacer un año más de Moto2 y que se olvidaran de MotoGP. Cuando subes a MotoGP, lo tienes que tener todo muy claro y yo quería quedarme otro año para aprender más cosas y mi objetivo es estar en MotoGP en 2019. No tengo prisa, pero habrá que intentarlo.

—No debe ser fácil decir que no a MotoGP…

—Ya, pero últimamente la gente sube demasiado pronto. De Moto3 a Moto2 y de Moto2 a MotoGP en cuanto hay una oportunidad se van. ¿Qué hago yo? ¿Subo con 21 años a MotoGP donde, si todo va bien estás hasta los 35? Son muchos años. Hay mucho tiempo y yo quiero ser campeón de Moto2, donde tengo aún cosas por aprender. No es que gane todas las carreras y me aburra ya en esta categoría.

—Imagino que, además, no será lo mismo dar el salto con un equipo satélite que a uno oficial, por ejemplo el Repsol Honda, con su hermano Marc de compañero si se diera la posibilidad…

—(Sonrisa). Subir a MotoGP con una oficial, con la que sea, es muy difícil y hay que hacerlo muy bien en Moto2, ser muy superior a los demás para que subas con una moto oficial. Eso sería lo perfecto, lo ideal, pero es muy difícil y no me he quedado en Moto2 para ver si el año que viene tengo alguna oferta de subir con una moto oficial. A lo mejor el año que viene no me va bien y tampoco subo entonces a MotoGP… Me he quedado porque sentía que tenía que quedarme un año más.

—¿Significa eso que ya no se ve campeón este año? Está tercero, a 35 puntos de Morbidelli.

—No. A lo mejor puedo ser campeón dos años, eso no se sabe. Yo dije que aunque ganara el título este año quería quedarme otro más en Moto2.

—¿Es en ese sentido Zarco un buen ejemplo a seguir?

—Pues creo que sí. Además, Zarco tiene 26 años (cumple los 27 el 16 de julio) y yo soy más joven que él (tiene 21). Me he quedado para aprender más, no porque tuviera una mala opción en MotoGP.

—¿Qué le queda por aprender para poder ser campeón de Moto2?

—Lo primero, ser campeón, y adaptarme mejor cuando cambian las condiciones, como el otro día en Assen. Eso en MotoGP es clave, con el flag to flag, y tengo que aprender aún a manejarme así con motos grandes, porque en Moto3 lo hacía bien, pero aún no en Moto2.

—¿Ha felicitado a su compañero Morbidelli por el salto y qué espera de su futuro compañero, Mir?

—Con Franco aún no he podido hablar, pero hay que felicitarle. Está haciendo una temporada increíble en Moto2 y se merece tener una plaza en MotoGP. Y sobre el año que viene, llega al box Joan Mir, que seguro que viene con muchas ganas, con mucha hambre, y eso es un plus extra para mí de motivación. Seguro que irá bien. Mire Bagnaia cómo va este año.

—¿Qué le ha dicho su hermano Marc?

—Su consejo era que me quedara en Moto2. Él sabe lo que es subir y que para hacerlo hay que tener las cosas muy claras, porque si subes con dudas, mal. En MotoGP, cuando va mal, va muy mal. Lo que sufrí el primer año en Moto2 no tiene nada que ver con un año malo de MotoGP.

—¿Un año malo de MotoGP como el que tuvo en Moto2 puede enterrar de por vida las opciones de un piloto?

—Exacto. Puedes tener firmados dos años de contrato pero, si no lo haces bien, ¿dónde vas después? Hay que subir cuando se ha quemado la etapa de Moto2 y yo siento que aún no la he quemado. Me quedan muchas cosas por hacer. Sólo llevo dos victorias y dos podios, tampoco es que me haya paseado.

—¿Quién es la persona que más tiene en cuenta en sus decisiones? Está rodeado de sus padres, su hermano, Alzamora…

—Emilio me pone siempre su opinión sobre la mesa, y lo mismo Marc y mis padres. Yo me dejo asesorar, pero siempre tomo la idea que tengo clara. No voy a negar que para esta he tenido dudas, pero en caliente. Cuando te viene el jefe del equipo y te dice que si quieres subir a MotoGP, no es fácil decir que no, porque es MotoGP… Pero luego lo piensas y ves que es demasiado precipitado, sin saber si ganaré antes el Mundial. Al final, la gente de lo que se acuerda es de los mundiales y yo quiero ganar el de Moto2. En Moto3 me la jugué, porque firmé en Brno sin saber si sería campeón, pero me salió bien. Ahora no me la juego.

—¿No le preocupa que un mal año en 2018 le cierre las puertas de MotoGP para 2019?

—Está claro. He firmado un año porque necesito la motivación de tener que renovar. Si no tengo ofertas el año que viene para subir, será porque no las merezco. En cambio, si lo hago bien, sé que tendré la oportunidad. Eso es un aliciente para cumplir mi sueño, que es llegar a MotoGP siendo campeón de Moto2. Y si no llega, habrá que hacer otro año de Moto2.

—¿Apretará a su hermano Marc para que, a la hora de negociar su renovación con Honda, ponga como condición que le coloquen a usted a su lado como compañero de equipo en 2019? No sería una mala arma esa…

—(Sonrisa). Eso nunca. Vaya donde vaya, quiero ir porque me lo merezca y porque he ganado muchas carreras de Moto2. No voy a pedirle eso a Marc, nunca, ni para renovar en Honda ni si se va a otro sitio.

—¿Quién de los dos guarda la foto del test de Valencia rodando juntos con la Honda de MotoGP?

—Me la regalaron, pero no soy de poner mis fotos por casa. La pondré algún día en la nave. Aún está guardada.

—Le deseo lo mejor para este año y el futuro.

—Gracias. Hay que mantenerse arriba.