Bakú: dinero del petróleo para la F-1 más 'ratonera' y angosta

La FIA recomienda que el ancho mínimo de un circuito que acoge Fórmula 1 sea de doce metros. Quince presenta el Autódromo Hermanos Rodríguez que devolvió a México el año pasado al Mundial. Seguridad y mejora del espectáculo para favorecer los adelantamientos son las dos principales razones de esta medida. Reglas para todos... salvo que pagues 46 millones de euros al año. Esa es la cifra que Bakú, capital de Azerbaiyán, abona a Bernie Ecclestone al año para estrenarse en el Mundial 2016, bajo la denominación de GP de Europa, el 16 de junio.

Y, claro, con semejantes cantidades puedes hacer prácticamente lo que quieras. Bajo la dirección de Hermann Tilke, quién si no, se está construyendo en el país asiático una pista con un máximo ancho de 13 metros y un mínimo de... 7,6 en la calle Aziz Alivey. Estrecho, angosto, ratonero... con nada menos que veinte curvas, el tercero con más del Mundial sólo por detrás de las 23 de Singapur y las 21 de Abu Dhabi.

La fijación de los organizadores de llevar el trazado, urbano y que tendrá seis kilómetros de cuerda, al casco antiguo obliga a que los monoplazas estén obligados a pasar por vías, ahora empedradas en algunos casos, que no están pensadas para ver coches participando en una carrera. Y menos de F-1 con chasis de 180 centímetros de ancho, que en 2017 alcanzarán los dos metros.

"Las obras van a buen ritmo para garantizar que tendremos una carrera en las mejores condiciones", asegura Nigar Arpadarai, responsable de marketing y comunicación del gran premio, para negar después que la crisis del petróleo, que ha devaluado la moneda (manat) de un país que vive casi exclusivamente de sus réditos, pueda afectar a la celebración de la prueba. Bakú promete emociones fuertes, pero si eso conlleva que los adelantamientos deben ser los protagonistas el espectáculo tiene un difícil desafío por delante.

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