El podio de Singapur ha sido la única verdadera satisfacción deportiva de Fernando Alonso en esta temporada 2009, a la que ya sólo le quedan tres grandes premios más. La escasa competitividad del Renault R29, unida a la poca fortuna de la que el asturiano ha disfrutado en algunos momentos claves, está convirtiendo este campeonato en el peor desde que debutara en Minardi en 2001.

De hecho, Fernando se enfrentaba hasta ayer al riesgo de acabar el año sin conquistar ni un solo podio. Con el logrado ayer en la carrera nocturna ya no ocurrirá, lo que hubiera supuesto una gran decepción para un piloto acostumbrado a subirse al cajón cada temporada desde que lo hiciera por primera vez en 2003.

En el GP de Malaisa de aquel Mundial, el joven piloto de Renault logró la tercera posición y consumó el primero de sus cuatro podios de una brillante campaña que ya anticipaba lo mucho que Alonso iba a aportar a la Fórmula 1 a muy corto plazo.

Desde entonces, e incluyendo la de ayer, el español ha logrado clasificarse entre los tres mejores en 53 ocasiones. Es el piloto en activo con más victorias, 21, a las que añade 19 segundos puestos y 13 terceros. Sin embargo, llevaba desde el último gran premio de la temporada pasada, el disputado en Brasil, sin disfrutar de la satisfacción del podio, cuando acabó en segunda posición por detrás del ídolo local, Felipe Massa.

Con tres carreras todavía por delante (Japón, Brasil y Abu Dhabi), el asturiano podría intentar igualar aún los tres podios de 2008: el mencionado segundo puesto de Interlagos y sus dos magistrales victorias en Singapur y Japón. No parece que lo vaya a tener sencillo, sobre todo pensar en el triunfo, pero al menos ya disfruta de la satisfacción de no acabar un año con sequía de podios.