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GP DE VALENCIA

Márquez, campeón: pequeño genio, pelotas grandes

El piloto ilerdense logra un tercer puesto por detrás de Lorenzo y Pedrosa que le ha permitido alcanzar su objetivo del título de la clase reina.

Cheste
Márquez, campeón: pequeño genio, pelotas grandes
Manuel Bruque.EFE

Habrá a quien le coja despistado el titular de la coronación de Marc Márquez como campeón de MotoGP. Sin embargo, los que sigan desde hace tiempo al ilerdense a través de las páginas de AS sabrán bien que aquí se le conoce como Pequeño Genio y que, ante semejante progresión como la suya, en los últimos tiempos a lo de pequeño genio hubo que añadirle un ‘pelotas grandes’. Él es el primero que se ríe diciéndolo a micrófono cerrado pero, como además del piloto más rápido de la tierra sobre dos ruedas es un tío de palabra, cumplió lo que había prometido de decirlo públicamente si algún día era campeón de MotoGP. “Pequeño genio, pelotas grandes”, dijo en plena rueda de prensa, para añadir: “¿Han sido grandes este año?”. Pues tanto que el caballo de Espartero a su lado no parece más que un pony…

Clasificaciones

Carrera 1. J. Lorenzo (ESP/Yamaha) 46:10.302 2. D. Pedrosa (ESP/Honda) a 3.934 3. M. Márquez (ESP/Honda) 7.357 4. V. Rossi (Ita/Yamaha) 10.579 5. Á. Bautista (ESP/Honda) 14.965 6. S. Bradl (Ale/Honda) 24.399 7. B. Smith (GBr/Yamaha) 29.043 8. N. Hayden (EEUU/Ducati) 39.893 9. A. Dovizioso (Ita/Ducati) 53.196 10. M. Pirro (Ita/Ducati) 1:02.983 11. A. Espargaró (ESP/ART) 1:04.197 12. H. Barberá (ESP/FTR) 1:06.826 Campeonato del Mundo 1. M. Márquez (ESP) 334 2. J. Lorenzo (ESP) 330 3. D. Pedrosa (ESP) 300 4. V. Rossi (Ita) 237 5. C. Crutchlow (GBr) 188 6. Á. Bautista (ESP) 171 7. S. Bradl (Ale) 156 8. A. Dovizioso (Ita) 140 9. N. Hayden (EEUU) 126 10. B. Smith (GBr) 116 16. H. Barberá (ESP) 35 18. Y. Hernández (Col) 21 27. J. del Amor (ESP) 1

Cabeza bien amueblada. Pero en las motos, por muy valiente que se sea, también hay que usar la cabeza y el nuevo rey de MotoGP demostró que la tiene bien amueblada al no caer en la trampa de Lorenzo. El mallorquín necesitaba ganar en un abarrotado circuito de Cheste y que su rival acabase quinto o peor, por lo que optó por salir como un rayo y, al contrario que otras veces, ralentizar la marcha desde la primera plaza para organizar el mayor lío posible a sus espaldas.

Así, Jorge abría camino feliz de saber que hasta cinco eran los pilotos que componían el grupo de cabeza. Tras él viajaban Pedrosa, Marc, Bautista y Rossi, pero en ningún momento llegó a darse la situación de carrera que permitía a Jorge renovar título. Álvaro, en calidad de piloto satélite Honda, no estaba por la labor de meterle rueda a la única baza de su marca para ser campeón. Valentino, por su parte, había anunciado que ayudaría a su compañero intentando quedar por delante de Márquez, pero una cosa es querer y otra poder… El italiano acabó deshaciéndose del talaverano, pero para cuando lo hizo ya se había alejado Marc de su horizonte, instalado en una cómoda tercera plaza, sin nadie que le molestara por delante ni por detrás.

El ilerdense tuvo en todo momento tan claro lo que debía hacer que, luchando contra su instinto, supo ser sólo espectador cuando Lorenzo y Pedrosa comenzaron a repartirse mamporros entre sí, con toques incluidos y marcas de rueda en el mono de Dani para el recuerdo. Pedrosa podía ir más fuerte de lo que le estaba dejando Lorenzo pero, cada vez que el catalán superaba al mallorquín, éste le devolvía la maniobra de inmediato. Tres de las veces fueron de manera poco delicada y por ello Dirección de Carrera llamó al orden después al de Yamaha, señalándole que un pilotaje así en el futuro conllevaría sanción. Visto desde la distancia, resultó tan duro como limpio, porque las motos no son un deporte de contacto, pero es un deporte en el que a veces hay contacto…

Sin meterse en líos. Todo ello derivó en un momento dado en una colada de Lorenzo y Pedrosa que colocó líder a Márquez. Era la décima vuelta y una después Jorge volvía a ponerse primero, porque Marc entendía que no era día para hostilidades. Le pasó lo mismo con Pedrosa cuando llegó hasta su rueda, una vez recuperado de esa pasada. Su tranquilidad era tal que incluso le hizo un gesto para que le pasara. A partir de ahí, a Lorenzo ya sólo le quedaba encomendarse a su Plan B, que pasaba por ganar él la carrera y esperar a que Márquez cometiera un fallo que no llegó. El niño viajó plácidamente hasta la meta, para convertirse con su tercera plaza en el campeón más joven de la historia de la clase reina, lo que logra con sólo 20 años y 266 días (Spencer lo hizo en 1983 con 21 y 258 días).

Felicidad. Paseó entonces la bandera de España que ya lució como campeón del mundo de 125cc en 2010 y lo hizo entre lágrimas. No fue el único que lloró, porque en el muro también lo hicieron, de emoción y felicidad a partes iguales, Santi Hernández, su jefe de mecánicos, y Emilio Alzamora, su descubridor y mentor deportivo que, al preguntarle cómo era posible que un novato haya ganado un Mundial de la clase reina con semejante competencia, y por sólo cuatro puntos, dio la clave: “Marc es Marc”. Y eso es mucho decir, porque es el niño de los récords, el jóker, el pequeño genio o, como dijo su padre Julià, “el número uno, que lo sepa todo el mundo”.