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Fórmula 1 | La contracrónica

Nos queda el talento

Mereció la pena el madrugón dominical. El primer gran premio del año resultó tan divertido como emocionante y tuvo el colofón de un magnífico resultado de Alonso. Aunque la realidad es que el rendimiento de su coche no es demasiado esperanzador.

Sensaciones encontradas. No tengo muy claro el cuerpo que se me ha quedado con este primer gran premio del año. Por una parte, el resultado de Fernando Alonso es sensacional teniendo en cuenta su situación en parrilla y el desarrollo de la carrera; pero por otra, me asusta la escasa competitividad que ha exhibido el Renault, tan poca que es una quimera pensar que la cosa se va a solucionar de una semana para otra. Todos sabíamos que esta temporada nos iba a tocar sufrir, aunque yo conservaba la secreta esperanza de que la brecha entre el coche francés y sus rivales fuera menor de lo que parecía. Hoy, lamentablemente, pienso justo lo contrario, que el panorama es más negro de lo previsto.

El factor humano. Cuando la mecánica no acompaña, un piloto fuera de serie como el asturiano puede minimizar parte de estas carencias... aunque hasta cierto punto. Es el clavo ardiendo al que por ahora debemos agarrarnos. Nos queda el inconmensurable talento de Fernando, que le permite hacer cosas como las que le vimos ayer en Melbourne: su actitud combativa en todo momento, su adelantamiento doble a Kovalainen y Raikkonen, la segunda pasada al finlandés buscando ganar otra posición o su sangre fría ante desafíos delicados. Pero moviéndose en el filo de la navaja como lo hizo ayer todo se complica sobremanera y nadie, ni siquiera él, es infalible.

Carrera atípica. Porque la realidad es que algunas situaciones perjudicaron al español, pero la fortuna también le devolvió parte de su crédito en otros compases del gran premio. Una carrera atípica en cuanto a incidencias y abandonos, lo que nos lleva a imaginar que quizá cuando no se retiren tres cuartos de la parrilla el chasco puede ser mayúsculo. Ojalá sea cierto que Albert Park es un trazado poco favorable para el R28, porque si su rendimiento de ayer es la tónica del campeonato, hay que echarse a temblar.

Todos a una. El cuarto puesto de Alonso puede tener una influencia muy positiva en el equipo. El piloto está en manos de sus ingenieros para mejorar y ellos ahora ya saben que vuelven a contar con un líder extraordinario. Si con un carro de polos es capaz de acariciar el podio, es lógico adivinar que siendo más competitivos cualquier meta es factible. Es decir, que los esfuerzos técnicos de Renault tendrán respuesta segura de su campeón.

¡Qué lo cambien ya! Para terminar, una reflexión sobre algo que no consigo comprender: si todos los pilotos echan pestes sobre la actual normativa del coche de seguridad, ¿por qué la FIA no escucha sus quejas y la cambia? Es un disparate que el desenlace de una carrera dependa de la suerte que se tenga en las neutralizaciones, así que habría que buscar una alternativa más acertada y lógica.