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Cine y series

El chiste más repetido de la historia del cine y las series: de Tarantino a ‘Stranger Things’

El live action de ‘Avatar’ ha vuelto a sacar a la palestra la broma del “Gilligan cut” y algunos hasta se atreven a poner su humor en entredicho.

Actualizado a
El resplandor

En el mundo del cine y la televisión hay un chiste que se repite una y otra vez. Un gag al que recurre todo guionista en apuros. No es la cúspide de la comedia, pero siempre funciona. Si fuera un alarido sería el grito Wilhelm. Llamado “Gilligan cut”, este tipo de broma ha vuelto a ponerse de moda con motivo del live action de Netflix sobre ‘Avatar: La leyenda de Aang’. A ver si podéis deducir en qué consiste sólo con ver la escena:

Aunque la persona que lo ha subido a redes considera que este tipo de bromas en 2024 ya huelen, lo cierto es que son tan recurrentes como para tener nombre propio y si se repiten es porque no hay forma más fácil de arrancar una carcajada al espectador. Así reza la teoría del “Gilligan cut”:

“Si un personaje dice “No voy a hacer eso”, no importa cuántas veces repita su afirmación que lo más probable es que acabe haciéndolo en la escena siguiente para lograr un efecto cómico y seguramente añada un “No puedo creer que haya hecho eso” para reforzarlo”.

Gillighan Cut
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¿De dónde viene el nombre Gilligan cut?

El corte Gilligan recibe su nombre de ‘La isla de Gilligan, una serie que logró un enorme éxito en Estados Unidos a mediados de los sesenta y recurría una y otra vez al mismo. En todos los capítulos (98), el personaje principal decía una cosa y acababa haciendo la contraria. Curiosamente, en otros países ha venido heredando el nombre del programa de turno que lo ponía de moda. En Reino Unido, por ejemplo, hablan de él como “bicycle cut” por ‘Last of the Summer Wine’, donde siempre que salía sumaba una bicicleta a la ecuación.

También conocido como “smash cut aplicado a comedia”, este tipo de montaje (”smash cut”) también tiene aplicaciones narrativas y estéticas, habiendo aparecido en películas de todos los géneros, tan dispares como ‘Reservoir Dogs’, ‘El Resplandor’ y ‘Shawn of the Dead’.

Existen hasta tres variantes del corte Gilligan. Esta “el corte contrario”, que viene a mostrar a alguien diciendo una y otra vez que algo pasará (o que no pasará) tras lo que sucede justamente eso, lo contrario. Está “the order cut”, donde un personaje ordena a otro hacer algo y, sin respuesta ni queja, se pasa a ver a esa persona haciéndolo y es mucho peor de lo que dejó entrever la otra persona. Y por último, el “corte de Muryph”, basado en la famosa ley. ¿Cuántas veces ha dicho alguien “Eso no puede ser tan malo” o preguntado “¿Qué es lo peor que podría pasar?” y después se ve inmerso en el peor de los escenarios?

Con todo, y a pesar del contrastado historial del “Gilligan cut”, hay quienes se han atrevido a poner en duda la gracia del chiste y quienes consideran que es increíble que en pleno siglo XXI sigamos estancados a un nivel humorístico (sea lo que sea eso) tan bajo y simplón. ¿Ha muerto la comedia?

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