Alonso en busca de ocho décimas en Monza

Quiere ganar en Monza, algo que supone volar durante casi una hora y media a una velocidad media de 240 kilómetros por hora, mantener el pie tocando el fondo del monoplaza tres cuartos de vuelta y acercarse a los 340 en las largas rectas del lugar, donde la velocidad cobra sentido. Fernando Alonso espera recuperar sensaciones, volver a estar arriba en un podio en el que suene el himno español antes del italiano y ver banderas del Cavallino Rampante ondear junto a las de Asturias en una pista repleta de gente que le adora. Quiere volver a ser feliz. No lo tiene fácil... El mayor hándicap se llama ocho décimas. Porque olvidar que hace menos de una semana tuvo un coche a centímetros de su cabeza es parte del juego. Se le supone el valor, vaya.

Alonso y sus posibilidades en Monza: "En términos de rendimiento estuvimos a ocho décimas de la pole en Hungría y a otras ocho en Spa, queda poco para que estemos en la pista, así que no creo que recuperemos esas ocho décimas con un botón mágico, pero tenemos que optimizar recursos, sacar el máximo del coche y eso quizá nos permita estar en el podio si todo va bien, quién sabe; por supuesto una victoria aquí sería muy especial".

El asturiano debate sus declaraciones entre la realidad y el deseo, la prudencia y la esperanza. Sabe que el podio es el objetivo, pero la victoria el reto. Repetir, sobre todo, lo que vivió en 2010: "Este circuito siempre ha sido especial por lo que se vive aquí, por el ambiente y por la velocidad y, además, cuando me uní a Ferrari se convirtió en la mejor carrera del año para nosotros. Espero repetir lo de 2010 esta vez. O en el futuro".

Para hacerlo aquí tendrá que bajar esas ocho décimas. En calificación estará algo más cerca, como demostró en los sectores uno y tres de Spa, similares a este trazado, y en carrera es donde puede ir aún mejor. El ritmo de Massa en Bélgica fue sólo tres milésimas por vuelta peor que el de Button y Vettel. El de Massa...

Siempre ganó desde la pole

Dos victorias para Alonso aquí en Monza. La primera en 2007 por delante de Hamilton, con los colores del eterno rival de Ferrari, McLaren. La segunda en 2010 ya vestido de rojo. En ambas había logrado la pole y salía primero en la parrilla. Este año lo tendrá complicado para repetir doblete. El Ferrari no es un buen coche a una vuelta, pero en la carrera el asturiano hace crecer al coche rojo.