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Fórmula 1 | Rory Byrne

El químico que 'nació' en Toleman

Se dice que uno no debe volver al lugar en el que ha sido feliz, pero Rory Byrne tiene sus propios dichos. Uno de ellos podría grabarlo, a modo de bienvenida, en el box de Ferrari: "Evolución, no revolución". Él vuelve al equipo como consejero y en ese regreso a Ítaca algunos adivinan su mano en el monoplaza rojo de 2012. Tombazis es el diseñador jefe, un griego entre romanos que aguardan que las ideas lleguen desde mucho más lejos: Sudáfrica. Allí, en Pretoria, nació Byrne hace 67 años, muchos de los cuales ha empleado en hacer realidad lo que nace en un papel. Él parió algunos de los monoplazas más famosos de la moderna Fórmula 1, como los que permitieron a Michael Schumacher (F2002 o F2004) llevar la palabra hepta a los libros de los récords.

¿Quién dijo que los F-1 no van marcha atrás? Ahí está Ferrari, que rectifica, que ve que el camino que seguía hasta ahora no es más que una carretera cortada... Y por eso confía en Byrne, quien curiosamente fue relevado en su día por Aldo Costa, el director técnico despedido el pasado mayo tras el dubitativo arranque de temporada. Esas dudas ya no son dudas, son certezas, y por eso Byrne vuelve a ser el cerebro tras la máquina. Un ingeniero que aterrizó en el automovilismo de la mano de Toleman, equipo que debutó en F-2 en 1978. Byrne abandonó los chasis March y Ralt y diseñó su propio coche, el TG280, con el que Brian Henton y Derek Warwick lideraron el Europeo de F-2. Ésa fue la puerta por la que Rory entró en la F-1, por la que inventó el TG181B, o el TG183-B que permitió el debut de un tal Ayrton Senna en 1984 o el B186 ya bajo la estructura de Benetton, que había adquirido Toleman. En 1986, en el mismo México en el que Maradona driblaba rivales, Gerhard Berger daba al equipo su primera victoria en el Mundial.

Y con ella se abría la leyenda Byrne, una especie de cometa a la que se han agarrado gente como Schumacher, Briatore o Brawn. Ahora, este amante del buceo, vuelve a la superficie. Y Ferrari espera hacerlo con él.