Charlie Whiting: el hombre que decide parar o correr en la F1
El británico, de 64 años, tuvo que escuchar pitos en Interlagos como pocas veces se recuerdan. Llegó al cargo en 1997: "No espero felicitaciones por un buen GP", dice.
Los pitos fueron in crescendo en Interlagos mientras una veintena de los monoplazas más avanzados del mundo perseguían al coche de seguridad. No era la primera vez que el safety car hacía su aparición en el GP de Brasil. Ni la segunda, ni la tercera, por eso muchas miradas se dirigieron hacia Charlie Whiting, el Director de Carrera en la Fórmula 1, el hombre que decide cuándo se corre, cuándo se para, cuándo un adelantamiento es válido y cuándo se suspende la carrera.
El británico Whiting está teniendo un final de temporada complicado. En México tuvo que escuchar cómo un tetracampeón del mundo de F1 le mandaba personalmente "a la mierda", mientras varios de los pilotos reclamaban claridad en las normas. "Mi tío o mi abuelo no entienden cuándo se penaliza", decía Sainz al llegar a Brasil.
Whiting, nacido en Kent hace 64 años, llegó en los 70 a la Fórmula 1 como mecánico de Brabham, el equipo de Bernie Ecclestone. Su experiencia le valió en 1988 el ascenso a la FIA como Delegado Técnico en la Fórmula 1 y desde 1997 es el Director de Carrera de la F1. Hacia él se dirigen muchas de las quejas de las últimas temporadas, los que reclaman que el deporte se ha complicado demasiado y las sanciones no siempre son comparables.
Desde su cargo, Whiting se reúne todos los jueves con los pilotos, de quienes afirmaba en marzo de este año: "Ya tienen suficiente voz en la Fórmula 1, no sé en qué aspecto podrían tener más, disponen de muchísimas oportunidades para hablar sobre reglas con nosotros". Todo porque la asociación de esos pilotos (GPDA) cuestionó abiertamente con una carta "el proceso de toma de decisiones obsoleto y mal estructurado" de la Fórmula 1.
"No espero que nadie venga y me diga que ha sido un gran premio muy bien dirigido, así que si nadie se queja sobre algo, buena señal", afirma Whiting, haciendo de la discreción una habilidad. El problema llega cuando aficionados, jefes de escudería e incluso los pilotos a través de la radio te recriminan tus decisiones como ha sucedido en Brasil 2016.