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GP de CHINA

Ferrari se enfrenta a una necesidad: lograr la victoria

Alonso aspira a su primera victoria de la temporada, el F138 llevará su primera gran evolución en Shanghai y en la escudería italiana son optimistas con los neumáticos.

Shanghai
QUIEREN MÁS. Ferrari y Fernando Alonso pretenden recuperarse se la decepción de Sepang a base de un buen resultado, ahora en Shanghai.
Reuters

El sol se echa sobre Shanghai y los pocos pilotos que se han acercado al circuito chino corren o caminan por la pista en un gesto de reconocimiento, de volver a ver su larga recta, sus curvas, de saber que siguen estando ahí, como desde hace nueve años. El GP de China ya es todo un acontecimiento en este país gigantesco y este año supone el regreso a la competición después de un inicio de temporada muy interesante.

Ésta puede ser la carrera en la que despejemos la gran incógnita. A pesar del doblete de Red Bull en Malaisia no hay una jerarquía clara aún. Y en esa batalla está Ferrari. En la escudería italiana saben que su coche es mejor que en 2012, pero tienen menos puntos que hace un año. Quieren ganar, saben que pueden ganar y necesitan ganar. No lo hacen en China desde 2007, ese año Raikkonen fue campeón, el finlandés de hielo antes amigo, ahora amenaza.

En Shanghai llevarán la primera gran evolución de una temporada, en la que alternarán mejoras en cada carrera con algún que otro intento de golpe de efecto. Ésa es una de las claves para tener en cuenta a Ferrari en esta carrera; la otra es la necesidad de estar de nuevo arriba después del abandono de Alonso en Sepang; y la tercera es que Pirelli ha traído a este gran premio los blandos y medios, compuestos que, teóricamente, deben favorecer a los coches rojos.

Aunque Paul Hembery habla de tres visitas a los boxes para cambiar compuestos, Lotus y Raikkonen aspiran a repetir la hazaña de las dos paradas de Australia y acortar la media, lo que puede volver a otorgar la victoria a los coches de negro y oro.

Todo debe ser distinto a 2012, cuando Alonso llegaba de ganar en Sepang, pero en el inmenso trazado chino no pudo pasar del noveno en la peor carrera de la temporada. Aquel día el español se dio cuenta de que salvo milagro el título no sería para él. Aunque después no ganó el título de milagro... Fue para Vettel, enemigo íntimo ya para siempre, que llega líder del campeonato tras su triunfo malayo en lucha con un compañero de alas cortadas. Red Bull aparece en la pista china con pinta de seguir ganando y un fraternal conflicto bendito por resolver. Son los favoritos.

Pero si un equipo se ha ganado el derecho a ser considerado en la larga recta china es Mercedes. Hace un año Nico Rosberg restituyó el brillo de la estrella y se estrenó como ganador de un gran premio volando a más de 320 por hora. Fue un espejismo. Este año parece diferente. También las órdenes de equipo quitan podios en Mercedes, la escudería que quiere repetir.

Comparte motor, pero no objetivo McLaren. Martin Whitmarsh y los suyos prometen una mejora espectacular fraguada en las mentes de Woking en estas dos semanas. Button y Sergio Pérez ya sueñan. Entre todos, Ferrari se siente en la obligación no escrita de poner el nombre de Alonso al trofeo de ganador. De recordar que están aquí para más que hacer podios sin cesar y animar campeonatos a Ecclestone, que están para volver ganar. Veremos...