Muere Nicky Hayden

Luto en el deporte en general y en el motociclismo en particular. Nicky Hayden (30 de julio de 1981- 22 de mayo de 2017) ya no está entre nosotros. El grave accidente que sufrió el miércoles de la semana pasada mientras se entrenaba montando en bicicleta por una carretera en Rimini no ha tenido solución posible. Así lo han confirmado desde el hospital Bufalini de Cesena, donde se encontraba ingresado de extrema gravedad por las gravísimas lesiones cerebrales sufridas después de impactar con su cuerpo violentamente contra un coche.

“Los médicos han confirmado la muerte del paciente Nicholas Patrick Hayden que estaba ingresado desde el miércoles 17 de mayo en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Cesena Bufalini como resultado de lesiones graves múltiples ocurrido en esa fecha”, han comunicado desde el centro médico. Se trata, sin duda, de una tristísima noticia que ya se intuía durante el pasado GP de Francia en el paddock de MotoGP, al que perteneció desde la temporada de 2003 hasta la de 2015. En ese tiempo se hizo muchos amigos el de Kentucky, porque nunca se le vio un mal gesto con nadie. Era un tío de los que caía bien de entrada, guapete y con una amplia sonrisa a la que sólo le faltaba lanzar destellos. Y procedente de una familia motera muy implicada en las carreras, porque desde sus padres hasta sus dos hermanos y su hermana han competido alguna vez. Qué orgulloso se sentía el día que su padre presentó el libro de carreras de la familia en Indianápolis, hace dos o tres temporadas.

Sin duda, era un lujo saludarle y le gustaba sorprenderte chocando los cinco de muchas maneras posibles. Fue el primer tío al que vi saludar con el puño cerrado de puño a puño, en plan muy yankee. Aunque la mejor escena junto a él fue cuando el mismísimo Michael Jordan se acercó hasta su box en Valencia para saludarle. Me pidió que les hiciera una foto y, como era un chico generoso, no le importó que me adobara a ellos para tener ocasión de saludar yo también al célebre 23, el mismo que admiraba a su compatriota y a Rossi.

Hayden dominaba la técnica del derrapaje y fue el primero en ganar cuando el Mundial regresó a Laguna Seca. Allí no permitió que nadie le chupara rueda porque nadie se la dio a él cuando llegó en 2003 a circuitos en los que estaba absolutamente perdido. Qué divertido y emocionante fue verle dar brincos en lo alto del podio tras aquella carrera californiana de 2005. Al año siguiente volvería a repetir victoria allí, la tercera y la última de su andadura en la clase reina, aunque el premio gordo estaba por llegar… En ese mismo curso de 2006 conseguía destronar contra todo pronóstico a Rossi y se coronaba campeón del mundo. La imagen de sus emocionadas lágrimas al acabar la prueba de Cheste mientras paseaba la bandera de Estados Unidos dio la vuelta al mundo y ahora es el mundo de la moto y el deporte el que llora por él.

Desde el primer momento se supo que la situación de Nicky era muy crítica por los severos daños cerebrales que sufría y en realidad se enfrentaba a un doble problema, el de sobrevivir y, en caso de conseguirlo, de qué manera lo haría. Así que no queda otra que desear que descanse en paz, acompañar en el sentimiento a toda su familia y allegados y maldecir la mala suerte que ha tenido un Kentucky Kid, un chico que se jugaba la vida a más de 350 por hora, en la actualidad con Honda en las SBK, y que la perdido rodando infinitamente más despacio en bicicleta.

Reacciones del mundo del deporte a la pérdida de Hayden