Jorge Lorenzo cumple diez años en el Mundial

Jerez, 3 de mayo de 2002. Un joven de 14 años y 364 días llamado Jorge Lorenzo esperaba sentado mirando cómo el resto de la parrilla de 125cc salía a los primeros libres del GP de España. Al día siguiente cumplía quince años y su regalo era debutar en el Mundial de motociclismo convirtiéndose en el más joven en hacerlo hasta entonces. Hoy, diez años después, recordará esa tensa espera antes de que en su 25º cumpleaños se suba a la Yamaha M1 en los primeros libres del circuito portugués de Estoril para seguir defendiendo su liderato de MotoGP.

Diez años de victorias, cambios, trabajo, sinsabores, esfuerzos, éxitos, caídas... momentos duros y momentos gloriosos con un denominador común: el insaciable hambre de triunfos, el inconformismo a ser segundo... su famosa mirada del tigre.

Lorenzo ha potenciado el físico, como pocos en las motos, con trabajo diario, lo que le ayuda a dar el 100% de principio a fin en cada carrera. Un esfuerzo que también fortalece una mente centrada en alcanzar sus metas como cuando casi se pierde el debut de 2002. Entrenando en Montmeló a finales de abril sufrió una caída en la que se fracturó la clavícula derecha y se luxó la muñeca. Sólo faltaban cinco semanas... pero llegó pese a los dolores y no haber cumplido aún los quince años.

En el GP de Portugal, Jorge recordará su aniversario, pero como siempre su mente ya sólo piensa en el siguiente reto: "Somos líderes de MotoGP, pero la competición es muy dura, hay que darlo todo para seguir en cabeza. Tenemos que hacer aún mejor la M1 de 1000cc".