Análisis de LEGO Voyagers, un maravilloso relato creativo sobre la amistad

Las aventuras cooperativas, especialmente si son en modo local, están más de moda que nunca gracias a videojuegos como los siempre recomendables It Takes Two o el más reciente Split Fiction –ambos surgidos de la mente creativa de Josef Fares de Hazelight–, además de otros títulos que nos animan a jugar con alguien al lado como puedan ser los Unravel Two, Sackboy: Una aventura a lo grande o muchos de los títulos de LEGO que nos llevan acompañando desde hace muchos, muchos años. Ahora, los daneses Light Brick Studio, responsables del ingenioso LEGO Builder’s Journey, unen sus fuerzas con Annapurna Interactive para ofrecer a los aficionados a esta forma tan sana de disfrutar del videojuego toda una aventura que desborda imaginación, creatividad, amistad y emotividad a partes iguales. Veamos en nuestro análisis de LEGO Voyagers si esta nueva aventura cooperativa a dos logra convencer a los fans del género en PC, Switch, Switch 2, PS4, PS5 y Xbox Series.

Siéntete como una pieza de LEGO con vida propia

La premisa de LEGO Voyagers es tan cautivadora como enigmática. Tanto es así, que sin mediar palabra o cualquier explicación contextual, de pronto, tomamos el control de dos piezas de LEGO que parecen tener vida propia. Cada jugador controla a su pieza, una roja y otra azul, las cuales tienen su propio ojo animado, emiten ruiditos encantadores y ruedan y saltan como un retoño lleno de energía. Aunque rápidamente entenderemos qué hacemos en este mundo totalmente construido sobre piezas LEGO, todas ellas pertenecientes a los miles de sets que comercializa la famosa marca danesa, totalmente identificables. Y es que al parecer, una nave espacial ha sufrido el peor de los destinos, dejando todas sus piezas esparcidas por ahí. La ocasión perfecta para que este par de soñadores emprendan una aventura a través de la cual reconstruir la nave y cumplir así sus sueños: unos sueños en los que la exploración y la amistad encajan como dos piezas de LEGO. Y de forma literal, además.

LEGO Voyagers es, en esencia, una aventura de exploración, plataformas y rompecabezas –en este caso, el orden no altera el producto– en el que ambos jugadores, en el papel de dichas piececitas, deben cooperar para avanzar en una encantadora aventura a través de un universo LEGO lleno de cosas por descubrir y experimentar. Un periplo en el que forjar una amistad para toda la vida y en el que será crucial entenderse y compenetrarse para salir airosos de cualquier situación, por difícil o intimidante que parezca. Una reflexión que todos deberíamos aplicar en nuestras vidas, más aún si compartimos esta experiencia interactiva con los más pequeños de la casa. Y es que disfrutar de LEGO Voyagers junto a nuestros hijos no tiene precio.

Todo ello gracias al carácter simpático y entrañable que Light Brick Studios ha logrado imprimir en la obra, una personalidad que casa a la perfección con la marca LEGO y que queda patente en todos y cada uno de los momentos que pasaremos a los mandos del título. En esencia, LEGO Voyagers es una aventura lineal formada por diferentes capítulos: como si de un cuento se tratara, avanzamos a través de sus páginas compuestas por toda clase de desafíos y rompecabezas en los que la cooperación es parte esencial de su desarrollo. Por ejemplo: activar un puente para que el compañero pueda pasar para que después este mantenga el puente activo para que su compañero haga lo propio. Nosotros, como piezas LEGO, podremos girar y saltar para avanzar, así como engancharnos a piezas del escenario –fijas o sueltas– con bastante facilidad, de un modo muy intuitivo.

En otras ocasiones tendremos que construir estructuras a base de piezas LEGO, entender mecanismos que nos permitirán seguir avanzando e incluso interactuar con sistemas que nos ayudará a comprender cómo funciona tan peculiar y cuadriculado universo. Si bien al principio puede resultar un tanto enrevesado, rápidamente nos acostumbraremos a interactuar con las piezas, ya sea enganchándonos a ellas, haciéndolas girar y colocándolas dónde y cómo queramos. Todo ello en un mundo que resulta encantador, incluso en las partes más industriales. Además, la gracia de este enigmático universo está en su propio descubrimiento y qué nos intenta explicar el juego hasta su emotivo desenlace final. A nivel audiovisual es toda una delicia; el apartado visual es sencillo –estamos hablando de piezas LEGO–, pero todo está tratado con tanto mimo y detalle que llega a impresionar. Lo mismo sucede con la banda sonora y los entrañables efectos de sonido.

No obstante, no todo resulta ideal en LEGO Voyagers; hay algunos aspectos que no nos han terminado de encajar a pesar de las buenas sensaciones que deja el juego tras completarlo en apenas 4 o 5 horas. Si bien el control es suave e intuitivo, peca de falta de precisión en determinados momentos; por suerte, si caemos y ‘morimos’, rápidamente volvemos a aparecer en el mimo lugar para intentarlo de nuevo. Eso sí, en algunos momentos en los que debemos conducir vehículos entre dos, los cambios de dirección respecto a la cámara fija nos juegan malas pasadas, por lo que continuamente tendremos que corregir la trayectoria hasta entender bien qué está sucediendo. Otro inconveniente: nunca sabemos cuándo se guarda nuestro avance –no hay ningún tipo de indicador visual más allá de alguna evidente transición entre capítulos–, por lo que podemos perder tramos de varias decenas de minutos al salir de la partida sin saber si se ha guardado el último checkpoint. Y sí, nos gustaría seguir jugando más tiempo a LEGO Voyagers, ya que esas 4 o 5 horas se pasan en un suspiro. ¡Pero menudo viaje lleno de magia, amistad y creatividad!

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