Assassin's Creed Valhalla, impresiones finales. ¿Un hogar al que regresar?
Probamos una demo durante más de 5 horas y completamos uno de los arcos argumentales principales del videojuego.
Noruega, siglo IX. El hambre consume al pueblo, desgastado por la guerra y por la muerte. Años de batalla y gloria, de botines y cabezas cercenadas. Pero en la casa de Odín las cosas no van bien, por lo que el clan vikingo liderado por Eivor decide zarpar hacia otros horizontes. Sus barcos llegan a las costas de Inglaterra, un territorio ya conocido por el pueblo vikingo, pues ha sido el blanco de invasiones en el pasado y en el presente. El objetivo es ahora hallar un nuevo hogar, un asentamiento permanente en un territorio hostil. Assassin's Creed Valhalla, la nueva producción de Ubisoft Montreal, nos introduce en la piel de Eivor, el lider de su clan. Hacha en mano se abrirá camino por el mundo cristiano, siempre con los ojos puestos en el Valhalla, la muerte en batalla, lo que todo vikingo desea para caminar entre sus dioses.
La caída del Imperio romano sume a sus antiguas provincias en los años oscuros, una época en la que se destruyó parte del conocimiento clásico, aunque los historiadores convergen en la idea de que la penumbra no fue tan insondable como podría parecer a simple vista. Con todo, en la Inglaterra de esa era, los diferentes reinos no convivían en paz. De hecho, los reyes luchaban por el trono y las distintas ramas de nobles confabulaban en nombre de dios. Que los paganos tocaran suelo sagrado recibió una respuesta, la guerra, pero los cristianos no conformaban una unidad y pronto se produjeron alianzas con los invasores, a fin de saciar las ambiciones de unos y otros.
El personaje, la personalización y el asentamiento
Nada más iniciar la demo, el juego nos solicita elegir entre el Eivor masculino o el femenino. La decisión no es definitiva, ya que se puede alternar entre uno y otro en cualquier momento. La solución de crear dos hermanos antagónicos, como en Assassin's Creed Odyssey, no se ha explorado en este título, pues el protagonista comparte el mismo nombre, de modo que Eivor es canónico para la historia con independencia de su sexo.
Una de las novedades que hallamos y que ya podemos explorar en esta versión es la posibilidad de personalizar al protagonista como nunca se ha hecho en un producto de la saga. Al igual que en los videojuegos anteriores, existe la opción de elegir el equipamiento y las armas, pero en esta ocasión se añaden otras características adicionales: en el asentamiento, el personaje tiene la opción de tatuarse en diferentes partes del cuerpo, elegir el peinado, el color de pelo e incluso el estilo de la barba. No es un editor de personajes profundo, en tanto en cuanto solo se pueden modificar ciertos aspectos, pero la opción de desbloquear nuevos estilos permite al usuario elegir cómo será su versión de Eivor y cómo se reflejará en pantalla.
Nada más tomar los mandos viajamos a la Inglaterra de antaño, un mapa que no se antoja pequeño precisamente. Pese a que el juego final transcurrirá entre las islas británicas y la gélida Noruega, esta demo está centrada en la parte de Leidecestshire. El cambio de ambientación se percibe casi de inmediato. El tono es más sombrío que el de Assassin's Creed Odyssey, con parajes bellos, pero tizanos de un aspecto oscuro, que realza su lado tenebroso cuando la lluvia repiquetea contra el suelo. Al fondo se divisan montañas nevadas, una estampa que no hemos visto en los títulos más recientes de la marca.
El asentamiento es uno de los pilares principales de Assassin's Creed: Valhalla, que funciona de una forma similar a los campamentos de Red Dead Redemption 2. Es una especie de base de operaciones donde el pueblo vikingo desarrolla sus actividades, construye nuevos edificios y establece la estrategia a seguir. El herrero solo estará disponible en esta zona, al igual que algunas tiendas o el establecimiento que nos permite personalizar a Eivor y a su adorado cuervo. No nos dio tiempo a realizar todas las actividades, pero muchas partes narrativas se desarrollarán en esta localización. Con el tiempo, el asentamiento prosperará y construiremos nuevos edificios que nos proporcionarán más opciones. Crear regimientos de soldados para que nos acompañen en los asaltos (las raids) es algo que se desarrolla igualmente en esta zona, y triunfar en esta actividad nos nutrirá de recursos para invertir en el asentamiento.
Conociendo a los hijos de Ragnar
En los primeros minutos de partida sentimos que la fórmula nos resulta muy familiar, que sigue sin duda los pasos de Origins y Odyssey. Hay cambios en el mapeado de botones a los que al principio nos cuesta acostumbrarnos, pero como en todo, al final es una cuestión de tiempo. Dejando atrás los problemas con el mando, decidimos probar suerte con la trama principal. En esta ocasión, Ubisoft Montreal ha cambiado la estructura narrativa del videojuego, que se ha organizado en sagas (como los antiguos volúmenes nórdicos). Desde la compañía francesa aseguran que cada una de ellas será diferente, aunque en la demo podemos vivir un arco argumental especialmente violento.
Años después de que Ragnar protagonizara sus incursiones en Inglaterra, Eivor se alía con dos de sus hijos, Ubba Ragnarsson e Ivarr El Deshuesado. Estos vikingos legendarios confabulan para deponer al actual rey de Mercia y sustituirlo por otro de su agrado. La trama principal muestra la naturaleza salvaje de este pueblo, al menos la que se ha solido retratar en otras obras de ficción, que como tal no tienen por qué ser fiel reflejo de la realidad. En cualquier caso, Assassin's Creed Valhalla aprovecha la historia para ofrecer la otra cara de la moneda. No todo se soluciona con el hacha o la espada (aunque veamos a Ivarr torturando con fruición a un prisionero), sino que la diplomacia tiene un papel preponderante. Un papel que no se traslada directamente a las mecánicas de juego, sino que se enhebra directamente en la historia. Su sistema de diálogos volverá a abrir distintos caminos marcados por las decisiones, pero todavía es pronto para determinar hasta qué punto se bifurcan los hilos argumentales.
Las misiones principales nos llevan a desarrollar con más profundidad la relación de Eivor con sus hermanos vikingos y los cristianos, todo ello dentro de un entramado de relaciones que nos llevará a dialogar y a luchar en numerosas batallas, algunas de las cuales serán bastante multitudinarias. En el asedio a una fortaleza, derribamos las puertas con un ariete, avanzamos junto a otros combatientes y nos defendemos con los escudos cuando la ráfaga de flechas cae en nuestra dirección. Después, la lluvia de saetas arrecia y nos lanzamos contra la puerta para hacerla pedazos, aunque necesitamos varios intentos para que el portón estalle entre astillas de madera.
Vikingos, guerreros feroces: batallas, progresión y sigilo
El sistema de batalla se inserta en el molde de sus antecesores más recientes, pese a que presenta algunos cambios. La personalización no es solo estética, puesto que también nos brinda la posibilidad de adaptar las batallas a nuestro gusto. Eivor puede luchar con una combinación de dos armas, escudo y arma, filo a dos manos o dos escudos, sin olvidar el arco. El timing, los parry y los desplazamientos para esquivar se combinan con el uso de habilidades especiales, que se valen de una barra de adrenalina para desencadenar sus devastadores efectos. Por si eso no fuera poco, y como ya mencionamos en nuestra preview anterior, se implementan ejecuciones brutales, que podemos realizar pulsando un botón cuando aparece la señal sobre el enemigo. Las animaciones en esos momentos son variadas, pero se nos ha quedado en la retina una escena en la que el protagonista separa la cabeza del enemigo con su arma. Ubisoft promete asimismo múltiples arquetipos de soldados, cada uno con sus fortalezas y debilidades.
La regeneración de vida automática se ha eliminado, de forma que el personaje debe buscar recursos para elaborar un brebaje que se emplea a modo de poción durante el combate o fuera de él. Ingerir setas le ayuda a regenerar vida y a restablecer su barra de adrenalina. Todo esto va ligado a un sistema de progresión renovado. En anteriores videojuegos de la saga, Ubisoft se decantó por un sistema de niveles, algo que obligaba al usuario a realizar tareas secundarias para incrementar su poder. Esto producía barreras en la progresión, ya que no era posible avanzar en la historia principal a menos que hubieras alcanzado un nivel determinado.
La desarrolladora ha escuchado las quejas y ha replanteado las ideas. La progresión ya no se basa en niveles, sino que focaliza su atención en tres aspectos concretos: un árbol de habilidades que se despliega en tres ramas diferentes y que aumenta el nivel de poder, es decir, la defensa, el ataque, etc. En segundo lugar, una serie de habilidades asignables y pasivas que se consiguen a través de Libros de Conocimiento. Esto incluye a nuestro aliado animal. Si Kassandra tenía a Ícaro sobre sus hombros, Eivor cuenta con la ayuda de un cuervo muy perspicaz, cuyo potencial se va desarrollando poco a poco. Por ejemplo, podremos sobrevolar el territorio, pero al principio no tendremos la habilidad de que el animal fije a los enemigos como objetivo. Por último, se establecen las mejoras de armas y equipamiento como tercer pilar de este sistema.
A lo largo de estos años, no son pocos los que se han quejado de que Assassin's Creed ha perdido algo de su esencia. En Ubisoft han tomado buena nota de ello. El regreso del sigilo de social, el parkour y los asesinatos con la hoja oculta marcan una especie de fusión entre la fórmula de hoy y la de ayer. Sentarse en un banco para disimular o hacernos pasar por monjes son dos opciones para pasar desapercibidos. Eivor se coloca la capucha y puede caminar agazapado. De igual modo, se implementan características anteriores como los silbidos para atraer a los enemigos o los distintos tipos de asesinatos.
¿Misiones secundarias? Estos son los contenidos
Los vikingos desembarcan como conquistadores. Por eso, según su responsable narrativo, Darby McDevitt, no tiene sentido un sistema de misiones secundarias como en Assassin's Creed Odyssey. “Una de las primeras cosas que nos preguntamos al hacer Assassin's Creed Valhalla fue: '¿Funciona el formato tradicion de misión principal/misiones secundarias para un vikingo que invade un país hostil?'.La respuesta fue rotundamente no. Las misiones secundarias tradicionales, las que encuentras en casi cualquier RPG, no tienen sentido para nuestro personaje”, porque no encaja que un invasor ayude a los ciudadanos solo por su buen corazón.
En lugar de eso se ha perfilado lo que en Ubisoft han denominado Eventos de Mundo, que no son más que pequeñas misiones secundarias que ofrecen historias sobre el día a día de los distintos personajes que componen este universo. Durante nuestra sesión de juego, escuchamos la conversación entre dos hermanos que se autoproclaman hijos bastardos del legendario Ragnar. Eivor les ayudará a quemar la granja y a obtener el hacha de guerra de su madre. El segundo Evento de Mundo que probamos nos lleva a una sucia mazmorra, donde se encuentra una mujer loca que busca huevos de serpiente. Se los damos después de acabar con unas cuantas alimañas, pero la señora, ni corta ni perezosa, deshace su estómago en un festival de ventosidades que salen por las alcantarillas y dejan a las personas que están alrededor con el sufrido olor en el ambiente. ¿Serán profundas o se quedarán en misiones divertidas? ¿Aportarán al personaje y a su mundo? No podremos responder a esta pregunta hasta el análisis, cuando experimentaremos todas estas historias.
Hemos podido echar un vistazo a algunos de los minijuegos. Las batallas de rap están curiosas, pues es necesario buscar la rima que encaje con la frase anterior. El juego de beber funciona con quick times events, por lo que suponemos que se irá complicando progresivamente. En cuanto a los puzles y misterios, pudimos realizar uno en el que había que jugar con las luces y con los saltos entre plataformas. A continuación, tuvimos tiempo para construir una torre de piedras, que nos acerca un poco más a los dioses.
Los poderosos guerreros Zealot son como los mercenarios de Odyssey, jefes que nos perseguirán y que deberemos derrotar si se cruzan en nuestro camino. En la demo no estaba presente el sistema al estilo Némesis de la entrega anterior. Según ha declarado Ubisoft a MeriStation, “los mercenarios en Odyssey eran parte de un sistema de recompensas, mientras que en Assassin's Creed Valhalla, los caballeros Zealots son protectores de la Orden de los Antiguos y como tal, reaccionan a tus acciones en el mundo; te perseguirán si te consideran una amenaza”.
¿Da Assassin's Creed Valhalla un paso más en la buena dirección? ¿Consigue sentirse fresco a pesar de compartir fórmula con otros dos videojuegos inmensos? Son preguntas importantes que responderemos en el análisis. No hay duda de que las bases son las mismas y de que hay muchos sistemas que resultan familiares. Pero en una producción tan ingente, 6 horas no es suficiente para emitir un veredicto definitivo. Adelantamos que sí, Valhalla se siente parecido a los anteriores, pero dispone de los ingredientes necesarios para avanzar y seguir mejorando la fórmula. El tiempo dirá si lo suficiente. Por lo pronto, estamos metidos de lleno en el mundo vikingo. ¡Sköll!
- Acción
- Aventura
Assassin's Creed Valhalla es una nueva entrega de la saga de aventura y acción histórica a cargo de Ubisoft Montreal y Ubisoft para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Xbox Series y Stadia ambientada en la era vikinga. Ponte en la piel de Eivor y lidera a tu clan desde los gélidos páramos de Noruega hasta un nuevo hogar en los exuberantes campos de la Inglaterra del siglo IX. Funda tu asentamiento, conquista esa tierra hostil cueste lo que cueste y gánate un lugar en el Valhalla. La Inglaterra de la era vikinga es una nación fracturada, plagada de ruines señores feudales y reinos en guerra, pero bajo ese caos yace una tierra rica e indómita que aguarda a que alguien la conquiste.