Bardock, solo contra el destino. Análisis del DLC de Dragon Ball Z: Kakarot

Dragon Ball Z: Kakarot sigue la estela de los dos juegos más vendidos de la licencia, Xenoverse 2 y FighterZ. El trío de ases de Bandai Namco se ha convertido en una máquina de hacer dinero para la compañía, que ha encontrado un filón a la hora de expandir lo que pueden brindar cada uno en su campo. Tras dos primeros contenidos descargables muy discutibles, Kakarot elevó el listón con el Futuro alternativo de Trunks y quiere seguir ese camino con Bardock, solo contra el destino, el cuarto DLC, pero no el último, ya que se ha anunciado el 23 Torneo Tenkaichi Budokai. Pero ese ya será otro tema.

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Ninguna de las expansiones que han aparecido en Kakarot cambian su esencia y su base, por lo que si no te gustó el juego original seguramente no vas a cambiar de opinión. Sí es cierto que la trama de Trunks con los Androides y Gohan del futuro nos pareció un soplo de aire fresco, por la posibilidad de explorar ese mundo destruido, por la exigencia de algunos combates y por revivir un episodio mítico. Además, se añadieron los eventos explicados en Super, ampliando el canon que tal vez mucha gente no conoce.

Por desgracia, esto último en Bardock esto no será así. Los eventos se ciñen la película del padre de Goku y que pudimos disfrutar en Dragon Ball Z. Y eso acaba chocando un poco con lo nuevo que conocemos de él: tanto la precuela de Dragon Ball con lo que vimos en la película de Broly como -esto ya estaba más que cantado que no aparecería- toda la secuencia que a conecta a Bardock con Goku durante el arco de Granola en el manga de Dragon Ball Super. Digamos que en estos últimos años Bardock ha adoptado un protagonismo que va mucho más allá de ese capítulo sobre la desaparición del planeta Vegeta. Y todo eso no está representado.

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Una historia con gancho y con sorpresas

Así las cosas, con Bardock viviremos la película en el que conocemos a su equipo, con el que invadimos un planeta y con el que, en Meat, descubrimos los planes de Freezer y sus secuaces. No hay lugar para el “Episodio de Bardock” de 2011, donde el saiyan acaba combatiendo con un antepasado de Freezer y se transforma en Super Saiyan, aunque la calidad de ese episodio era más que discutbile, dicho sea de paso. En todo caso, lo que sí tenemos esconde algunas sorpresas agradables.

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Ver la relación de Bardock con su equipo, la “vida” de los saiyans en la cantina, la despreocupación por un hijo de solo dos unidades de potencia que acaba de nacer y cómo las visiones empiezan a afectarle (todas ellas recreadas con frames sacados del anime de Dragon ball Z) es interesante y gustaría mucho al fan de la serie. Porque en esto Kakarot no ha cambiado: sigue siendo un producto pensado por y para el usuario que creció con Goku y compañía. Y poder expandir la historia con estos capítulos o el de Trunks se agradece.

Además de poder realizar distintas misiones secundarias, algunas curiosas que implican viejos conocidos como Jeice, y de poder explorar el Planeta Vegeta como no habíamos hecho nunca, también hay un capítulo dedicado al Príncipe Vegeta en su niñez.

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Es una fase corta, de una media hora, pero nos permite luchar con Vegeta de pequeño con su traje con capa, verlo rivalizando ya con otro viejo conocido y de viaje con Nappa durante la destrucción del planeta a manos de Freezer. Se termina en un bocado, pero no está nada mal como extra. En total, centrándonos en lo principal, el DLC de Bardock se puede ir a las dos-tres horas, sumando una más si queremos completar todas las secundarias.

Más musou que ARPG

A nivel jugable, el DLC de Bardock no es demasiado variado ni tampoco tan desafiante como el de Trunks, donde recordamos combates bastante más complicados. Aquí se apuesta mucho por la idea de masacrar a cientos de enemigos en esos combates masivos que se introdujeron en el DLC 2. Así que el asalto al primer planeta se basa sobre todo en esta mecánica: destrozar enemigos por decenas, recargando una barra Z para lanzar ataques que los mate a granel, destrozar torres de vigilancia para debilitar las defensas de la ciudad y hacer un último gran asalto. Más musou que Action RPG.

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Tendremos algunos combates más exigentes, como el equipo de Dodoria en el planeta Meat o el enfrentamiento final cuando Freezer prepara su malvado plan, pero en general no es demasiado complicado terminarlo si vamos bien equipados con objetos de curación. Podremos subir de nivel, entrenar y mejorar nuestro árbol de habilidades, así que tiene miga por delante para los más completos. Todo lo que acontece con el Príncipe Vegeta sigue el mismo esquema: combates masivos (incluso una de 900 enemigos), un enfrentamiento individual y ya.

En definitiva, el DLC de Bardock ofrece aquello que podíamos esperar, aunque no apueste por ir un paso más allá de los eventos que conocimos en Dragon Ball Z. Gustará a los fans y a los que hayan disfrutado de Kakarot, porque es mucho mejor que las dos primeras expansiones, pero sigue quedando por debajo del DLC de Trunks del futuro. Próxima parada: el final de Dragon Ball original.

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