Fórmula 1 | GP de Singapur
Las tormentas son el rival para el alirón de Vettel
La luz artificial y la posibilidad de fuertes precipitaciones en Marina Bay limitarían la visibilidad de los pilotos. La carrera podría ser suspendida como ya pasó con la nocturna de MotoGP en Catar 2009
Antes de mirar a la pista, miremos al cielo. Y ahí vemos oscuros nubarrones, amenaza de tormenta, de agua y viento en el domingo de Singapur. Es decir, carrera movida, quizá el único rival que puede evitar que Sebastian Vettel cante el alirón este mismo fin de semana. Porque todo lo demás juega a favor: su coche, el intratable RB7, sus puntos en la clasificación general del Mundial (284, por los 172 de su perseguidor, Alonso), sus manos, su talento...
La climatología es, por tanto, el monoplaza invitado a la parrilla en Marina Bay. Los cielos están encapotados estos días por los incendios forestales en Indonesia y el 87% de humedad y el calor, a priori en torno a los 28º, harán sudar a los Pirelli elegidos para la ocasión: el blando y el superblando (la misma combinación utilizada en Mónaco, Canadá y Hungría). Pero el agua es un enemigo aún peor, pues se torna especialmente peligroso en una carrera nocturna. Los 1.500 focos que jalonan el trazado (lámparas de haluro de 2.000 vatios que producen cuatro veces la iluminación de un campo de fútbol) y el agua pueden deslumbrar a los pilotos, que ya se han quejado de la visibilidad en ese circuito incluso sin precipitaciones. Hay un precedente bien cercano: la carrera de MotoGP de Catar 2009, también nocturna, suspendida porque el agua en el asfalto reflejaba la luz de los focos y deslumbraba a los pilotos.
"A plena luz del día podemos ver más allá de la pista aún con lluvia. Pero en Singapur, la luz se concentra en la pista y todo lo demás es oscuridad", advierte el tres veces campeón mundial Sir Jackie Stewart. ¿Más peligros? El asfalto, que en sus tres cuartas partes sufre el resto del año el paso de coches y autobuses. Tiene poco agarre, superficies deslizantes en sus líneas de pintura, tapas de alcantarilla y muchos baches. Y la fórmula matemática en esta ocasión nos resulta fácil por muy de letras que seamos: baches+agua=charcos. "Las bolsas de agua son un peligro y es increíble lo que tarda la pista en secarse. Es algo que no he visto en toda mi carrera", afirmó Webber en 2010, cuando apenas cayeron unas gotas.
Pese a todo ello, pese a las trampas de este trazado en el que se corre en el sentido contrario a las agujas del reloj, el tiempo juega a favor de Vettel. Tanto que, pese a que el propio Seb lo niegue, el diario 'Bild' filtra que se han encargado ya gorras y camisetas conmemorativas del título 2011 para el piloto alemán. En Heppenheim, su localidad natal, confían estar a 309,316 kilómetros del bicampeonato de su ídolo. Alonso y compañía, mientras, se aferran a darlo todo en Singapur y retrasar el alirón alemán al menos una carrera más.