Primeras horas con Super Mario Bros. Wonder: se avecina un terremoto en las 2D

El 2023 está siendo un año impresionante para Nintendo Switch. En cuanto a catálogo exclusivo, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom acapara todos los focos como el principal candidato a juego del año. Pero en estos últimos 10 meses no se han quedado ahí. Comenzamos la cuesta de enero con el notable Fire Emblem Engage. Celebramos en febrero la historia de Samus con Metroid Prime Remastered. Vimos el regreso de un auténtico clásico de la estrategia en Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp. Del campo brotaron en junio multitud de Pikmin con la cuarta entrega, acompañado semanas antes de las dos primeras remasterizadas. Lo mejor es que los mencionados son tan solo algunos de los más destacados de una lista repleta de juegos.

La lista está lejos de cerrarse. La próxima gran parada del gigante afincado en Kioto será el 20 de octubre, fecha en la que su personaje más conocido volverá a la dimensión en la que saltó al estrellato. Super Mario Bros. Wonder supone algo más que el regreso de Mario a las 2D: es una declaración de intenciones sobre las maneras en las que se puede impulsar el género desde esta perspectiva. Ya os compartíamos estas sensaciones como parte de nuestra cobertura en Gamescom 2023. El título se convirtió en uno de los principales escaparates de la feria alemana, y no es para menos.

El nuevo horizonte del género en 2D

Ahora, con la versión final asentada en nuestra Nintendo Switch y la calma de poder explorar libremente, tenemos claras algunas ideas que trasladaremos sin ninguna duda a nuestro análisis. Las primeras horas de Super Mario Bros. Wonder nos permiten conocer una versión de Mario en 2D inédita. Esta vez no va de ser el mejor frente al crono, o recoger las tres monedas doradas como único elemento de cara al completismo. Sus responsables nos trasladan a una entrega sin guion. Lo inverosímil se convierte en la tónica habitual, tanto por contenido como por forma.

Los 11 años que nos separan de New Super Mario Bros. U se perciben desde el primer momento. Se produce una ruptura completa de la estructura que presentaba el título de Wii U y que de alguna forma se mantenía a lo largo de su trayectoria en las 2D. No se nos introduce en una sucesión pasiva de niveles con los sistemas de siempre. Wonder busca sorprender; busca hacerte sentir partícipe de un paquete de micro experiencias por las que vas saltando en busca de una genialidad todavía mayor. Los niveles exploran fronteras más allá del reto plataformero constante. En algunos momentos se convierten en pequeños rompecabezas que deben resolverse por habilidad y exprimiendo cada centímetro de nivel.

Más allá del propio diseño de niveles, excelente por lo que llevamos jugado, uno de los elementos clave para encajar esta experiencia reside en la Flor Maravilla. No entraremos en detalles sobre qué efectos hemos encontrado o cómo encontrarlas, pero lo que sí podemos decir es que al encontrarlas podrás ver a Mario en circunstancias nunca vistas en esta perspectiva. Los motivos sobran para que se aprecie como el principal factor a destacar durante la campaña principal.

También se gana en algún puntito rolero. Estamos frente a un plataformas puro, pero la introducción de las Insignias ayuda a complementar esta nueva línea. Hablamos de habilidades activas y pasivas que alteran el abanico de recursos que tiene el control de Mario. Solo puede llevarse una sola a la vez, y se pueden cambiar al vuelo tanto en pantallas de reaparición como en el mapamundi. Por ejemplo, si un nivel tiene bastante desniveles, probablemente muchas de las recompensas requieran permanecer en el aire durante algún tiempo. Coges tu Insignia ‘Gorra paracaídas’ y ahora podrás descender progresivamente en el aire tras un salto. Otra de ellas, llamada ‘Gran salto agachado’, nos permite impulsarnos hacia arriba con un enorme salto tras cargarlo estando agachado durante unos segundos.

La introducción de las Insignias pone en valor otra de las claves de Super Mario Bros. Wonder: el testeo. Transmite la sensación de que sus responsables han puesto a prueba cada nivel, cada habilidad, cada circunstancia que se puede producir para que el jugador reciba un input agradable y coherente respecto a lo que se está enfrentando. Es algo incluso que valorar de cara al exterior: el juego es una auténtica roca a la que es difícil encontrarle fisuras.

No es otro ‘New’: Mario se reinterpreta

Como habrás podido observar no hemos entrado en detalle acerca de los nuevos potenciadores, los secretos que te esperan durante los niveles y cómo funciona el mapamundi. No es el momento. Mario Elefante y compañía serán protagonistas una vez publiquemos nuestro análisis. Mientras tanto, estas primeras horas frente a Super Mario Bros. Wonder confirman que estamos ante un auténtico terremoto en el género. Apaga automáticamente las voces que señalaban sus similitudes con la etiqueta ‘New’: está muy lejos de ellos. Este nuevo Mario en las dos dimensiones es fresco, desafiante, sorprendente e inevitablemente adictivo. Se empujan los límites del género para dar con un Mario que derrocha saber hacer. Coge rotulador rojo y señala bien fuerte el próximo 20 de octubre. Nintendo Switch se acerca al final de su generación con otro clásico instantáneo.