Uno de los mejores indies de 2020 anuncia su secuela y se va a montar un buen pollo

Si el primero no era un juego apto para gallinas, este segundo vendrá a demostrar que un gallo de verdad ha de demostrarlo cantando en todos los corrales (kudos a Skone). Joystick Ventures y The Wild Gentlemen acaban de anunciar la secuela del maravilloso Chicken Police: Paint it RED! (análisis en MeriStation), a todas luces uno de los mejores indies de 2020. No podíamos quedarnos sin más casos para los carismáticos Sonny Featherland y Marty MacChicken, quienes buscarán ponerse a la altura de detectives como Brunetti, Wallander o la mismísima Antonia Scott.

Esta secuela se llamará Chicken Police: Into the HIVE! y volverá a ser una aventura gráfica en la que recabar pistas e interrogar a sospechosos tirando de nuestra creatividad y de un buen número de formas de destapar la nueva conspiración a la que nos enfrentaremos. Habrá 35 escenarios más (por los 30 del original) y hasta 30 personajes de los que dudar (25 tenía el anterior) cuando el juego llegue a tiendas, que será en 2024 y de momento sólo para PC.

Más historias de asesinato, traición, desamor... ¡Y POLLOS!

¿De qué iba el primero?

Para muchos de nosotros, Chicken Police: Paint it RED! fue la receta para superar un desamor, el de Blacksad: Under the Skin. Porque al igual que aquel, Chicken Police era una novela visual ambientada en los años 40 que rescataba lo mejor del noir policial y lo hacía con toda clase de animales antropomórficos como protagonistas. No eran John Blacksad, Weekly, Smirnov y compañía, pero lo mismo daba. La obra de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido también se dejaba entrver en este maravilloso point and click en blanco y negro para el que seguramente hasta sirvió de inspiración.

Chicken Police era una experiencia cinematográfica cautivadora en la que visitábamos alrededor de 30 escenarios (detallados y llenos de coleccionables) interpretando el papel de detective, o lo que es lo mismo, buscando pistas e interrogando a los más de 25 personajes con los que nos cruzábamos. Una aventura de alrededor de 7 horas de duración que, aún siendo lineal, era un regalo para la vista y los oídos. Mención especial para ese extraordinario doblaje al castellano, siempre bien acompañado de, como es costumbre en el género, un delicioso trasfondo de jazz.

Una salvaje historia de amor, muerte, POLLOS y redención. Una carta de amor a películas como El sueño eterno, Perdición o Gilda, y a juegos como Grim Fandango, Snatcher o L.A. Noire. Sonny Featherland y Marty MacChicken, sus protagonistas, aún perduran en nuestra memoria, y sus sistema de interrogatorios, con esa libreta que nos evocaba a Hotel Dusk, hacían del título una gozada.

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