MOTOGP
Miller resulta víctima de su experimento y de su Honda
Al novato llegado de Moto3 le está costando más la adaptación con una Open lejos de ser la mejor que a Viñales, venido de Moto2, con la Suzuki.
Tiene todo el tiempo del mundo por delante para aprender y ser algún día tan bueno en MotoGP como lo era en Moto3, pero de momento Jack Miller está resultando víctima del experimento que con él ha hecho Honda y al mismo tiempo de la moto Open que le ha proporcionado el ala dorada.
El australiano de 19 años ha subido esta temporada a MotoGP procedente de Moto3, donde fue subcampeón, saltándose por tanto el paso intermedio, y hasta ahora más lógico, que era Moto2. Lo ha hecho enrolado en el equipo CWM LCR Honda de Cecchinello, compartiendo box con Cal Crutchlow, que sí dispone de una Honda Factory, la RC213V. Miller asegura que pilotar su nueva Honda RC213V-RS es “lo más duro que he hecho en mi vida”, pero a tenor de los resultados está por ver si le hubiera resultado más fácil la adaptación disponiendo directamente de la Honda pata negra. Es una pena que, habiendo apostado por él como se ha hecho, no se haya rematado con el mejor material posible.
El primer test lo acabó 20º a tres segundos del tiempazo de Márquez y a uno de Viñales, el otro novato ilustre con el que en principio se le iba a comparar. Ahora, en el segundo test, Jack está todavía lejos de deslumbrar tras dos jornadas (22º a 2.1 y con caída sin consecuencias) y no hay comparación posible con Maverick, que figura diez puestos por delante y a sólo 0.8 del mejor crono visto hasta ahora.
Sobre su moto, el aussie asegura que “¡es una animalada!” y a la hora de comparar su experiencia reconoce que “es un gran paso adelante. Los frenos de carbono intentan matarte cada vez que los accionas y te lanzan sobre la parte delantera de la moto. Con la MotoGP tienes que intentar convertirte casi en un ingeniero y aprender a manejar tus neumáticos y cómo desarrollar la suspensión con los neumáticos. Lo que estamos tratando de trabajar ahora para las carreras es el consumo de combustible ... ¡Esto es otro nivel!".
Su adaptación mejorará el día que la Honda Open sea el coco que sus rivales esperaban de ella. Hablando con Aspar, que cuenta con dos RC213V-RS en su box (Drive M7) para Hayden (18º) y Laverty (20º), asegura que “la moto ahora sí es una moto de verdad, y corre mucho, pero todavía le falta medio segundito”. Eso respecto a la Yamaha Open que pilota Bradl, este año en el Forward, pero aún es un poquito más si se compara con la Ducati de Barberá, que se está erigiendo en la mejor Open del momento para alegría del Avintia Racing. La solución podría pasar por un sensor que Honda quiere incorporar en la centralita de su Open para que la respuesta del motor fuera menos nerviosa y traccionara mejor. En esta categoría el hardware y el software de la centralita lo proporciona el promotor del campeonato y está en vías de negociación que esa revisión llegue ya con el campeonato empezado. Eso ayudaría seguro mucho a un Miller que tras bajarse hoy de la moto decía: "Todavía no estoy al nivel que me gustaría estar, pero puedo estar contento de cómo han ido las cosas esta vez".