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MOTOGP | LA INTRAHISTORIA

Aleix ve la bici como una forma de vida y venera a Armstrong

El mayor de los Espargaró ha cumplido un sueño en Austin al poder rodar junto a Lance, del que dice que "fue el mejor en una época turbia".

Austin
Lance Armstrong y Aleix Espargaró.

A Aleix Espargaró nunca le ha importado moverse en aguas pantanosas, por eso y, pese a la mala reputación que tiene a nivel mundial Lance Armstrong, ganada a pulso por sus fraudulentas victorias dopado, reconoce abiertamente su admiración por el exciclista. El ganador de siete Tours de Francia, de los que luego fue desposeído, nació en Austin y tiene aquí una famosa tienda de bicicletas en la que el piloto Aprilia de MotoGP pudo conocerle el jueves, cumpliendo así una de las ilusiones de su vida.

Habrá a quien pueda resultarle chocante que el de Granollers sienta la bici como una forma vida (lleva tatuada una en el muslo derecho) y al mismo tiempo tenga a Armstrong como a uno de sus grandes ídolos. Él tiene sus argumentos: “Una de las preguntas que me hicieron en la presentación de Aprilia fue con qué famoso nos gustaría cenar y, mientras mi compañero de equipo dijo Charlize Theron, yo dije Lance Armstrong. Estuve desayunando con él en su tienda, Johnny Mellow, junto a Miller y Crutchlow, y luego hicimos un par de horas rodando con él por Austin. Íbamos charlando. Poder rodar con él es un lujo y no era cuestión de apretar sino de charlar. No sabe mucho de motos, pero preguntó mucho. Él ahora está casi más metido en el triatlón que en otra cosa”.

Aleix no elude la pregunta sobre el fiasco que resultó conocer las tramas de dopaje de Armstrong y cree que "es un tema muy delicado. Seguro que no nos pondríamos de acuerdo en una mesa con varios aficionados al ciclismo. Yo soy de los que piensa que fue una época muy turbia y que lo mejor es no mirar hacia atrás y olvidar lo que pasó, porque en esa época estaba abierta la veda del doping. No creo que haya muchísimos que puedan levantar la mano y decir que no se dopaban. Él fue el mejor en su momento. Gracias a Dios el ciclismo ha cambiado muchísimo. Tengo muchos amigos ciclistas y pondría las dos manos en el fuego por ellos”.

Esas amisstades ciclistas le han permitido mejorar mucho dando pedales. “Entreno mucho con Roji (José Joaquín Rojas), con Purito, Luis León Sánchez, Lobato, con Valverde un par de veces la semana pasada, Erviti también es amigo mío. Con los que más salgo es con Roji y con Erviti. Estamos en un grupo de Whatsapp con un montón de ciclistas en Andorra y cuando no salgo con uno lo hago con otro. Debo estar alrededor de los 14.000 kilómetros al año con la bici. No hago muchos más con la MotoGP. Estoy envenenado. Me gusta mucho. Va bien para la cabeza y para el físico, para estar muy delgado. Para mí la bici es una manera de vivir”, asegura antes de desvelar a AS la colección de bicicletas con la que ya cuenta: “Tengo la bici de Sagan, la Trek de Contador me está a punto de llegar, a final de año espero tener la de Valverde y una réplica de la de Purito que estoy haciendo, y dos tesoros, que son una réplica de Armstrong del Tour del 2000 y una que tenía de recambio Pantani. Esas dos son las joyas de la corona”.

En el día mundial de la bicicleta tuiteó la foto precisamente de Armstrong y Pantani montados en esas bicis, sin importarle recibir críticas por idolatrar a unos deportistas cuyos resultados estaban manchados por el dopaje. Podrá gustar más o menos lo que dice, pero no se le podrá negar nunca sinceridad al bueno de Aleix, que en el GP de Las Américas ha arrancado con un buen noveno puesto en el FP1.