Steam Deck OLED, la guinda del pastel

El nuevo modelo de la exitosa máquina de Valve viene a consolidar su sitio en la gran mesa del videojuego

Es, sin duda, una época gloriosa para el videojuego portátil. Curiosamente, lo es cuando no hay ningún dispositivo centrado en videojuegos puramente portátil que tenga catálogo propio, algo que ha sido una constante desde que Nintendo lanzara su Game Boy en el 89 -mucho antes si contamos juguetes video electrónicos de bolsillo-. En lo que era un movimiento inevitable, Nintendo abandonó la estrategia de dos catálogos separados con 3DS y unificó la estrategia en una consola “híbrida” que puede ser portátil y sobremesa en la forma de la tremendamente exitosa Nintendo Switch. Con Sony habiendo abandonado también el espacio de las portátiles, la explosión del juego en teléfonos móviles, y sin una alternativa “pura”, nos hemos encontrado con una auténtica explosión de máquinas en este espacio, muchas ellas de compañías chinas pero también de grandes nombres del mundo del hardware.

Primero fueron compañías como Anbernic o Miyoo las que vieron el potencial de ese solar que había quedado. Ninguna de ellas puede crear software o convencer a nadie para realizar juegos para sus máquinas pero, ¿para qué si ya hay miles y miles de juegos disponibles a través de la emulación? Esas fueron las lecciones extraídas de la coreana Game Park y su recordada -en ciertos círculos- GP32, cuyo catálogo propio fue enterrado rápidamente por una competencia imposible con Nintendo pero que descubrió al mundo las posibilidades de una consola portátil con desarrollo abierto.

Dejando al margen consideraciones legales y éticas, muchos en este espacio sólo buscan jugar a algo rápido y familiar que no sea un juego de móvil con cuarenta tipos de recursos acumulables y varias toneladas de anuncios antes de llegar a jugar a algo, así que la amplísima variedad de máquinas cada vez más capaces en este espacio hacen esta función a través de emuladores. La mejora en la escalabilidad de este tipo de hardware ha facilitado la aparición de otras alternativas más boutique, como la Playdate, una consola portátil que sí tiene catálogo propio aunque se mantiene con una base de usuarios bastante íntima. En otra categoría estarían cosas como la Analogue Pocket, que usa FPGA para reproducir la propia circuitería de las Game Boy originales y poder usar en ella los mismos cartuchos que usabas en las portátiles de Nintendo.

Y la última tendencia en este espacio la protagoniza la sorprendente entrada de Valve en este espacio, cuya Steam Deck ha lanzado una carrera entre diferentes fabricantes de hardware por entrar en el terreno que se podría definir como “ordenadores consolizados”. El principio es el mismo: no hay software específico, pero con miles y miles de juegos disponibles en tiendas como Steam, lo único que se necesita es una máquina que pueda hacer funcionar una buena parte de ellos de forma adecuada, de una forma que resulte intuitiva a los mandos y con cierto grado de portabilidad. No son máquinas para llevarlas en el bolsillo -por ahora-, pero sí aportan una valiosa alternativa a estar en un ordenador de sobremesa o delante de un televisor en el salón.

Valve no da cifras de cómo le está funcionando esta alternativa, pero a la vista del lanzamiento sorpresa de esta Steam Deck Oled y una temprana confirmación de que habrá una evolución de la misma en el futuro, se puede decir que en la compañía de Gabe Newell están satisfechos. La única referencia son los informes de una analista, Omdia, cuyas estimaciones colocan a Steam Deck superando los tres millones de unidades este 2023. En todo caso, la máquina ha encontrado una respuesta entusiasta de la comunidad y es por ello por lo que resulta notable que Valve haya iterado tan rápido para presentar lo que se presume -y lo parece- como la versión definitiva de esta primera generación de máquinas.

(Steam Deck Oled a la izquiera, LCD a la derecha)

La guinda del pastel

Ya conocemos las virtudes de la Steam Deck, unas virtudes que comparte con el modelo OLED. La plena integración con Steam hace que una parte significativa del catálogo y de nuestra propia librería funcione sin problemas en la portátil. La incorporación de la pantalla táctil, trackpads y los controles tradicionales facilita el poder jugar a un amplio abanico de títulos, mientras que el hardware también se muestra muy capaz de dar cabida a numerosos títulos con soltura, incluso algunos bastante exigentes técnicamente como Cyberpunk 2077. El hecho de que sea una máquina abierta también abre muchas posibilidades de uso que van más allá de lo que ofrece por defecto. También comparte algunas de sus limitaciones, como que hay una amplia parte del catálogo, particularmente del que tiene más tiempo, que es incompatible o no está bien adaptado dentro del Sistema Operativo por defecto, y tampoco es una máquina pequeña.

Sin embargo, lo que sí que hace el modelo es Oled es solucionar una de las principales taras de la máquina: su pantalla LCD. No es que fuera deficiente, pero ciertamente la imagen que obteníamos de ella tenía mucho margen de mejora. Valve ha equipado una buena pantalla OLED fabricada por Samsung y la diferencia con la anterior es más que notoria. No es nada nuevo para los que están familiarizados con esta tecnología, pero una pantalla OLED implica dos características inmediatas: colores más vivos y negros más intensos.

Sobre los colores, hay que añadir un detalle importante que será de particular interés para los poseedores del modelo estándar de la Steam Deck. Con la actualización de Steam OS, Valve ha incorporado una funcionalidad que se hacía bastante necesaria, un ajuste de colores que permite ajustar la intensidad y la temperatura de los mismos. La implementación por defecto de los colores en la Steam Deck es bastante plana y si tienes el modelo con el sistema antirreflectante, la impresión de la pantalla puede resultar un tanto apagada. La incorporación de esta función hace que los modelos originales ganen en vistosidad, mientras que a los nuevos modelos pueden desplegar todo su potencial ajustando dichas opciones. El modelo OLED sale claramente ganando si gustamos de colores vivos y radiantes, pero la mejora en las LCD con esta solución resulta bienvenida y destacable, acortando algo la distancia entre ambos.

En lo que la diferencia sí es completamente insalvable es en los negros, en donde el modelo OLED sale claramente ganando frente a una implementación de los LCDs que siempre ha resultado bastante blanquinosa en la Steam Deck. La nueva pantalla es la noche y el día -literalmente- en juegos con fondos oscuros y sombras acusadas. Además, es una pantalla ligeramente más grande -7,4 vs 7 pulgadas- y puede funcionar a 90 Hz frente a los 60 de la LCD. Una mejora que salta a la vista y resulta del todo inapelable tal y como se puede apreciar a simple vista en este vídeo comparativa (arriba, modelo anterior LCD con pantalla antireflectante, abajo, modelo OLED con pantalla antireflectante).

Una puesta a punto técnica

Aunque la máquina se promociona con la distinción de la pantalla, sus mejoras van más allá de ella. La más importante y de connotaciones prácticas es el mayor tiempo de batería, que básicamente dobla al de la versión original. Con los cambios interno, la mejor batería s y el hecho de que la pantalla OLED consume menos, nos encontramos que juegos como Elden Ring, bajo la mismas circunstancias, puede estar funcionado una hora y once minutos frente a las dos horas y 27 minutos que aguantaría el nuevo modelo. En juegos menos exigentes técnicamente, una OLED puede aguantar mucho más -el rango de Valve es de dos a ocho horas para el LCD y de tres a 12 horas para el modelo OLED, pero esa es una comparativa con muchas variantes-. Baste decir que el nuevo modelo es sensiblemente menos dependiente de cargarlo en sesiones largas.

Internamente, la circuitería de la máquina ha pasado de 7 nanómetros a 6, lo que tiene diversas implicaciones. Al combinarse con un ventilador algo más grande y algunos cambios en la pasta termal, el resultado es que la consola se calienta menos y es un poco más ligera (no mucho, un 5% menos que la Steam Deck original). Se han mejorado detalles como la respuesta a la pantalla táctil y se ha incorporado soporte a WiFi 6E, lo que mejorará tiempos de descarga en las condiciones adecuadas. Al margen de la temperatura, la nueva configuración permite ganar unos pocos cuadros por segundo a ciertos juegos, nada espectacular teniendo en cuenta que el poder bruto de la máquina no ha cambiado, pero una mejora a fin de cuentas que se siente bienvenida en los títulos donde la máquina sufre más.

La pregunta del millón, ¿hay que plantearse un cambio de modelo?

Steam Deck OLED se siente como una obra culminada, una revisión que va más allá de la (necesaria) incorporación de una mejor pantalla, pero que es bastante más. Hay toda una serie de cambios de diferente calado que, en su conjunto, consiguen una máquina mejor terminada en diferentes aspectos. Hay ligeros cambios en los sticks y botones que mejoran sensaciones a los mandos y aunque sigue siendo una máquina voluminosa, la pequeña mejora en el peso, el hecho de que se caliente menos y el considerable mayor tiempo de juego que permite la batería son elementos que contribuyen directamente al factor de su portabilidad. Ante la tesitura de elegir el modelo anterior LCD y el OLED no tenemos ninguna duda: recomendamos encarecidamente el nuevo modelo, aunque sea más caro. En cambio, si tenemos el modelo anterior quizás no sea tan urgente realizar el cambio, más sabiendo que en en dos o tres años habrá una evolución de la Steam Deck. Los cambios por software del control de la paleta de colores mejoran bastante las impresiones visuales del modelo LCD y las prestaciones son bastante parecidas como para descartar una máquina reciente de 500€ por otra máquina en ese rango de precio -otra cosa sería vender adecuadamente el modelo LCD y poner la diferencia para el OLED, en cuyo caso sí resultaría más tentador.

En cualquier caso, el modelo OLED supone una buena señal de que Valve apuesta fuerte por esta linea de negocio, lo que es una buena noticia ya que motivará a más estudios a que sus juegos sean certificados para la plataforma (lo que también beneficia directamente a los usuarios de Linux) y también impulsará nuevas alternativas en este interesante espacio, como la Asus ROG Ally, o el Lenovo Legion Go. La Steam Deck Oled se puede conseguir directamente a través de Valve en Steam, que actualmente ofrece tres modelos: uno de 256 GB SSD con LCD por 419€, un primer modelo OLED con 512 GB de disco duro SSD a un precio de 569€ y un modelo tope de gama OLED con 1 TB de disco duro SSD que se coloca en los 679€.

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