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Manga y anime

Los 5 mejores puñetazos de Luffy en ‘One Piece’ en más de 1.000 capítulos de serie

El capitán de los Sombrero de Paja se ha pasado 25 años combatiendo y repartiendo galletas, pero son 5 golpes muy concretos los que resuenan en la mente de sus nakamas.

One Piece

Sopapo, bofetón, bofetada, cachete, pescozón, golpe, torta, tortazo, soplamocos, mamporro, castaña, galleta, trompazo, trompada, mojicón, moquete. En ‘One Piece’ se han repartido leches de todos los colores y Luffy el que más. Aspirar al título de Rey de los Piratas te granjea un buen número de enemigos, pero nadie dijo que el camino fueran a ser sólo atardeceres y brindis a la luz de la luna. Por eso, y porque sabemos que nada os gusta más que un buen top, aquí están los 5 mejores puñetazos del capitán de los Sombrero de Paja en los más de 1.000 capítulos que llevan manga y anime. Unos elegidos por simbolismo, otros por puesta en escena, el caso es que con todos Eiichiro Oda nos hizo vibrar por dentro.

El puñetazo de Luffy a Bellamy

Empezamos por el puñetazo más antiguo de la lista y el que probablemente sea también uno de nuestros momentos favoritos de toda la serie, uno de esos que nos hicieron enamorarnos de ‘One Piece’. Parte de su magia reside en la calma y la antelación con la que se construye el golpe. Pasamos muchos capítulos esperándolo. En el episodio 147 del anime (el 225 del manga), y con tal de hacer honor a su palabra, tanto Luffy como Zoro se dejaron dar una paliza por Bellamy para mantener la promesa que le habían hecho a Nami.

Ambos mugiwaras se habían comprometido con la navegante a mantener un perfil bajo y no pelear en la isla de Jaya. Por eso, a pesar de las burlas y los golpes, a pesar incluso de los gritos de desesperación de una Nami que cambia de idea y les suplica que se defiendan, ninguno de nuestros protagonistas responde. Es un alarde de lealtad y amistad, un indicio tremendo de su madurez que recuerda a Shanks y a esa primera escena de la serie en la que el pelirrojo se negaba a luchar en el bar de Makino porque, según él, no merecía la pena.

No hay espectador a quien no le hirviera la sangre entonces. Por más emocionante que fuera la actitud de ambos, sobre todo al salir y escuchar el discurso de Barbanegra, con quien se producía un memorable primer encuentro, todos nos quedamos con ganas de que Luffy le callara la boca a Bellamy, que demostrara ante todos por qué tenía 100 millones de recompensa por su cabeza. Por eso, cuando finalmente sucede (en el episodio 151 del anime y el 232 del manga, después de que Bellamy atacara a Mont Blanc Cricket), es imposible sentirse más orgullo de nuestro capitán. One shot.

Los puñetazos finales a Cocodrilo

Arabasta marcó un antes y un después en ‘One Piece’. Hasta entonces, el arco que más había durado constaba de 14 capítulos (y era el de Arlong, con el momento al que debes llegar para saber si te gusta la serie). En el desierto asistimos a una trama de casi 40 episodios que narraba una Guerra Civil con un dramatismo y una profundidad sorprendentes. El desfile de momentos inolvidable. El reencuentro entre Ace y Luffy, la pelea con Vivi, Sanji como Mr. Pince, la tregua con Smoker, los enfrentamientos uno contra uno de todos los mugiwaras, la escena en la que Crocodile mataba al Sombrero de Paja y le demostraba la diferencia de poder entre los piratas normales y los shichibukais, etcétera, etcétera. Por eso, los puñetazos finales al tirano supieron tan bien.

A lo largo de la serie, Luffy ha terminado con muchos enemigos bien con un puñetazo bien con una lluvia de golpes. Podríamos haber citado el KO a Rob Lucci que le dejó sin resuello, los golpes que le hicieron quitar a Doflamingo su expresión de superioridad, el finisher a Moria en su versión azul y muchos otros, pero en ninguno de ellos sonaba de fondo la New world symphony de Antonín Dvořák. Aunque se ha usado mil y una veces en la cultura popular, a lo grito de Wilheim o a lo Gilligan Cut, ninguna ha sido tan acertada como esta. No sabemos de quién fue la decisión, pero entre dicha melodía, la cámara lenta y la rabia latente en los gritos de Luffy, el gomu gomu no gatling (galleta galleta metralleta para los amigos), este momento tenía que estar.

El puñetazo a Hajrudin en silencia el Coliseo

Qué sería de los shonen sin los arcos de torneo. No hay mayor evidencia de la profunda huella que han dejado ‘Dragon Ball’ y Akira Toriyama en sus herederos. Y qué sería del fandom sin esas peleas y enfrentamientos que ponen patas arriba sus escalas de poder y que dan alas a sus batallitas sobre qué personaje es más fuerte. En la obra de Eiichiro Oda se hizo de rogar hasta Dressrosa, pero mereció la pena. La lucha por la fruta del diablo Mera Mera nos presentó a un buen número de piratas (Bartolomeo y Cavendish a la cabeza) y nos dejó combates memorables. Y fue en el primero que Luffy se tomó en serio que tuvimos una nueva demostración de poder.

Puede parecer intrascendente, pero no todo el mundo derrota a un gigante de un sólo puñetazo. Después de ponerle la mano encima a su nuevo mejor amigo, el toro Ucy, Luffy le enseña al mundo lo que pasa cuando alguien se mete con sus nakamas. Da igual que sea la raza más grande y fuerte, que le saquen diez cabezas o que se trate del capitán de los Nuevos Piratas Gigantes de Elbaf. Después del time skip, Luffy no está dispuesto a perder a nadie más, no rehuye una pelea y se lo hará pagar caro a todos los que lo intentan. No sólo impresionó a todo el Coliseo y le sacó una sonrisa de envidia a Zoro, quien se quedó fuera del evento, sino que hasta se ganó el respeto de Hajrudin e hizo que más tarde quisiera unirse a la Flota de los Sombrero de Paja.

El puñetazo de Luffy a un tenryuubito

El que a todo el mundo se le viene a la cabeza al pensar en ‘One Piece’ y puñetazos. También es posible que sea el más satisfactorio de toda la serie. Y no lo decimos tanto por quien lo recibe (San Charlos, un Dragón Celestial), sino por lo que representan los suyos. Los Nobles Mundiales como él tienen al mundo sometido. Son los tiranos que destruyeron el Gran Reino en el pasado. Unos esclavistas soberbios que gozan de total inmunidad sea cual sea el crimen que cometan. Tratan a los demás como basura y se piensan intocables. Tienen al Grand Line atemorizado y a la Marina comprada. Son, en resumidas cuentas, todo lo contrario de lo que defiende Luffy, la antítesis de su sueños de libertad

Por eso este puñetazo tiene tanta resonancia. Por eso fue animado de un modo espectacular, a medio camino entre el manga y el anime. Porque a pesar de todas las advertencias de su tripulación y de los habitantes de la isla Gyojin, a Luffy le da igual. Él no agacha la cabeza, no se somete, no calla ante las injusticias. Demuestra que se enfrentará a quien sea con tal de liberar a sus amigos (Camie, en este caso) y además lo hace delante de todos los miembros de la Peor Generación, de Law, de Kid, de los piratas con los que rivalizará en el Nuevo Mundo. Marca diferencias y enmudece al mundo.

El puñetazo de Luffy que derriba a Kaido

“Desafió a la Marina y a los Cuatro Emperadores por sí solo. Fue capturado 18 veces y sentenciado a muerte en 40 ocasiones. Cuando lo ahorcaron, la soga se rompió. Cuando lo enviaron a la guillotina, la cuchilla se hizo pedazos. Cuando lo sentenciaron a morir empalado, la lanza se quebró bajo su peso. Hundió nueve barcos prisión gigantes. Nadie puede matarlo. Ni siquiera él mismo. Intentó suicidarse saltando desde Skypiea, la isla del cielo, pero que apenas se hizo un par de rasguños con la caída”.

Así presentó One Piece en su día a Kaido, Rey de las Bestias, el pirata más fuerte del Nuevo Mundo. Un rival temible que nunca había perdido una batalla uno contra uno hasta que se las vio con Luffy. Y antes de caer, por ponerlo en contexto, se había enfrentado a una decena de rivales y había derrotado más de cuatro veces al Sombrero de Paja (una de ellas de un sólo golpe y otra matándole y obligándole a resucitar con el Gear 5).

Por eso este puñetazo es tan importante. Porque refleja la evolución de Luffy. Diez años después de que se formara la Alianza Pirata, tras 382 capítulos del manga preparándose para vencer a un yonkou, habiendo pasado de los 500 millones de berries a los 1.5000 millones, con su propia flota pirata tras él y los arcos de Dressrosa, Zou, Whole Cake Island a sus espaldas, con nuevos aliados como Jinbe y nuevos poderes como el Gear 4, este puñetazo demuestra que Luffy está preparado para enfrentarse a cualquier rival. Nunca estuvo tan cerca de convertirse en el Rey de los Piratas.

Además, este golpe guarda muchos paralelismos con el del tenryuubito. Aquí también están presentes Law y Kid, incluso Big Mom se impresiona como espectadora, aquí también se confrontan dos personalidades radicalmente opuestas y aquí también disfrutamos de una animación como pocas veces se ha visto. Toei Animation se lució haciendo del ataque un homenaje a los 4 años y más de 100 capítulos que la serie había pasado en Wano, al cruel destino de los Nueve Akazaya, de Yamato y Tama, al trágico destino de Oden. Es una secuencia preciosa que comienza el final de la saga más larga de todo ‘One Piece’.

Y evidentemente, la lista no podía cerrar sin un Red Hawk.

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