Fórmula 1 | GP San Marino
Alonso ganó a 'Schumi' con un cilindro menos
Renault inutilizó uno de los cilindros del R25 del asturiano porque tenía un pistón seriamente tocado desde la carrera de Bahrain. Una circunstancia que le supuso perder cerca de 30 CV y medio segundo por vuelta.
Desvelamos el secreto mejor guardado de Renault, la causa de la avería del motor de Fernando Alonso. El propio asturiano lo contaba al término de la carrera: "Lo que se ha roto no es algo que le interese a la prensa y podamos contar". Pero AS ha podido conocer la causa del problema: uno de los pistones del propulsor RS25 estaba seriamente dañado en su cabeza desde el GP de Bahrain. Para que aguantara la carrera de Imola, decidieron inutilizar casi en su totalidad el funcionamiento del cilindro afectado, que perdía compresión de forma radical. Es decir, que Alonso ganó a Schumacher con un cilindro menos de los diez de su coche y un altísimo riesgo de rotura.
Esto supone en la práctica una pérdida de 30 CV de potencia (ya a 40 del Ferrari del alemán). Y respecto al cronómetro, Fernando era por esta razón medio segundo más lento por vuelta. Son datos que aumentan la gesta del español y su resistencia numantina al número uno. Además, en el funcionamiento de la mecánica, este cilindro es uno de los más importantes. Son dos bancadas de cinco en V a 72º, y algunos son más claves que otros. Para que las piezas sanas no sucumbieran por el exceso de trabajo se limitó el régimen motor. Con topes entre las 16.700 y las 15.200 rpm (sólo en momentos muy concretos). Muy lejos de las 18.700 que es capaz de alcanzar el RS25.
Y se llevó el kilometraje a unos baremos ridículos. Algo que ya se preparó en Barcelona durante los tests privados. El ovetense tuvo que alargar las vueltas previstas para poner el coche a punto para el GP de San Marino. Se intentó hacer parte del trabajo del viernes, el de la elección de neumáticos. El problema fue el sábado, ya que sobre el terreno es cuando se realiza la búsqueda final de la competitividad en las tandas largas. A Alonso le pusieron los reglajes de Fisichella (que sí rodó mucho) con ligeras modificaciones. Se calcula que por este concepto el R25 del asturiano estuvo otro medio segundo por vuelta por debajo de su potencial. Es decir, que para Barcelona hay esperanza de estar al nivel de Michael Schumacher. Aunque para eso necesitará que Michelin compense las otras tres décimas de ventaja que Bridgestone le sacó por neumáticos en el fresco ambiente de la Regio Emilia. Se supone que el calor de Montmeló compensará las cosas.
La angustia que se vivió en Renault durante todo el fin de semana fue brutal. Al término de la jornada del viernes, y con el propulsor renqueante, se plantearon la posibilidad de cambiarlo y perder diez puestos en parrilla. Así lo explicó Alonso: "Al final decidimos que no porque en Imola es muy difícil adelantar y era mejor tomar el riesgo y optar a puntuar o, como mucho, al podio. Sin embargo las cosas en calificación nos fueron muy bien y al final pude ganar. Los ingenieros decidieron tirar para delante haciendo trabajar menos la zona afectada". Ese cilindro que al final no provocó la esperada rotura. Milagrosamente, Renault se convirtió en el primer equipo en la historia que gana dos carreras seguidas con el mismo motor.