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Return to Monkey Island

Return to Monkey Island

  • PlataformaPC9PS5NSW9XBSIPHIPDAND
  • GéneroAventura gráfica
  • DesarrolladorTerrible Toybox
  • Lanzamiento19/09/2022 (PC, NSW)08/11/2022 (PS5, XBS)27/07/2023 (IPH, IPD, AND)
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorDevolver Digital

Me llamo Guybrush Threepwood

Return To Monkey Island: Análisis PC; Regreso por todo lo alto a la Isla de los Monos

Analizamos Return To Monkey Island, nueva entrega de la legendaria saga de aventuras gráficas a cargo de su creador Ron Gilbert y gran parte del equipo original.

Actualizado a

Hace cinco años, en el análisis de Thimbleweed Park, soberbia aventura gráfica que suponía el retorno de Ron Gilbert al género tras mucho tiempo, rematábamos el texto pidiendo a la buena gente de Disney que le devolviera los derechos de Monkey Island a su creador. Era un ruego sin mucha convicción, lanzado al aire con la dosis justa de fe que nos quedaba tras muchos años implorando recibir un título que ya comenzábamos a vislumbrar que se quedaría en lo más profundo del baúl de nuestros sueños, junto con la tercera parte de las aventuras del señor Freeman y algún que otro título más cuyo lanzamiento ya comenzaba a resultar poco probable.Pero he aquí que el bueno de Ron, en pleno April Fools, anunciaba un nuevo Monkey Island producido bajo su batuta, como había comentado años atrás que haría en caso de poder lanzar el juego. Tras el desconcierto inicial y las dudas sobre si la cosa iba en serio dada la fecha del anuncio, tres días después se confirmaba el sueño: Return To Monkey Island. Y el gozo resultó ser pleno: Dave Grossman volvía junto a Gilbert para co escribir la aventura. David Fox también estaba en el ajo. La banda sonora volvería a contar con el trabajo de Michael Land, Peter McConnell, y Clint Bajakian como compositores. Dominic Armato, Alexandra Boyd, y Denny Delk pondrían nuevamente voces a Guybrush, Elaine y Murray respectivamente. La vida puede ser maravillosa.

Es increíble que un título de este calado, que arrastra semejante expectación, haya sido desarrollado en el más estricto secreto durante dos años, sin la más mínima filtración ni sospecha de su existencia, cosa de la que deberían tomar nota algunas compañías. Si ya nos produjo una alegría indescriptible volver a ver tras muchos años el mítico e icónico logo de Lucasfilm Games en el teaser del nuevo videojuego de Indy a cargo de Machine Games, contemplar dicho logo nuevamente junto a las palabras Monkey Island y saber que estaban colaborando con Terrible Toybox, compañía de Ron, resultó ser la guinda al pastel. Por si esto no fuera suficiente, Devolver Digital, una de las compañías con mejor ojo del mercado, se encargaría de la publicación del título, garantía de calidad. Los astros se habían alineado.

No exageramos un ápice cuando volvemos a recalcar que estamos ante uno de los lanzamientos más esperados y deseados en la historia del sector del videojuego. En 1990, unos tales Ron Gilbert, Tim Schafer, Dave Grossman, Steve Purcell y Mark Ferrari (así de escandaloso era el hervidero de talento que era la LucasArts de la época) lanzaban The Secret of Monkey Island, y elevaban a la aventura gráfica a los altares con un título inolvidable. En diciembre del año siguiente subían la apuesta con Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, elevando aún más el listón con una de las mayores candidatas a número uno del género. Tras ello Gilbert abandonaba Lucas, y habría que esperar a 1997 para recibir The Curse of Monkey Island, ya sin su creador original, título un tanto denostado en su momento, pero a la altura del legado de la saga. En 2001, en pleno declive de popularidad del género, llegaba el fallido Escape from Monkey Island. Finalmente, entre 2009 y 2010 pudimos disfrutar del episódico Tales of Monkey Island a cargo de Telltale Games, aventura de mucha más calidad de lo que piensa la creencia popular.

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Pero lo que el seguidor de la saga llevaba 31 años esperando era el nuevo Monkey de Ron, el que el señor Gilbert tenía en mente tras el sorprendente final de Lechuck´s Revenge, independiente al devenir de la saga en manos ajenas. Y esto es lo que viene siendo Return To Monkey Island, esa verdadera tercera entrega en la que Ron ha hecho un imaginativo ejercicio guionístico para encajarla en la continuidad de la serie a pesar de que como ha comentado en varias ocasiones, para él no existen Curse y Escape. Y lo que finalmente nos entrega es una aventura gráfica colosal, muy clásica pero con hueco para multitud de innovaciones, ideal tanto para acérrimos del género y la saga como para quien quiera disfrutar de una aventura gráfica por primera vez. Un triunfo, pese que no logra emular plenamente el brillo de las dos primera entregas, con un título divertidísmo lleno de humor mordaz y puzles inteligentes y satisfactorios. Disponible desde ya en PC y Nintendo Switch, y pronto en más sistemas.

De vuelta a Monkey Island

Como el propio Ron Gilbert ha comentado, Return to Monkey Island es la clásica historia de piratas, llena de aventuras, tesoros y terribles enemigos. Creemos que cuanto menos desvelemos del guión mejor, limitándonos a comentar que manejaremos nuevamente al bravo pirata de impronunciable nombre Guybrush Threepwood en busca del legendario secreto de la Isla de los Monos, mientras hace frente a su némesis el fantasma LeChuck. Quizá notemos que el guión es un tanto predecible, juega con mucho énfasis la baza de la nostalgia, y recorre sin mucho disimulo los senderos de la primera entrega de la saga. Resulta satisfactorio, pero pensamos que tras 31 años el señor Gilbert podría haber elaborado un guion algo mejor. Al final, estamos ante un mera excusa para recorrer el Caribe resolviendo puzles y disfrutando de diálogos tronchantes. Sin suponer una decepción, creemos que impide que el título brille en este sentido como lo hicieron las primeras entregas.

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También notamos algo de falta de chispa en muchos personajes, que quedan un tanto desaprovechados. Guybrush sí resulta un protagonista de altura como siempre, armado con diálogos incluso más afilados que su espada, siempre dispuesto a soltar una respuesta ácida y socarrona. No estamos tan satisfechos con el papel de personajes como Elaine, con un rol demasiado secundario y testimonial. Tampoco los muchos personajes de la saga que vuelven ni las nuevas adiciones logran dejarnos papeles para el recuerdo. Nuevamente, no es un defecto grave, pero era un campo en el que esperábamos algo más. Son estas dos carencias las que en nuestra opinión alejan a Return to Monkey Island de la excelencia, y hemos querido comenzar resaltando lo menos bueno del título para pasar a enumerar la muchas bondades de la aventura que nos han conquistado.

Lo que sí que no podía faltar de ninguna manera es el humor tan propio de la saga, que hará que disfrutemos del título con una sonrisa de oreja a oreja mientras lo completamos. La infinidad de diálogos tronchantes, respuestas rocambolescas y situaciones desternillantes marca de la casa nos harán disfrutar de lo lindo. Esa vena cómica ácida e inocente a la vez tan propia de los juegos de Lucas resulta muy difícil de imitar, y desde los primeros compases del título queda claro que el bueno de Ron no ha perdido ni ápice del toque en ese campo. El título está pensado para ser disfrutado sin necesidad de haber jugado a ninguna entrega de la saga, aunque nos perdamos muchas referencias. Por si acaso, incluye un detallado resumen accesible desde el menú principal que relata la historia de la saga y sus momentos más importantes.

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Como ocurría en Monkey Island 2, y en la anterior aventura gráfica de Ron Gilbert, el mencionado Thimbleweed Park, al comienzo del título podemos optar por disfrutar de la aventura completa con todos sus puzles y obstáculos, o una versión recortada en enigmas más casual, enfocada a disfrutar de la historia sin muchas complicaciones. La versión completa dura entre 12-15 horas en función de nuestra pericia, bastante menos en el modo casual que sufre de un recorte severo de puzles. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, el título cuenta con una estupenda localización de todos sus textos al castellano, por lo que el idioma no será una barrera para disfrutarlo plenamente. Algo de agradecer, ya que estamos ante un título divertidísimo que basa gran parte de su atractivo en el desbordante humor de todos sus textos.

Aventura gráfica para todos los públicos

A diferencia de Thimbleweed Park, que precisamente buscaba evocar las sensaciones de los grandes clásicos de Lucas, Return To Monkey Island emplea un interfaz simplificado, basado eso sí en el puntero. Cuando lo deslicemos sobre algún elemento o personaje con el que podamos interactuar, se resaltarán sobre el mismo una o dos acciones a realizar según el caso, equivalentes a las clásicas “Mirar”, “Coger” o “Hablar”. La gracia es que en lugar de un verbo, se nos mostrará una frase graciosa que describe dicha acción, reforzando el sentido del humor del juego. Viene siendo el esquema de control simplificado habitual de las aventuras gráficas modernas, con un toque de humor. En la esquina inferior izquierda tendremos acceso al inventario, donde almacenaremos multitud de objetos para emplear a lo largo de la aventura. Arrastrándolos a la pantalla y pulsado sobre los distintos elementos de la misma, los usaremos en caso de que esto sea posible. Este interfaz de usuario minimalista deja la pantalla prácticamente libre para la acción, lo cual nos ha encantado.

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Nos ha gustado mucho la variedad, cantidad y buena implementación de los puzles del juego. Había ciertas reticencias a este respecto pensando que quizá estaríamos ante una aventura simplificada, pero nada más lejos de la realidad. El nivel de los puzles es medio/alto, requiere mucha atención e inventiva. Salvo un par de ellos algo rebuscados, son en su casi totalidad lógicos y muy satisfactorios. Priman los clásicos puzles de inventario, pero también habrá alguno muy original basado en el diálogo, algún laberinto que en contra de lo que habitualmente pasa con este tipo de puzles resulta interesante, y alguna pequeña sorpresa. Todos ellos implementados de forma orgánica e inteligente, y la verdad es que da gusto devanarse los sesos para resolverlos. Ayuda a ello un movimiento muy ágil por parte de Guybrush, de manera que pulsando dos veces el cursor donde queramos desplazarnos nuestro protagonista se moverá allí raudo y veloz, evitando caer en la monotonía a la hora de recorrer los escenarios en busca de respuestas.

A mayores del modo casual recortado en puzles, el título cuenta con un interesante añadido, que hace que si ya en circunstancias normales animemos a todo el mundo a no optar por dicho modo fácil, convierte definitivamente a Return to Monkey Island en la aventura gráfica ideal para todo tipo de públicos. De manera totalmente opcional, se ha implementado un interesantísimo sistema de pistas graduales, con secciones de guía para cada una de las búsquedas y sub búsquedas que tengamos activas en cada momento. Los más puristas del género no tienen porqué rasgarse las vestiduras, ya que este sistema es totalmente opcional, pero la verdad es que funciona de maravilla, dando pistas graduales y muy livianas en un principio, aumentado el grado de exactitud con las acciones a realizar si pedimos más pistas para un determinado tema. Funciona tan bien, que convierte a Return to Monkey Island en la aventura gráfica perfecta para iniciarse en el género, evitando la frustración de atascos prolongados en el tiempo.

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También se incluyen objetivos secundarios como un divertido juego del trivial, cuyas tarjetas con preguntas que deberemos contestar habrá que ir encontrando a lo largo de nuestras andanzas. Hay que destacar un penúltimo acto que surge cuando pensábamos que afrontábamos el tramo final de la aventura, y descubrimos que aún queda mucho por hacer y se nos revela un amplio mapamundi con multitud de localizaciones. Esta parte del juego brilla con muchísima fuerza y se destapa como un tramo genial, enlazando puzles y búsquedas a lo largo de unas 2-3 horas que son de lo mejor que hemos disfrutado en el género. El ritmo a lo largo de la aventura es muy bueno, pero este tramo nos parece de manual de aventura gráfica y deja un sabor de boca magnífico.

Navegando más allá del pixel

Mucha polémica ha levantado el apartado visual del juego, que deja atrás la clásica estética pixel art para apostar por un acabado con tintes cubistas y abstractos en tonos acuarela y pastel. Y pese a que en un principio nosotros también éramos partidarios de la vieja escuela, hemos de admitir que este viraje gráfico ha terminado por conquistarnos. La dirección artística desborda personalidad, los colores están elegidos con maestría y los encuadres y transiciones terminan por dejarnos las estampas más bellas de los siete mares. Las animaciones desbordan buen hacer, y junto con las magníficas expresiones de los personajes refuerzan la vena cómica del juego. La ambientación, pese a los cambios estéticos, clava el espíritu de la saga, y nos sumerge por completo en este viaje increíble.

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La nueva recreación de multitud de parajes icónicos resulta muy acertada y respetuosa con el material original, consiguiendo hacer florecer con fuerza esa vena nostálgica por la que con tanta fuerza apuesta el título. A mayores visitaremos multitud de nuevas y variadas localizaciones de exuberante belleza, y todo ello en conjunción termina por ofrecer un espectáculo para la vista que logra hacernos olvidar las maravillas pixeladas de antaño, pese a que como hemos admitido también éramos reticentes en un primer momento a este cambio.

El apartado sonoro es una soberana delicia, y termina por redondear un producto que evoca los enormes valores de producción con que contaba el género en el pasado. La calidad de las melodías es apabullante, tanto las versiones de las clásicas de la saga como las nuevas tonadillas compuestas para la ocasión. Los distintos instrumentos suenan con calidad prístina, en una mezcla de sonido que nada tiene que envidiar a grandes producciones del celuloide. El trabajo de doblaje al inglés a cargo de los mencionados Dominic Armato, Alexandra Boyd, y Denny Delk es soberbio, demostrando que han nacido para interpretar estos personajes y siendo decisivos a la hora de remarcar sus personalidades. El resto de voces acompaña a la perfección, dejándonos un producto redondo en lo audiovisual.

Conclusión

La espera ha merecido la pena. 31 años han sido necesarios para que Ron Gilbert y su tropa nos obsequien con un nuevo Monkey Island a la altura de la saga y del enorme legado de la misma. Solo un guión predecible que juega con demasiado descaro la baza de la nostalgia, y algo de falta de chispa en muchos de sus personajes lo alejan de la excelencia y de brillar con la misma fuerza que las primeras entregas de la saga. Por lo demás, tenemos una aventura gráfica soberbia, con un protagonista carismático, un humor mordaz y afilado con multitud de situaciones rocambolescas y desternillantes. Los puzles son muy satisfactorios y variados, y resulta un verdadero placer embarcarse en su resolución. A nivel audiovisual, dejando a un lado las reticencias por el nuevo enfoque gráfico, tenemos un producto de primer nivel. Además estamos ante una aventura gráfica ideal tanto para los expertos del género y veteranos de la saga como para quien quiera iniciarse en el mismo, ya que cuenta con un magnífico sistema de pistas totalmente opcional magníficamente integrado en el juego. Para los que amamos esta forma tan especial de entender el videojuego, solo nos queda congratularnos porque el señor Gilbert haya decidido volvernos a demostrar cuanto comparte ese amor con nosotros. Es más, le perdonamos que haya faltado a sus principios, y nos cobre más de 20 pavos por el juego, porque los merece. Rematamos tentando nuevamente la suerte, evocando el final del análisis de Thimbleweed Park que resultó ser premonitorio, comentándole al bueno de Ron las ganas que tenemos de volver a cierta Mansión maníaca...

Lo mejor

  • Humor desbordante en la mejor tradición de la saga. Un título divertidísimo que se juega con una sonrisa de oreja a oreja.
  • Puzles muy satisfactorios, variados y en general lógicos e implementados de manera muy orgánica.
  • Guybrush Threepwood, genio y figura.
  • Aventura gráfica ideal tanto para veteranos en el género y la saga como para adentrarse por primera vez en el mismo.
  • Una delicia audiovisual.

Lo peor

  • Guión predecible y un tanto plano que juega demasiadas bazas a la nostalgia.
  • Le falta algo de chispa en varios personajes.
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.