La Xbox original fue una auténtica sangría para Microsoft: este fue el desorbitado coste de su desarrollo

En la historia de los videojuegos, pocas consolas han tenido un impacto tan profundo como la Xbox original. A pesar de su reputación como una “sangría” financiera para Microsoft, con un coste de desarrollo que alcanzó cifras astronómicas, la compañía apostó por una estrategia a largo plazo que asentó las bases para su futuro en la industria. En esta noticia repasamos cuánto costó a Microsoft desarrollar la primera Xbox y su legado en el sector de los videojuegos.

La primera Xbox ocasionó pérdidas multimillonarias a Microsoft como parte de su estrategia a largo plazo

5.000 millones de dólares es lo que costó el desarrollo de la Xbox original a Microsoft según la prensa de la época. Una cifra a todas luces desorbitada para los estándares de entonces, y que Microsoft, como compañía líder en software a nivel mundial (Windows, Office...) se podía permitir. Al margen de los costes de desarrollo, la empresa también invirtió otros 500 millones adicionales en el marketing para su nueva máquina. Esta consola utilizaba DirectX, la tecnología propia de Microsoft, y su arquitectura era similar a la de un PC de aquellos años.

Se estima que las pérdidas totales que originó Xbox a Microsoft durante su ciclo de vida (2001-2006) fueron de entre 4.000 y 5.000 millones de dólares. Estos números rojos tan preocupantes habrían hundido a otra empresa más modesta, pero todo formaba parte del plan de la compañía para posicionarse de forma estratégica a largo plazo en el mercado de las videoconsolas domésticas.

A nivel de componentes y potencia gráfica bruta, Xbox era mucho más avanzada que PlayStation 2 y GameCube, sus principales competidoras. Gracias a su GPU de Nvidia y a sus CPU y RAM superiores, era posible apreciar una enorme disparidad a nivel visual y de rendimiento en títulos multiplataforma como Soul Calibur II o los de la saga Splinter Cell, cuyas versiones de Xbox eran mucho mejores en estos apartados que las de las plataformas de la competencia. Esto posicionó a Xbox como la opción a tener en cuenta para los jugadores que quisieran disfrutar de la mayor fidelidad visual en consolas.

Pese a esta clara ventaja, la estrategia de ventas de Microsoft con la consola Xbox era vender a pérdidas —cada unidad de la consola era vendida a un precio menor que el que costaba producirla— con tal de recuperar dichas pérdidas mediante otras ventas de videojuegos, suscripciones a Xbox Live —necesarias para jugar por internet— y descargas de contenido adicional.

A pesar de estas pérdidas multimillonarias, la estrategia a largo plazo de Microsoft con la Xbox original demostró ser efectiva y visionaria. Microsoft era consciente de que la industria de los videojuegos era un mercado extraordinariamente competitivo y que la creación de una base de usuarios leales era crucial. Con el lanzamiento de Xbox 360, la compañía cosechó los frutos de su inversión inicial: durante su ciclo de vida (2005-2016), Xbox 360 generó unos ingresos estimados de más de 86.000 millones de dólares y vendió 84 millones de unidades, convirtiéndose en una de las consolas más exitosas de la historia.

Este éxito no solo ayudó a compensar las pérdidas de la Xbox original, sino que también estableció a Microsoft como uno de los jugadores clave en el sector, demostrando que el enorme sacrificio financiero de la primera consola fue una decisión estratégica bien fundamentada que facilitó el crecimiento futuro de la marca Xbox.

El legado de la Xbox original y su influencia en la industria de los videojuegos

La Xbox original, lanzada en noviembre de 2001, marcó un hito significativo en la industria de los videojuegos, estableciendo a Microsoft como una competidora seria en un mercado dominado por gigantes como Sony y Nintendo, algo especialmente loable al ser en una época en la que otras compañías históricas como Sega transicionaron de fabricantes de consolas a desarrolladoras third party por sus malas decisiones financieras tomadas en años previos.

A pesar de ser una recién llegada al mercado de las consolas de sobremesa, Xbox logró vender aproximadamente 24 millones de unidades durante su ciclo de vida, consiguiendo superar a GameCube de Nintendo y sus casi 22 millones de unidades. Aunque quedó muy por debajo de PlayStation 2 y sus 155 millones de consolas vendidas, las ventas de Xbox se consideraron un logro notable que sorprendió a analistas, prensa especializada y jugadores por igual.

Esta cifra no solo reafirmó la capacidad de Microsoft de innovar, permear en nuevos mercados y atraer a un amplio público y crear una legión de fieles seguidores de la marca, sino que también demostró que era posible que una empresa centrada en software para ordenadores triunfase fabricando hardware de videojuegos. Eso sí: con una inversión considerable de por medio.

El legado de la Xbox original va más allá de sus cifras de ventas y su influencia llega hasta nuestros días. Introdujo de forma temprana características hoy día estandarizadas en consolas modernas, como un disco duro incorporado/almacenamiento interno de serie y un servicio dedicado de juego en línea vía suscripción: Xbox Live. Esta consola también fue el hogar de franquicias icónicas como Halo —que a su vez supuso una auténtica revolución en el género— o Splinter Cell, que también influyeron en el desarrollo de otros títulos y en la cultura de los videojuegos en general. En conclusión, la primera Xbox se convirtió en un símbolo del potencial de Microsoft en la industria, allanando el camino para el éxito de su siguiente consola: Xbox 360.