Me mira desde lejos en el paddock de Sakhir, saluda con la mirada y después, de manera sorprendente, hace ese gesto. Jacques Villeneuve parece coger algo, se lleva las manos a los alrededores de sus partes bajas y cuando llego a donde está, este canadiense increíble me dice bien claro: "Un par de c... tiene Alonso". Y ya que estamos hablando, le preguntamos algunas cosas sobre esas 500 Millas de Indianápolis que Jacques ya ganó en 1995…
—Dos años después logró el título mundial… ¿Qué es más emocionante ganar, las 500 Millas de Indianápolis o el título de Fórmula 1?
—Es muy diferente, las dos cosas son increíbles, pero quizá es un momento más especial el de Indianápolis sobre todo por el ambiente que hay, por todo lo que se vive allí. El Mundial de Fórmula 1 se agradece más por decirlo de alguna manera, porque no es una sola carrera sino que es el resultado del trabajo de todo un año y eso también es muy importante.