Dicen que para ser piloto de Fórmula 1 no vale sólo con poseer un talento descomunal al volante de un monoplaza de 800 caballos. También hay que tener el carisma necesario para hacer frente a los compromisos publicitarios. Fernando Alonso es dueño en grandes dosis de estas dos cualidades. Renault lo sabe y se aprovecha de la imagen del español.
El genial asturiano está en extremo oriente, el lunes concretamente en Manila, capital de Filipinas, atendiendo a varios planes promocionales de la marca gala. Recordemos que el español no pudo asistir a la entrega del Premio al Deportista español Revelación de 2003 por el Rey Juan Carlos. El piloto español sigue en tierras asiáticas, además, para no sufrir un nuevo desfase horario que pudiera hacerle perder el excelente tono físico, un factor muy importante en el exigente circuito japonés de Suzuka, penúltima prueba del Mundial.
Tras su visita a Manila, Alonso se desplazó a Tokio para seguir con la interminable lista de compromisos promocionales que le tiene preparado su equipo. Y es que ser una estrella de la Fórmula 1, un ícono de la publicidad, tiene estas cosas. No haberlo soñado, amigo Alonso.
