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Dakar | El perfil: Nasser Al Attiyah

El príncipe del Barça que batió a su gran ídolo

Actualizado a
Nasser Al Attiyah

Tiene algo de Eddie Murphy. Y algo de showman televisivo, de tipo que sabe muy bien cómo vender su producto. Nasser Al Attiyah ha brillado en el Dakar 2011, que le ha brindado el premio que le negó el de 2010. Entonces, Carlos Sainz, compañero de equipo en Volkswagen, se llevó el triunfo (por sólo 2:12 de diferencia, la más corta en la historia de la carrera). Y durante todo un año, el qatarí no ha hecho otra cosa que entrenarse y pilotar para llegar a la meta antes que el Race Touareg 3 con el dorsal 300 en la puerta y un madrileño y un catalán en su interior. Batir a quien califica como su "ídolo" de juventud. Lo ha logrado. Por eso sonríe y sonríe.

El pasado 21 de diciembre, recién cumplidos los 40 años (nació en Doha, capital de Qatar), Nasser confesó a sus amigos su deseo: ganar el Dakar. Sabía que era el momento, pues la incógnita de VW, que debe decidir en breve si continúa en el raid más famoso del mundo, podría complicar aún más el reto en el futuro. Ése era el punto de mira, el objetivo al que disparar, como bien sabe de la otra pasión que ha compaginado con el automovilismo: el tiro olímpico. Debutó en los Juegos de Atenas 96, fue sexto en los de Sydney 2000, cuarto en los de Atenas 2004 y 15º en los de Pekín 2008, lo que le hizo volcarse a partir de entonces en el pilotaje. La marcha del presidente federativo de motor en Qatar, con quien mantenía un enfrentamiento, hizo el resto.

Al Attiyah es rápido, muy rápido, ya sea con un Subaru Impreza, un BMW o con ese Race Touareg 3 que no encuentra rivales en el Dakar. Príncipe en Qatar (goza de ese rango por su parentesco con el Emir), hijo del ministro de Energía del país, conduce desde los doce años, cuando probó la velocidad al volante de un Suzuki tres cilindros.

Nasser, que aquí ha ganado la Baja España Aragón de 2007, acapara fotos y titulares mientras su copiloto, el alemán Gottschalk, pasa tan inadvertido como ese Saleh que en su pasaporte figura entre Nasser y Al Attiyah. Un piloto que es aficionado al Barça y que nos ha dejado mil imágenes en este Dakar 2011. Como el de invitar a conocer su país al chico chileno que lo recibió en Iquique con una bandera de Qatar cortada y ensamblada por él mismo. Los sueños se cumplen. Orlando Mamaní viajará a Doha. Y todo un príncipe le hará de anfitrión.