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MOTOCICLISMO

Márquez: "Que te abrasen en las rectas te curte como piloto"

El pentacampeón de 23 años pasó por 'El Larguero' de la Cadena SER, donde habló del final de la temporada del Mundial de MotoGP y de sus retos de futuro.

ChesteActualizado a
Marc Márquez estuvo en El Larguero de la Cadena SER con Mela Chércoles. Pasó revista al Mundial de MotoGP.

Marc Márquez aprovechó la noche de transición entre el final de la temporada 2016 y el arranque de los apasionantes test invernales de 2017 para pasar por El Larguero de la Cadena SER. El pentacampeón de 23 años sigue muy feliz con el título de este año y siente curiosidad por lo que le deparará el futuro, en el que no podrán faltar de nuevo en su maleta sus calzoncillos azules para los viernes y sábados de GP y los rojos para los domingos de carreras.

Tendrá curiosidad por probar su nueva Honda mañana (por hoy), pero seguro que también expectación por ver lo que pasa en los otros boxes con tanto cambio a raíz de la salida de Lorenzo de Yamaha. ¿Es así?

Sí, está claro que hay un morbo especial con este inicio de pretemporada, porque hace dos años todos nos quedamos en los mismos equipos, pero ahora hay muchos cambios. Valentino (Rossi), Dani (Pedrosa) y yo somos casi los únicos que nos quedamos en los equipos que estábamos y esto es bonito de ver. A mí me gusta, para saber también cómo están las otras marcas con diferentes pilotos encima de sus motos.

¿Qué tiene de novedoso la nueva Honda?

Estrenamos motor. A ver qué tal va. De momento sólo probaremos motor y no sé si algunas cosas más. Depende de cómo vaya el entreno, pero tenemos una prioridad: mejorar la aceleración. Iremos pasito a pasito, porque a veces cuando pruebas muchas cosas de golpe no sabes por dónde tirar.

Falta le hace que el nuevo motor vaya bien, porque en la carrera de Valencia se volvió a ver que la Ducati le abrasaba sistemáticamente en las rectas. ¿Qué se siente cuando se pierde en las rectas lo que se gana en las curvas?

Está claro que se te complica un poquito la vida. Yendo solo en los entrenos es mucho más fácil y cuando me pude escapar de Iannone pude incrementar un poquito mi ritmo y casi atrapamos a Jorge (Lorenzo). Esto también te curte como piloto. En 2013 y 2014 sí que había tenido una muy buena moto, quizá la mejor de la parrilla, pero estos dos últimos años me ha costado más y estamos intentando arreglar el problemilla.

¿Cómo le suena de primeras el binomio Lorenzo-Ducati? ¿Es el rival que más le preocupa?

Es interesante, porque la Ducati parece que va bien, que está mejorando mucho y que finalmente tendrán un piloto que viene de estar delante, de ganar muchas carreras y títulos con otra marca y hay que ver qué nivel dan. Como compañero de MotoGP le deseo que disfrute encima de la moto, pero no le deseo que vaya más rápido que con la Yamaha porque nos complicará la vida.

Aunque corre más la Ducati y la Yamaha va bien, ha ganado usted con la Honda. ¿Ha sido porque ha echado más cuentas que nunca?

Sí, esta es la mentalidad que hemos introducido, la actualización del software de la cabeza. (Risas). Hasta ahora me tomaba cada carrera como una final y eso me hizo el año pasado perder el Mundial por muchos errores y ceros que se podían haber evitado. Este año las he afrontado de una manera diferente. Quizá más conservador en alguna, pero también se ha tenido que arriesgar mucho.

Es que la pretemporada empezó siendo un drama, a un segundo de la cabeza y oyéndose en su box que ganar el título este año sería un milagro. ¿Qué pensaba en esos momentos?

Se dijo eso. En una cena en Malasia le dije al equipo que, como no cambiara mucho la historia, estaba complicado. Poco a poco, fuimos creyendo en nosotros mismos y esto fue lo más importante, pero se veía una montaña muy grande delante.

¿Quién es el que más le ha ayudado a cambiar ese software en su cabeza?

Está claro que ahí Emilio Alzamora siempre está observando y dándome sus consejos. Y también está Santi (Hernández), que es mi técnico. Entre ellos dos me aconsejan y yo intento escuchar todo lo que puedo, aunque uno mismo lo ve. Me gusta analizar en el invierno la temporada, lo que he hecho bien y mal. El año pasado tuve que hacer muchos deberes, entender muchas cosas, y eso lo hemos podido utilizar.

¿Qué tiene que mejorar de cara al próximo año?

Veremos, veremos. Será importante la pretemporada, trabajar mucho con la moto para intentar solucionar el punto débil. Sé que no se solucionarán los problemas en un abrir y cerrar de ojo, pero a ver si mejoramos la aceleración y luego plantear la temporada.

Una cosa que tiene que conservar son los codos mágicos, que le salvaron en Alcañiz de una caída que parecía segura y que habría cambiado la temporada. ¿Cómo lo entrena?

(Sonrisa). No se entrena, simplemente son actos reflejos. Por el estilo de pilotaje que tengo, uso mucho los codos, tocando en el suelo cuando inclino en la curva. Esto permite que cuando la rueda patina un poco más de la cuenta en la curva, sobre todo la delantera, pueda salvar caídas, porque tienes otros apoyo, la rodilla más el codo. Esto me ha salvado de caídas como la de Aragón, donde estaba ya en el suelo, o Montmeló, que era otro cero. Y algunas más en entrenos. Es espectacular de ver, pero espero no tener que utilizarlos mucho.

Ahora los usan casi todos. ¿Se siente orgulloso de haber creado un estilo?

Algún piloto lo había hecho en el pasado muy esporádicamente y yo en Moto2 ya los introduje en mi estilo de pilotaje, porque sufría mucho con el neumático delantero. Cuando llegué a MotoGP, vi que podían ser útiles y ya los emplea todo el mundo, hasta chavalines de ocho años con las motos pequeñitas. Cuando esos lleguen aquí ya se tocará con el hombro.

¿Y quién puso de moda lo de sacar la pierna en las frenadas?

Eso Rossi. Es un tema más de inercias. Parece que colocas un poco mejor el cuerpo y buscas estabilidad en la moto, pero Jorge no saca ni un pie y vas más rápido que nadie.

Simoncelli decía que le ayudaba a frenar la moto.

También, pero es que Simoncelli tenía el doble de pierna que yo y seguro que lo notaba.

¿A algunos les sirve eso para tapar espacios?

Sí que tapa un pelín de espacio, pero no te condiciona mucho a la hora de adelantar. Yo, por ejemplo, sólo saco la pierna en las curvas de izquierda y no en las de derecha. No sé por qué, pero imagino que porque en la derecha tengo el freno trasero.

Qué lejos quedan los tiempos en los que le tenían que poner mucho lastre en la moto...

Sí, porque pesaba 38 kilos y me metían 20 kilos de lastre. (Risas).

¿Fue larga la noche del domingo?

Sí, porque un Mundial no te cansas de celebrarlo y era la primera fiesta con todos los patrocinadores. Fue larguita.

Debe ser el Mundial más celebrado de la historia... ¿Cuántas fiestas ha hecho por este título?

(Sonríe). En Japón, en Australia lo volví a celebrar, luego en Cervera con los amigos de casa hicimos una cenita, después la de aquí y queda todo el invierno... (Risas).

¿Se ve para siempre piloto de Honda?

Si me lo preguntan ahora, digo que me veo en Honda y que mi corazón dice que me tengo que quedar en Honda, pero no sabes nunca las vueltas que da la vida.

Tiene 23 años y Rossi 37. ¿Hasta cuándo se ve encima de la moto?

Lo que está haciendo Valentino tiene mucho mérito, porque no sólo es competir con 37 años sino seguir al mismo nivel que tenía hace 20. Es increíble. Tiene las ganas de seguir en la moto y ese espíritu. La clave es eso, la mentalidad para mantener esa motivación. Ojalá pueda llegar yo tan lejos.

¿Le presiona o le motiva que para 2017 vuelva a ser el rival a batir?

Es una presión más, pero no creo que haya una presión superior a la de este año. Intentas que la tensión te haga estar más concentrado. Toca defender título y no es la primera vez que lo hago en MotoGP. A ver si lo podemos hacer bien. Cuando el año anterior has sido campeón, estás un poco más relajado que cuando vienes de un año malo, porque no te puedes permitir el lujo de tener dos años malos consecutivos.

Un día le llegará la presión del público y de los periodistas por querer verle ganar con otra moto diferente a la Honda y emular así a Rossi. ¿Es consciente de ello?

Sí, seguro. Llegarán esos comentarios, pero haré lo que sienta que debo hacer. Jorge siempre decía que su sueño era retirarse en Yamaha y al final la vida le ha llevado a otra marca.

¿Usted hubiera hecho el mismo movimiento que Lorenzo de estar en su piel?

Es difícil de decir desde fuera. No sabes el ambiente que hay o cómo se encontraba, pero es un paso atrevido. Vienes de una moto que sabes que va bien y con la que estás para ganar, para irte a otra que parece que va bien, pero nadie la ha hecho ganar estos años el campeonato. Es arriesgado, pero si lo sentía así era el momento justo, porque es una moto que ha estado muchas veces en el podio.

Y mucha pasta...

(Sonríe). El dinero va por pilotos. Unos son más peseteros y otros menos. Yo creo que si miras el dinero vas mal. Si das gas viene el dinero. Si no lo das, no viene nada.

¿Qué le han dicho en casa sus padres con este título?

-Los padres y la familia son los que lo viven más, porque están en el día a día apoyando y es importante tener una cierta estabilidad y una buena relación. Ellos están encantados de la vida. El primer boom fue cuando empecé a ganar títulos y sobre todo con el primero de MotoGP.

¿Tuvieron que sujetarle un poco?

No, es que todos estamos descolocados porque nos venía todo muy grande. Ahora ya sabemos cómo manejar las situaciones.

Con cuatro años le pidió a Papá Noel una moto. ¿Qué moto era?

En la carta le puse una moto de hacer saltos. Siempre me había gustado el motocross y las motos de campo y tierra, pero al final la vida me ha llevado a la velocidad.

¿Se ve un día corriendo el Dakar?

El Dakar en moto es complicado... Lo veo peligroso. Me da respeto, porque se va muy rápido, pero en coche por qué no. Aunque el Dakar verdadero es en moto y, no sé si compitiendo, pero por qué no hacerlo por disfrutar.

Se acaba de echar las manos a la cabeza su madre al escuchar que hará el Dakar en coche.

Lo he dicho pero no creo. Me gustaría hacerlo en moto, en plan relax.

Pero si no sabe ir despacio ni a por el pan. ¿Qué va a pedir este año a Papá Noel?

Tengo la suerte de que no hace falta que le pida nada. Siempre pido salud y que todos los de mi entorno y familia estén bien.

¿Ha mejorado la relación con Rossi?

Ha mejorado, ha mejorado. Ahora al menos tenemos una relación profesional y cordial, que es lo mínimo. Todos nos tenemos que tener respeto. Eso es lo bueno del motociclismo. Durante la temporada hay tensión, pero luego en el podio de Valencia estaba con Iannone y Jorge hablando de dónde era la fiesta para ir juntos. Es lo bonito del deporte, que se acaba la temporada y fuera tensiones, que ya volverán cuando empiece de nuevo en Qatar. Una relación profesional es lo mínimo.

¿Lo pasó mal cuando no se hablaban?

Honestamente, no me comía mucho la cabeza y mal no lo pasaba. Sí que lo pasé mal, entre comillas, cuando se acabó Valencia, porque tenía rabia de lo que pasaba y de lo que se hablaba, pero supe entender también que hay cosas que no están en tus manos. Eso hay que saber aceptarlo y pasar página para ir a lo tuyo, que es lo más importante.

Este año en Valencia se dio un resultado al de la carrera del año pasado que trajo tanto pollo, cambiando la figura de Pedrosa por Iannone. ¿Ironías del destino?

No me gusta remover el pasado. Aquí me tiré la primera parte de la carrera detrás de Valentino sin poder pasarlo, no porque no quisiera. Quería pasarlo para ir a por Jorge, pero es un circuito difícil de adelantar y si no eres muy superior al de delante no puedes hacerlo. Hubo un problema con el embrague en la salida, que patinó y luego cogió de golpe, se me levantó la rueda y perdí siete u ocho posiciones de golpe, lo que me complicó la vida.

¿Cómo es su relación Lorenzo?

Buena. Con él siempre he tenido una relación cordial y profesional. No nos iremos juntos a tomar un refresco, porque somos rivales, pero el domingo por la noche estábamos muchos pilotos de MotoGP en la misma fiesta. Durante el año está la tensión típica y con el que te enfrentas en cada carrera, contra menos información tenga de ti y hables con él, mejor.

¿Con quién se lleva mejor de todos?

Siempre te llevas muy bien con los de otras categorías o con los que están luchando por las últimas cinco posiciones. Esto nos pasa a todos y el que diga lo contrario miente.

De Maverick Viñales no hemos hablado. Él no llega a Yamaha con la intención de diputarle a Rossi la supremacía del box sino directamente de ir a por su título. ¿Cómo le ve?

No habíamos coincidido nunca en el Mundial hasta MotoGP, pero sí que lo habíamos hecho de pequeñitos en copas de promoción. Ahí luchábamos por victorias y podios y ahora ha demostrado que es un piloto rápido con la Suzuki que va a Yamaha para ganar el título, no para ser el mejor de Yamaha. El paso que ha hecho para él, profesionalmente, es bueno.

¿Tiene supersticiones o manías?

Siempre las mismas horas para comer o vestirse, pero sirve de concentración. Me pongo el guante derecho primero, me subo a la moto por la parte izquierda, pero son cosas más de ordenador. La única superstición que tengo son los calzoncillos.

¿Sigue con los mismos desde que estaba en 125?

A ver. (Risas). En invierno, los de esta temporada los renuevo, pero tienen que ser azules para el viernes y sábado y rojos para el domingo. Eso es así cada año y es lo primero que entra en la maleta. Si se pierden me da algo y voy a comprar unos. Lo hago desde que tengo diez años y eso permanece.

¿Le gustaría decir a los que le escuchan algo para terminar?

Que espero que hayan disfrutado este año y que siempre intentaré ser así, dando el cien por cien para que disfruten desde la grada. Y gracias por el apoyo, porque los incondicionales son siempre los buenos.