Los retos de 2022 en Xbox: más juegos, xCloud y el futuro de Gold

Xbox has no games ha pasado a la historia. Entre los títulos con mejores valoraciones de 2021 encontramos Forza Horizon 5, Halo Infinite, Psychonauts 2, Microsoft Flight Simulator, Age of Empires 4 y un Deathloop para la competencia que es de un estudio propio. La compañía empieza a recoger los frutos de una serie de compras de desarrolladoras que empezó en 2017, que pareció no arrancar en el tramo final de Xbox One pero que ya florece en este primer año de Series. Y todavía queda mucho por venir. Los juegos serán un elemento capital para el 2022 de Microsoft que tiene, delante de sí, varios retos por afrontar: ¿habrá más juegos además de los confirmados? ¿qué pasará con los servicios de suscripción actuales?

Eso sí, le pasa lo mismo que a PS5 y a otros dispositivos: el gran desafío está en conseguir cumplir con la demanda de stock que habrá y que ha habido en este primer año de nueva generación. Y aunque las expectativas no son muy esperanzadoras, la compañía ha confirmado que en su primer año de vida, Series ha vendido más que cualquier otra Xbox en el mismo período a pesar de la falta de oferta. Buena señal.

Juegos Xbox Series (exclusivos en consola) en desarrollo

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Hay varios nombres ya concretados para 2022, como la Triple S formada por Starfield, Stalker 2 y Scorn, a los que sumar el proyecto multijugador de Arkane Studio, Redfall, la campaña de CrossfireX de mano de Remedy y algunos indies como Tunic o Replaced. Además de ello, a nadie se le escapa que algunos de los títulos sin fecha como el nuevo Forza Motorsport o Hellblade 2 parecen estar en estadios más avanzados que el resto y podrían completar la propuesta de juegos para este año. Porque 2022 necesitará eso, concretar si algún nombre más se suma al segundo año de Series. Algunos, como Elder Scrolls, Indiana Jones o Perfect Dark, salvo sorpresa, suenan todavía lejanos.

xCloud, Game Pass, el play anywhere y los servicios que están por venir

El juego en la nube tiene en Microsoft un contendiente de primera. Stadia nos ha ofrecido una latencia muy baja y una experiencia sorprendentemente precisa en casi todos los escenarios, algo que de momento -bajo nuestro punto de vista- no está consiguiendo con tanta hegemonía xCloud. Eso no quita que el proyecto de Microsoft haya dado pasos de gigante, y el juego en la nube desde PC, por ejemplo, vaya avanzando aun con margen de mejora y desde consola funcione bastante bien. Otros campos, como en iOS, la experiencia dista de ser óptima. pero la clave de xCloud no es el juego en la nube por sí sola, sino su vínculo de oro con Game Pass.

Consolidar el juego a través de la nube es una garantía de éxito porque sumarse al Pass lo significa tener un catálogo potentísimo por una suscripción mensual con la que nadie puede competir a día de hoy. Y es uno de los caballos de batalla de la experiencia que permite, por ejemplo, jugar a títulos next gen con mejor rendimiento en Xbox One que sus versiones nativas.

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El crecimiento del Game Pass también marcará este 2022, que ha empezado fuerte con la trilogía de Mass Effect incluida este mes de enero. En general, los anuncios -más allá de los exclusivos el día de salida- están siendo potentes y superiores a otros servicios de suscripción. Indies, sagas enteras, juegos con enfoque multijugador… En la variedad está el gusto, y Game Pass debería (y seguramente así lo hará) seguir por este camino. A ello falta ver qué pasa con otros servicios. EA Play forma parte ya de la familia y próximamente llega el de Ubisoft+, aunque no dentro del Pass.

Movimiento estratégico: ¿qué hacer con Gold?

La otra cara de la moneda está en el servicio Gold, necesario para poder jugar online, pionero en eso de dar juegos mensuales pero que no está pasando por un buen momento. En 2021 dejó de ser necesario para los free to play -llegó tarde y corrigiendo un error de bulto- y los juegos que se han ido dando mes a mes, salvo contadas excepciones, han sido bastante olvidables. Es evidente que la inversión y los esfuerzos están en Game Pass, por lo que en un nuevo movimiento que se avance al resto, no parece descabellado pensar que este puede ser el último año de Gold como el servicio que hoy conocemos. Falta ver como se aplica esto. ¿Puede la consola soportar un online gratuito? ¿Se integrará directamente a Game Pass sin repercutir en el precio? La balanza entre actualizar una oferta de servicios que ha quedado anquilosada (Gold) pero sigue dando rendimiento u optimizar todavía más un pilar de tu modelo de negocio (Pass) es compleja.

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Para otras discusiones faltará conocer si Xbox abordará el camino de la Realidad Virtual en algún momento -por ahora, algo propio está descartado-, cómo evolucionará el éxito de Xbox Series S a medida que vayan creciendo en exigencia los desarrollos y los nuevos títulos y, por qué no, ver si hay nuevas compras o acuerdos para más títulos exclusivos. Japón sigue siendo un territorio por conquistar.