Impresiones Assassin's Creed Valhalla: La Saga Olvidada, un roguelite desafiante dentro de un juego colosal

Casi dos años después del lanzamiento de Assassin's Creed Valhalla, la obra de Ubisoft Montreal no ha dejado de crecer. Tres expansiones de pago, actualizaciones, festivales estacionales, modos de juego gratuitos... todos los DLC han conformado un producto gigantesco que todavía seguirá añadiendo novedades hasta final de año, cuando el epílogo de Eivor cierre la historia del personaje. Antes de que eso ocurra, el estudio acaba de presentar La Saga Olvidada, un juego de tipo roguelite que podría incluso pasar por una expansión por su evergadura.

La historia de La Saga Olvidada nos pone en la piel de Odín tras los acontecimientos de El Amanecer del Ragnarök, si bien no es necesario haber jugado a la expansión para poder acceder a este modo de juego. El alma de Balder, dios de la pureza y de la luz, se ha perdido en Niflheimr, el reino de los muertos. Asesinada la deidad, su progenitor no se rinde y pondrá patas arriba el reino para rescatar a la sangre de su sangre.

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A nivel narrativo no destaca especialmente. El dolor del padre canaliza la historia, un sentimiento que le lleva hasta tierras infernales. Thor, su otro hijo, pone el contraste argumental: no está muy contento con la idea de que Odín rescate a su hermanastro, pues piensa que todo está perdido y que el chico es cadáver.

Los ingredientes, la materia prima, resultan atractivos. La ejecución, por el contrario, no es tan brillante. Una historia pasable que sirve para colocar los pilares jugables más que otra cosa. De todos modos, es un modo opcional, por lo que es entendible que no aporte mucho al conjunto de la saga ni del videojuego.

Un Assassinin's Creed roguelite: avanzar, progresar, morir; resucitar, avanzar, progresar, morir

La estructura de juego es, como decíamos, la de todo roguelite que se precie. A medida que avanzamos, el personaje se va fortaleciendo con aptitudes, armas, trajes, escudos, runas, puntos de vida y demás poderes. Sin embargo, en la muerte casi todo lo obtenido se pierde, por lo que la siguiente run reinicia casi toda la progresión. Sea como fuere, en el campamento de Odín siempre se podrán mejorar algunos aspectos o comprar favores para conseguir ventajas estratégicas durante la siguiente partida.

La Saga Olvidada despliega su mapa con diversos puntos de interés, que debemos explorar para seguir progresando y mejorando. Las cajas cerradas son el desafío más habitual, cofres que al abrirlos nos proporcionan nuevas aptitudes, armas, etc. Para hacerte con el tesoro deberás derrotar primero a todos los enemigos, ya que de lo contrario quedarán sellados.

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Los pilares Stalli, en cambio, te dan la recompensa directamente, pero invocan a un enemigo de inmediato. En cuanto a los cofres infernales, son parecidos a las cajas, con la diferencia de que tendrás que derrotar a los enemigos en un límite de tiempo concreto.

El mundo de Niflheimr se ha diseñado con el objetivo de que sea el jugador el que elija su ruta, pese a que tendrá que hacerlo con sumo cuidado. Atravesar una cadena gigante como si de un puente se tratara conlleva que esta se rompa, de modo que no será posible volver atrás. Al final de cada nivel nos espera además un enfrentamiento contra un jefe final, enemigos del pasado que regresan para atormentarnos en el mundo infernal. Cada uno dispone de sus propios patrones, muy en la línea de lo que nos ha ofrecido Valhalla en el resto de secciones del juego.

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Obstáculos por todas partes

Assassin's Creed Valhalla: La Saga Olvidada implementa sus retos de manera paulatina, a medida que el jugador va avanzando a través de los niveles. Las corrientes de lava, por ejemplo, elevarán las temperaturas hasta el punto de que permanecer demasiado tiempo en esa zona conducirá irremediablemente a una dolorosa muerte. Por otro lado, las zonas de seguridad nos brindan la oportunidad de salvarnos de la quema. La cosa quizá parezca sencilla sobre el papel, pero en la práctica estamos resolviendo situaciones mientras el indicador de calor sube hasta temperaturas mucho más altas que las de Madrid en plena ola de calor veraniega.

La salud es tan importante como las habilidades o las armas, así que es necesario conservar las fuerzas siempre que sea posible. En ese sentido, los altares de venados devuelven salud, mientras que el regalo por completar alguno de los desafíos será aumentar la barra de salud en esa run concretamente. En puntos intermedios de cada nivel nos topamos con mercaderes, que nos ofrecen sus servicios a cambio de monedas. La gestión de todos los recursos y de la barra de salud se contempla por supuesto como un aspecto más de la estrategia del jugador.

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Como dejábamos entrever, el sistema de combate sigue las mismas directrices que las del juego original. No obstante, cada enemigo es vulnerable a un efecto de estado, sea fuego, hielo, veneno o electricidad.

No es igual que las expansiones de Far Cry 6

Cuando La Saga Olvidada fue anunciada, se nos pasó por la cabeza que tal vez fuera una versión casi exacta de las expansiones de Far Cry 6. Guarda ciertas similitudes, eso es innegable, pero es un juego con sus propias características diferenciales. Habida cuenta de que es un roguelite, la dificultad es bastante elevada, sobre todo cuando la salud comienza a escasear. Hemos sobrepasado el segundo nivel, nos matan y tenemos que desandar el camino, volver a empezar. Por fortuna, las habilidades y las mejoras de los trajes se mantienen. La pregunta es, ¿se hará repetitivo con el tiempo? Con pocas horas de juego a nuestras espaldas ya lo empezamos a notar.

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Assassin's Creed Valhalla está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series S, PC y Google Stadia.