Renault tiene su mayor evolución desde Bahrain

El día amaneció gris en Nurburgring, un circuito que ha cambiado por completo su fisonomía externa en los dos últimos años. Estrena nuevo hotel de cuatro estrellas con casino, un parque de atracciones cubierto con una gigantesca montaña rusa y unas cuidadas zonas comerciales. La lástima es que por el camino le han quitado dos carriles de entrada a la carretera y se esperan unos tremendos atascos para apoyar al nuevo ídolo germano, Sebastian Vettel.

Esta vez, al fin, el R29 sí que presenta novedades aerodinámicas reseñables. Así lo explica Fernando Alonso: "Tenemos mejoras relativamente importantes. Tenemos otra evolución más del alerón delantero, tapacubos nuevos, y una tapa de motor. En las simulaciones, que no siempre aciertan, se habla de dos décimas y media por vuelta. Y eso sí que nos podría ayudar a entrar en los puntos. Sabemos que los demás equipos llevarán también alguna novedad, pero estaríamos contentos con ello". Se espera tiempo cambiante y riesgo de lluvias durante todo el fin de semana, y eso podría permitir sorpresas en la carrera. Algo bueno para Alonso, que ya ganara en 2007 de manera apoteósica después de adelantar a Felipe Massa en mojado en la última vuelta.

El asturiano cruza los dedos por una segunda mitad de Mundial como la de 2008: "Pondría dinero por repetirlo, para qué mentir. El año pasado estábamos en una situación parecida y tenemos la esperanza de que algo similar al año pasado suceda. ¿Por qué no vamos a optar a ser el tercer equipo? No hay muchas diferencias del tercero a nosotros y pueden ser posibles". De momento, en Alemania el frío asfalto y la posibilidad de agua colocan como claros favoritos a los Red Bull frente a Jenson Button, que espera por lo menos regresar a los puestos de podio gracias a unas mejoras que no pudieron llevar en Silverstone.