Biomutant, análisis PS5 y Xbox Series X

De unos años a esta parte hemos visto cómo videojuegos que se lanzaban en un estado precario -ya sea a nivel visual o de bugs, o ambos- disfrutaban de una segunda oportunidad un tiempo después de su puesta en escena, gracias al trabajo de sus responsables mediante parches y actualizaciones que corregían los errores de lanzamientos apresurados. A estas alturas no descubriremos casos flagrantes como los de No Man's Sky o Cyberpunk 2077, dos claros ejemplos de hasta dónde se puede llegar con el tiempo suficientes de desarrollo; a pesar, claro está, de que los primeros compradores son los que pagan los platos rotos.

Puesta a punto con luces y sombras

En el caso de Biomutant podemos hablar en términos similares, aunque con matices. Y es que tras su decepcionante llegada a PC y consolas hace ya casi año y medio, llega ahora una versión para consolas de nueva generación -PS5 y Xbox Series X|S- que pretende corregir aquellos aspectos del lanzamiento original, marcado principalmente por bugs tanto visuales y de rendimiento como de experiencia de usuario. Aun así, la base del título se mantiene intacta, con sus pros y sus contras. Con todo, veamos en nuestro análisis qué tiene por ofrecer esta versión vitaminada de Biomutant en las actuales consolas.

Como decimos, Biomutant para las consolas de nueva generación -o actual generación- se mantiene intacto en su esencia, apostando por el mismo desarrollo y contenidos de su lanzamiento original de inicios de 2021. Esto se traduce en la misma aventura de acción RPG y mundo abierto que nos encontramos en su versión de lanzamiento, sin contenidos nuevos que traten de modificar la experiencia original. Es por ello que pasaremos muy por encima de las bases del título en este análisis dedicado a PS5 y Xbox Series X|S, por lo que si queréis profundizar en detalles más relacionados con la historia, la jugabilidad o las características de su mundo, entre otros aspectos, os animamos a leer nuestra reseña de PC y consolas de anterior generación. Veamos, pues, qué ofrece Biomutant en su relanzamiento para los sistemas más potentes de Sony y Microsoft, contando además con formato físico y digital con actualización gratuita para las versiones de PS4 y Xbox One.

Como ya sabemos, Biomutant nos pone a los mandos de nuestro propio avatar en forma de animal antropomórfico en un mundo postapocalíptico poblado por criaturas mutantes. Unos seres que han heredado una Tierra desolada por las acciones de una megacorporación de la antigüedad que hizo las cosas terriblemente mal, provocando la extinción de su civilización. Todo ello a través de una fábula de estilo kung-fu que nos anima a explorar un mundo abierto cuya integridad y futuro depende del llamado Árbol de la Vida que, como no podía ser de otra manera, está en peligro. A los mandos de un mutante curtido en artes marciales desde edades bien tempranas y con un pasado tan trágico como convulso, debemos luchar por nuestra vida tomando el camino del bien o del mal, ya sea colaborando con habitantes que buscan el bien común o con tribus decididas a acabar con el futuro del planeta.

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El planteamiento de la aventura se mantiene intacto, por lo que no hay novedades a nivel de desarrollo de misiones. Esto significa que estamos ante el mismo mundo abierto, tan diverso y variado como vacío. Los biomas se identifican claramente, proponiendo mecánicas concretas que tendremos que aplicar según el tipo de misión y lugar en el que nos encontremos. Eso sí, a nivel de diseño es muy predecible y no resulta en absoluto orgánico; rápidamente le veremos las costuras, presentando un mundo que parece sacado directamente de hace una o dos generaciones. Estos contratiempos se compensan con una apuesta visual colorida y llamativa que, esta vez sí, responde a lo que se espera a nivel técnico, uno de los principales problemas de la versión de lanzamiento de Biomutant.

Un mundo bello y... vacío

Así, esta versión vitaminada de Biomutant se muestra sólida a nivel de rendimiento, sin caídas aparentes de framerate -puede llegar a rascar en algún momento muy concreto, eso sí-, incluso en las opciones gráficas más exigentes. Porque sí, como suele ocurrir con la mayoría de videojuegos de las actuales consolas, se ofrecen diferentes modos gráficos. En este caso, en PS5 podemos elegir entre un modo calidad a 30 fps a 4K, un modo calidad desatada con un rendimiento variable entre 40 y 60 fps también a 4K y un modo rendimiento a 60 fps y resolución 1440p. En Xbox Series X se ofrecen las mismas opciones, mientras que en Xbox Series S se reduce el 4K a 1440p, con el modo rendimiento a 1080p. Además, los jugadores que vengan de la anterior generación pueden transferir su partida a las nuevas consolas sin problema alguno.

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En PS5, además, se añaden las típicas actualizaciones del DualSense como los gatillos adaptativos, la vibración háptica o el sensor de movimiento para algunas mecánicas muy específicas. Por otro lado, y gracias al sistema de Actividades, podemos acceder directamente a misiones que hayamos dejado a medias desde el menú principal de la consola. Con todo, Biomutant ahora sí se muestra sólido a nivel visual y de rendimiento, con un trabajo considerable aplicado a la corrección de bugs, dando lugar a la versión del juego que debería haber aparecido en su momento. Eso sí, tirón de orejas para el narrador que nos acompaña durante toda la aventura y nos “traduce” todos los diálogos del juego, resultando de lo más irritante; y la voz en castellano no puede estar más fuera de lugar por una tonalidad y dicción que parecen sacados de otros tiempos.