Ediciones
Resultados
Síguenos en
Hola

CONTROVERSIA EN EL EQUIPO ITALIANO

El holandés Max Verstappen es el piloto favorito de Toro Rosso

El jefe del equipo defiende la actitud del piloto de 17 años en contra de la tesis de su compañero, Carlos Sainz. El holandés no mejoró posición, mientras el español ganó cinco.

 Carlos Sainz y Max Verstappen tienen una relación cordial pero lo sucedido en Singapur ha hecho saltar chispas.
Getty

Mientras operarios yemeníes con las ojeras descolgadas desmontaban el circuito en la noche de Singapur, a escasos metros de la pista, pilotos, mecánicos, ingenieros e incluso algunos periodistas se dejaban horas de sueño bailando al ritmo de viejos éxitos como el ‘Play this song’ de 2Fabiola. ‘Amber Lounge’, uno de los mejores del año, fiestas organizadas por Sonia Irvine, una de las damas del paddock y de la noche. Allí estaban, entre otros, Vettel o Alonso, pero también Carlos Sainz y… Franz Tost. El jefe del equipo Toro Rosso había sido uno de los protagonistas de la carrera por su defensa a ultranza de Max Verstappen, el piloto que no obedeció a su propio equipo.

Y es que es discutible, opinable y hasta rebatible el hecho de que al holandés le pidiesen que dejase pasar a su compañero de equipo, pero lo cierto es que no hizo caso de las órdenes y eso siempre debe tener un castigo, una advertencia al menos. No en el caso de Max. El adolescente fue siempre la primera opción de Toro Rosso, llegó tras una supuesta lucha con Mercedes por su fichaje y desde el primer momento con las palabras del gran jefe Helmut Marko resonando en los oídos de cada miembro del equipo: “Max es el nuevo Senna”.

A partir de ahí su compañero español ha demostrado que no tiene nada que envidiar a Verstappen ni en talento ni en calidad, pero sobre todo le mejora en comportamiento y compromiso con la escudería. Carlos es otra historia. En Singapur estuvo listo, se acordó de Red Bull en Mónaco y pidió su oportunidad. Porque una cosa está clara, Verstappen durante más de quince vueltas no pudo con Checo Pérez. El mexicano es un piloto de raza, duro y peleón, nada que ver con esos Sauber de Ericsson o Nasr a los que tan fácil y espectacularmente adelanta cada fin de semana el holandés. Y ahí se quedó, con un coche más rápido sin posibilidad de pasar. Carlos se veía capaz. Xavi Pujolar se hartó de pedir a Verstappen que se dejara pasar a lo largo de diez vueltas, pero el niño no quería que le arrebataran su caramelo.

“No creo que hubiera ninguna razón por la que debiera dar mi posición tras haber pasado de estar en vuelta perdida a rodar en los puntos, creo que me merecía esa octava plaza”, dijo Verstappen al final de carrera sin admitir que los dos coches de seguridad habían sido vitales para que eso sucediera.

Pero el equipo está con él, es el favorito. No hay más que leer las primeras palabras del comunicado de prensa de Toro Rosso. Habla el jefe Tost: “El principio de la carrera ha sido un gran shock. Verstappen ha calado motor y no ha podido arrancar desde su merecida octava posición de la parrilla”. Después continúa: “Hemos tenido suerte con el coche de seguridad y Max ha podido recuperarse de esa vuelta perdida. Ha pilotado de forma fantástica, sus tiempos por vuelta han estado en el Top 5 durante toda la carrera. Al final de la carrera ha luchado con Pérez por la séptima posición, pero por desgracia no ha podido superarlo. Sin embargo, su octava posición es todo un éxito dadas las circunstancias de la carrera”.

Y en cuanto a Carlos, así resumía la situación: “Al final de la carrera pensábamos que Carlos atraparía a Max más rápido, pues llevaba neumáticos más nuevos, pero no cerró la brecha con Max lo suficiente como para demostrar que podía conseguirlo, así que no había ninguna razón para intercambiar posiciones”. Y eso a pesar de que lo pedían desde el muro, se supone que por orden suya. Un dato. Verstappen salió octavo y terminó octavo, Sainz decimocuarto y acabó noveno. En Japón, este próximo fin de semana, más.