Análisis
Scuf Reflex, análisis. Un mando élite para la nueva generación, ¿el mejor de PS5?
Analizamos el nuevo mando de la prestigiosa marca Scuf para los que quieran una experiencia profesional. Todos los elementos para el éxito.
Scuf es una marca conocida por cualquiera que haya querido dar un pequeño paso en esto de tomarse más en serio los juegos de corte multijugador y competitivo, sobre todo shooters. Se dieron a conocer por la posibilidad de asignar botones y palancas posteriores a los mandos de forma personalizada, consiguiendo así darle más libertad al jugador a la hora de reasignar botones y opciones. Todo esto ha ido evolucionando, y Scuf ha subido la apuesta desde hace tiempo. En febrero os hablábamos de Scuf Instinct para Xbox y PC, y hoy os traemos la misma idea pero para PS5: Scuf Reflex es un DualSense, pero con opciones pro y añadidos que elevan la experiencia de juego. ¿Vale la pena?
Antes de ponernos a trabajar con el rendimiento del mando, en Scuf ofrecen una gran variedad de opciones de personalización y mejora de los mismos a través de su página web, donde se hace el encargo. Es aquí donde podremos escoger un sinfín de opciones con un diseño de mando DualSense como base: el color, diseños propios, cambiar la forma de los sticks, incluso colorear algunos de los contornos o solo la cruceta… Las opciones son enormes y estaremos un buen rato con ello. Entre lo más destacado, el hecho de escoger o no grips (mejores agarres) y desactivar la vibración.
Todo esto, es importante recalcarlo, puede elevar el precio de la pieza. Scuf no es un mando para cualquier bolsillo y la inversión va muy vinculada a quien quiera una experiencia Premium en sus juegos. Los agarres cuestan 25 euros extras y quitar la vibración, 10. Así que del precio base del mando, 219,99 euros, podemos ir fácilmente a los 300 euros.
Subir de nivel, tener mayor control
El principal reclamo de Scuf Reflex es el de poder tener un mando competitivo con mejores agarres y con botones posteriores para poder optimizar nuestras acciones en el campo de batalla. Detrás cuenta con botones posteriores –ya no son palancas- que nos permiten asignar cuatro nuevos movimientos desde el propio mando, sin tener que pasar por ningún ordenador o consola. ¿Y qué conseguimos con eso? Lo hemos comentado ya en otras ocasiones: poder agilizar tareas. Por ejemplo, colocar el salto en un botón posterior y poder apuntar con stick derecho y saltar a la vez, algo imposible con los mandos normales. O usarlos de atajos para agacharse, correr o golpear, clásicos movimientos que se hacen con el no demasiado cómodo click de stick izquierdo o derecho.
El diseño de estos botones posteriores sigue la estela del mando de Xbox, con dos de ellos pensados para pulsar hacia el mando y dos algo más interiores que se pueden usar con el mismo dedo, pero pulsando hacia la dirección contraria. Los cuatro están en una buena posición y se llega fácilmente a ellos, aunque nos sigue pareciendo más cómodos los que están pegados a los agarres que los interiores.
Ya con el mando en nuestro poder y tras jugar a varios títulos que nos piden precisión y velocidad, como la beta de Overwatch 2, Apex Legends o Call of Duty: Warzone, podemos decir que las sensaciones con el mando son muy positivas. Los botones posteriores nos parecen imprescindibles para los estandartes de hoy en día y con Scuf Reflex no renunciamos al potente diseño del DualSense, ya que muchas veces cambiar radicalmente de diseño, agarres y demás no acaba de convencer a según qué personas. Los sticks son suaves, sin puntos muertos y permiten apuntar con precisión. En nuestro caso, los sticks con zona cóncava nos parecen los más cómodos, aunque hemos podido probar otras opciones –se pueden comprar por separado- como sticks algo más largos, que se acostumbra a usar en el analógico derecho, o con otras formas más redondeadas.
Más allá de esto, tanto la cruceta, que mantiene el diseño del DualSense, como los botones superiores y gatillos tradicionales tienen una respuesta idéntica al mando original de PS5. Donde hemos notado un pequeño cambio menor es en los cuatro botones principales, que nos parecen algo más blandos y con un tacto menos mecánico en el Scuf Reflex que en el DualSense, además de tener un pequeño error en diseño que es no tener marcados los símbolos del cuadrado, X, triángulo y redonda como es tradición en Sony.
Nuestra valoración en este sentido es que si te gusta DualSense para los juegos 2D como pueden ser los de lucha o plataformas, metroidvania y similares, Scuf Reflex mantiene el tipo y el tacto. Si no te convence la cruceta de la consola de Sony, no lo hará este dispositivo que nos ocupa. A todo esto, es un mando que cuenta con todas las funciones que necesitamos en PS5, que van desde el botón de opciones al de compartir, así como el touchpad en el centro del mismo. No hay diferencias.
Tres perfiles sin intermediarios
Como decíamos antes, el mando nos permite cambiar la disposición de los botones de forma muy sencilla. Simplemente pulsamos el botón de perfil que tenemos en la parte posterior del mismo, y cuando esté activa la luz, dejamos pulsado el botón hasta que empiece a parpadear. Una vez así, solo tenemos que pulsar a la vez el botón posterior y el botón principal que queremos que copie. Así de simple. Además, tenemos tres perfiles (verde, azul, rojo) para poder asignar tres configuraciones distintas si cambiamos de juego sin tener que estar cambiando la asignación de botones.
Es verdad que este sistema limita nuestras acciones con los botones posteriores a aquellas acciones disponibles de serie en el mando, y eso impide que podamos usarlo como atajos (el mando Élite de Xbox permite asignar acciones no previstas, como iniciar una grabación), pero eso ya requeriría de un desarrollo extra que al menos solo hemos visto en dicho producto oficial de Microsoft, por lo que no es habitual en licencias a terceros.
