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Fórmula 1 | Balance de la temporada 2008

Alonso tiró de talento en el Mundial de Hamilton

Lewis Hamilton consiguió su primertítulo de F-1 tras un emocionante desenlace en el trazado brasileño de Interlagos. El británico adelantó a Glock en la última curva y ganó con un punto de ventaja sobre Massa. Alonso terminó quinto consiguiendo dos victorias con un coche inferior.

<b>SEGUNDO TRIUNFO. </b>Alonso consiguió en el circuito japonés de Fuji su segunda victoria del año, tras la lograda dos semanas antes en la carrera nocturna de Singapur.

Para Fernando Alonso la temporada 2008 será recordada como la de la vuelta a casa, el regreso a Renault. Tras un 2007 en McLaren lleno de tensión y problemas, el asturiano decidió volver al lugar de sus grandes éxitos. Eso sí, pasaba de un equipo que había logrado ocho victorias, 24 podios y cuyos dos pilotos lucharon por el Mundial hasta el final, a otro cuyo única visita al cajón fue el segundo lugar de Heikki Kovalainen en el GP de Japón.

El campeonato comenzó en Australia con el triunfo incontestable de Lewis Hamilton y un esperanzador cuarto lugar de Alonso con su R28. Sin embargo, todo fue un espejismo. En las siguientes nueve carreras, el funcionamiento del monoplaza galo estaba muy lejos de los Ferrari, McLaren o BMW y tan sólo pudo sumar ocho puntos con un sexto lugar como mejor resultado. Mientras, el campeonato ya era cosa de cuatro pilotos, separados por tan sólo diez puntos. Precisamente los mismos que se habían repartido las diez victorias: cuatro para Hamilton, tres para Felipe Massa, dos para Kimi Raikkonen y una de Robert Kubica.

Así se llegó al GP de Hungría. Una carrera extraña y donde los dominadores hasta el momento no estuvieron en los primeros lugares. Massa no acabó, Kubica terminó octavo, Hamilton fue quinto y sólo Raikkonen subió al podio. Lo hizo tercero tras Kovalainen y Glock. Pero sobre todo fue el punto de inflexión de la temporada de Alonso.

Acabó cuarto y desde ahí, salvo en el GP de Europa celebrado en el urbano de Valencia, no bajó de esa posición. Y lo ocurrido en la ciudad del Turia no tuvo nada que ver ni con el ovetense ni con su monoplaza. La carrera apenas duró para el piloto español treinta segundos, el tiempo que pasó entre la salida y la curva cinco. A la salida de la cuatro fue embestido por detrás por Kazuki Nakajima. El resultado: rotura del alerón trasero, cambio, difusor y suspensión.

Una lástima ya que el tándem volvía por sus fueros y así lo demostró en las últimas seis carreras, donde fue el mejor con mucha diferencia. Nada menos que sumó 43 puntos, diez más que Massa y quince por encima del campeón Hamilton. E incluyó dos victorias, una en la preciosa y espectacular carrera nocturna de Singapur y otra en el GP de Japón, para terminar quinto en la general por delante de un McLaren y un BMW.

Mientras Alonso demostraba su enorme talento con un coche inferior, el título se fue reduciendo en cuanto al número de candidatos. Kubica perdió todas sus opciones con su undécimo de Singapur, y Raikkonen las enterró ese mismo día después de sumar su cuarto cero consecutivo y demostrar su tremenda irregularidad. Todo quedó en un intenso duelo entre Hamilton y Massa para la cita final de Brasil. El británico llegaba con siete puntos sobre el de Ferrari, la misma renta que había perdido el año anterior, en la misma situación, con Raikkonen.

Massa sólo debía pensar en la victoria en Interlagos y que la presión de la torcida retrasara a Lewis más allá de la quinta plaza. Felipe cumplió su misión y Hamilton comenzó la última vuelta en un sexto lugar que no le valía. Un adelantamiento controvertido a Glock a falta de poco más de quinientos metros le valió el Mundial y tiñó de lágrimas el box de Maranello, que ya se veía campeón en uno de los finales más emocionantes de la historia de la Fórmula 1. Hamilton consiguió su primer título, arrebató el récord de precocidad a Alonso y permitió al mundo volver a ver a un británico ganar con McLaren 32 años después.

La crisis afecta a los participantes

La no presencia de Prodrive, la retirada tras la cuarta carrera de Super Aguri y el adiós de Honda han dejado la parrilla en sólo nueve escuderías y 18 monoplazas.

La denuncia de Williams impidió que el equipo de David Richards formara parte de la competición y la escasez de liquidez hizo que la escudería nipona se abandonara tras el GP de España. Terminado ya el año, el gigante de Honda ha puesto a la venta su división de Fórmula 1. La crisis económica está haciendo estragos.

El desenlace soñado por Ecclestone

Un Mundial que se decide en la última curva, de la última vuelta, de la carrera final no puede ser más emocionante. Y eso fue lo que sucedió entre Hamilton y Massa. Las audiencias fueron espectaculares en todo el mundo y el gran jefe, Bernie Ecclestone, estaba encantado. La emoción y la incertidumbre fue tal que tras cruzar la línea de meta había dos boxes celebrando el título de campeón. El de Ferrari después parecía un funeral y en el de McLaren siguió la fiesta.