Coca y viagra para evitar el mal de altura en Bolivia

Uno de los grandes retos del Dakar 2017 son las seis jornadas por encima de 3.000 metros. El temido mal de altura preocupa a toda la caravana de la prueba, aunque Marc Coma resta importancia al tema y bromea: “En Bolivia se juega al fútbol y los niños corren. No estamos en la luna”.

El pentacampeón de motos en el Dakar, ahora director de la prueba, explica que “las etapas en altura han seguido un proceso". "El primer año sólo vinieron las motos, el segundo motos y coches, y el tercero ya todos, incluidas asistencias. Este año hemos ido más allá, pero hemos ido también paulatinamente, con una primera etapa con un pico, y luego ascendiendo poco a poco. Y no hay que hacer dramas. El mal de montaña tan sólo da mareos y dolor de cabeza”.

Eso sí, Coma reconoce que “nos crea problemas logísticos, porque los helicópteros no pueden volar con mucho peso, y nos tenemos que apoyar más en los medios terrestres, que se han reforzado, y todos cuentan con oxígeno. Pero aún así seguimos contando con seis helicópteros. Para evitar problemas hemos decidido crear las puertas cerradas para motos y quads, que no podrán continuar en carrera si no llegan a la frontera con Bolivia a las seis de la tarde”.

Daniel Roubicek, médico de la carrera, explica: “El pasado año atendimos a quinientas personas en dos días que estuvimos en altura. Recomendamos mucha hidratación y evitar esfuerzos, el alcohol y el tabaco, y si hay dolor de cabeza ibuprofeno o paracetamol con cafeína. Este año estamos desaconsejando los diuréticos, y las dos únicas formas de combatirlo es la hoja de coca y la viagra, según los manuales de medicina. Pero este año se está ascendiendo poco a poco, y no como hace dos años que se subió desde Iquique a nivel del mar hasta Uyuni a casi 4.000 metros”.