MOTOCICLISMO | AVENTURA
Miquel Silvestre: “La moto es mi vida y eso es un privilegio”
El alicantino ha regresado de su ‘Ruta a Samarcanda’, que hemos podido seguir en AS.com, y ya trabaja en nuevos proyectos que miran hacia Marruecos y América.
—De vuelta ya de Samarcanda. ¿Cómo le ha ido?
—Ha sido muy duro. Ya había hecho esta ruta en 2009 y no recordaba tanta dureza. En estos cuatro años he madurado como viajero, he llevado una moto mejor, mejor equipamiento… y sin embargo ha sido más difícil. Ha habido tramos muy complicados, en ocasiones he tenido miedo de quedarme en el desierto de Kazajistán, de no conseguirlo…
—¿Pero en qué ha radicado esa enorme dificultad?
—En el terreno que he debido recorrer sin asfaltar, pistas de piedras y arena, más de cuatro mil kilómetros complicados, con el firme muy roto que no me permitía ni un instante de descanso, de relajación. Además ha hecho mucho calor. La realidad es que la ruta ha cambiado a peor, son cuatro años más de deterioro de un terreno que lleva empeorando setenta años.
—¿Qué tal se ha comportado su nueva BMW R 1200 GS? Usted ha sido de los primeros en probarla en un gran viaje…
—Es una moto perfecta, lo que demanda el mercado: una trail muy potente y sofisticada, con mucha electrónica y confortable, además de bonita. Dicho esto a mí, como aventurero, me parece demasiado potente para este tipo de aventuras. Para un gran viaje no necesitas tener 125 CV, vas muy deprisa sin darte cuenta y eso complica la anticipación en terrenos difíciles, es una moto que a punta de gas te lleva a 100 km/h. Pero entiendo que mis necesidades y exigencias no son las de la mayoría.
—Miremos ya hacia adelante. De vuelta en casa, ¿a qué se dedica ahora?
—Estoy trabajando en la presentación de mi nuevo libro, será durante una concentración de BMW a primeros de septiembre. Se titula La emoción del nómada y es un libro de aventuras, que escribe el Miquel Silvestre que nadie conocía, es mi cuaderno de viaje de una experiencia personal que permitirá a mucha gente comprender cuál ha sido mi evolución, mi paso de viajero anónimo a un profesional que se da conocer al gran público.
—¿Y su próximo proyecto sobre ruedas?
—En otoño haré una travesía encuadrada dentro del 90 aniversario de la división de motos de BMW. Un viaje por Marruecos al manillar de una R50 del año 1965, llegaré hasta el Sáhara para recordar la presencia de los españoles allí.
—Con esto ya estaríamos casi en 2014…
—Sí y entonces será el turno de la Ruta de los Exploradores de América. Su desarrollo dependerá de si sale adelante el proyecto de una serie televisiva sobre el viaje o vuelvo a hacerlo en solitario, son variables que no están en mi mano. Eso afectará a su duración y planteamiento, pero supondría recorrer todo el continente americano, desde la Patagonia hasta Alaska, para rememorar la historia de la exploración española.
—Todas sus aventuras le están sirviendo para convertirse en un personaje muy popular.
—Sí es verdad que el seguimiento de mis viajes es mucho mayor, tanto en las redes como en los medios. Ya se me conoce más, lo que resulta positivo para los intereses de mis patrocinadores y de mis proyectos.
—Esta exposición pública también tendrá sus inconvenientes. ¿Le compensan?
—Esto es algo muy interesante. Representa una especie de esclavitud pero también te ofrece enormes posibilidades, uno no puede pretender convertirse en viajero profesional sin esa popularidad que es tan atractiva para los patrocinadores. Ahora tengo un compromiso con mis seguidores pero también con mi literatura, soy escritor, quiero contar mis viajes y para eso necesito de esa exposición.
—Pero la popularidad también aportará cosas buenas, ¿no?
—Desde luego, es muy gratificante saber que la gente lee lo que escribes, que te sigue y se siente tan cercana a ti. Creo que puedo ayudar a algunas personas a soñar, a soportar la rutina de sus vidas, y eso compensa los inconvenientes.
—¿Se siente afortunado por lo que hace?
—Estoy teniendo la vida que he deseado vivir, la que he elegido, una vida que mucha gente envidia y con razón, puedo decir que la moto es mi vida y eso es un privilegio. Soy escritor y motorista, he alcanzado el cielo…
—¿Y tiene esa vida fecha de caducidad?
—Es pronto para saberlo, pero sí que es cierto que creo que habrá un punto de inflexión. Espero poder seguir viajando en moto toda mi vida aunque será de otro modo, con menos exigencias. Está claro que no me veo levantando la moto del barro con sesenta años y todo tiene una curva de interés, así que es evidente que las cosas cambiarán en algún momento.