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Assassin's Creed Valhalla, impresiones y gameplay; ya lo hemos jugado
Jugamos durante cuatro horas al nuevo título de Ubisoft, que llega para seguir la estela jugable de Origins y Oddyssey, ahora en un mundo vikingo.
Assassin's Creed es una saga que ha sabido reinventarse a tiempo. Tras cosechar el éxito durante la pasada generación de consolas e intentar evolucionar en la actual, fue un parón en la producción anual de la serie y la llegada de Origins lo que revolucionó la franquicia. Al año siguiente, Oddyssey marcaba un listón altísimo para la serie nacida hace más de 10 años, con un claro cambio hacia el toque RPG y la creación de mundos mucho más vivos y repletos de desafíos. Con esta misma esencia llega Valhalla, la nueva entrega de Assassin's Creed a la que hemos podido jugar durante cuatro horas en un evento en remoto y por streaming. Es la hora de la invasión vikinga.
Durante nuestra experiencia pudimos jugar una parte del mapa ubicado en el territorio de Anglia Oriental, donde los vikingos intentan asentarse ante los enemigos ingleses. Esta región inglesa, de hecho, está devastada por la guerra y nuestro protagonista, chico o chica, ambos son canon, quiere asegurar la llegada de un nuevo Rey en el trono para devolver la paz a la zona. Es la primera misión que realizaremos con Eivor, intentar asegurar un espacio para ganarnos el favor de una facción de cara a futuros desafíos y poder proclamar al rey.
El desarrollo de la misión es fácilmente reconocible si habéis jugado a las dos últimas entregas. Se nos indica que vayamos a un lugar concreto en el mapa a lomos de nuestro caballo, y una vez ahí, realizamos tareas familiares pero que funcionan bien. Escanear la zona con nuestra águila y plantear una estrategia a seguir. Empezamos con sigilo, acabando con enemigos sin que se nos detecte gracias al uso de la Hoja Oculta de Eivor, pero rápidamente un cuerpo alerta al resto de soldados. Toca luchar cuerpo a cuerpo. El sistema de combate mantiene las señas de identidad de Odyssey, pudiendo marcar enemigos, hacer contras si bloqueamos en el momento justo y luchando con golpes flojos y fuertes para intentar rebajar la barra de energía del enemigo, dejarlo aturdido y golpearle mejor. También usamos los ataques fuertes para intentar destrozar los escudos en los rivales que los tengan.
Uno de los elementos más espectaculares con los que cuenta el juego son los remates. En ciertos momentos tendremos la opción, pulsando R3, de poder hacer un remate espectacular, ya sea para acabar con el enemigo a modo de ejecución o para quitarle una gran cantidad de vida. Es una acción clave no solo para eso, sino también para intentar ponernos a salvo si estamos muy rodeados, ya que somos invencibles durante dicha animación.
Nuevas habilidades y sin regeneración de vida
Aunque la base jugable es conocida, lo cierto es que son las habilidades de Eivor lo que hacen que podamos ir probando distintas maneras de enfrentarnos a los enemigos. Tenemos una carga donde, como si de un jugador de rugby se tratara, nos abalanzamos sobre un enemigo y lo cargamos llevándonos a todo lo que esté por medio por delante. También un ataque a media distancia lanzando hachas a gran velocidad, o la posibilidad -esto ya más conocido- de envenenar nuestro arma para poder provocar efectos y daño constante a los enemigos.
Por otro lado, también contamos con habilidades especiales a distancia, como poder cargar un ataque con el arco que marca distintos enemigos y les dispara, o un headshot mortal que si podemos cargarlo durante un tiempo, es simplemente letal y una garantía. Con todo esto, durante las misiones hemos tenido que batallar con enemigos desde distintas alturas, pudiendo acabar con grupos de arqueros disparando a jarras repletas de fuego o a elementos destruibles del escenario para acabar con ellos. Es imprescindible, de hecho, estudiar el escenario antes de atacar sin pensar, porque si no vamos a fracasar en las misiones.
Esto sucede porque la gran cantidad de enemigos que nos encontramos en algunas de ellas o en las raids es enorme, y porque el avance está sujeto a ciertas condiciones. Durante la demo, en estas misiones tuvimos que cargar con enormes arietes para abrir puertas bloqueadas. El problema es que estas zonas están muy vigiladas, y mientas cargamos con la maza, nos lanzarán flechas de fuego, nos atacarán a corta distancia... Por eso, intentar limpiar las zonas elevadas y los enemigos más duros es más que recomendable.
Sobre todo porque uno de los grandes cambios que hemos visto en este título es que abandonamos la regeneración de vida y nos adentramos en una recuperación de vitalidad por objetos. No es como en Souls, que recargamos objetos como estus, sino que mientras avanzamos, podremos recolectar todo tipo de plantas y similares que nos recargan un contador de vida. Este contador es el que nos permite regenerar la vida pulsando la cruceta. Y esta mecánica es la que hace que el juego se nos haya hecho bastante más exigente que sus predecesores, porque si no estás antento, morirás.
Tampoco faltan momentos para despejarnos. Cuando acabamos con la misión principal y proclamamos como rey a nuestro elegido, es el momento de realizar todo tipo de minijuegos durante un tramo de descanso. Entre ellos, un juego de beber cerveza a toda velocidad, un momento para un romance con un compañero de viaje o una zona para romper jarrones en el mínimo tiempo posible.
Asaltos, jefes mitológicos y más
Además de las misiones principales, durante nuestro avance hemos podido probar otros desafíos del mundo de Anglia Oriental. Uno de ellos fueron los asaltos, en los que teníamos que limpiar una zona concreta de enemigos con soldados de nuestra parte, llegando en barca y abalanzándose sobre la zona. Aquí es donde nos encontramos todo tipo de enemigos, con armas dobles, largas lanzas, arqueros, enemigos de élite mucho más duros con patrones diferenciados... La verdad es que es una de las cosas que más nos ha gustado, el ver cómo teníamos que enfrentarnos a distintos tipos de enemigos, muchas veces a la vez, pensando qué estrategia seguir.
También los jefes finales. Desde los que son parte de la misión y que nos obligan a un uno contra uno donde los patrones de los mismos van cambiando por fases, hasta animales legendarios, como el Black Shuck, al que tenemos que buscar en una zona concreta y enfrentarnos a él para conseguir mayores recompensas. Eso sí, no nos pareció demasiado exigente. Sí que tenían más dificultad jefes como Cordelia y Regan, dos espectros que aparecen en ciertas zonas destrozadas por la guerra y que te exigen mucho más, porque tienen ataques sobrenaturales, como ataques con rayos, teletransportaciones y más, pero que acabaron cayendo a nuestras manos.
Había muchos más elementos para explorar en la zona de la demostración. Desde misiones secundarias que nos encontrábamos a lo largo de nuestro periplo, como ayudar a una especie de bruja a terminar un ritual de dudosa efectividad, así como combates con fauna y flora que nos íbamos encontrando a nuestro paso, algunos puzles con retos de parkour incluidos, etc.
Assassin's Creed Valhalla es continuista, y eso salta a la vista. Pero lo que nos ha presentado, al menos durante las cuatro horas de sesión, funciona más que bien. También nos parecía continuista Oddyssey respecto Origins, y la realidad es que el juego conseguía sobrepasar a su predecesor y ofrecer elementos únicos. Valhalla quiere hacer lo mismo: harán falta más horas para ver cómo de relevante son las alianzas que vamos realizando para mejorar y hacer crecer nuestro asentamiento, como se puede sacar provecho de los conflictos entre reinos y facciones y qué efecto real tiene en el juego, así como las decisiones que nos harán tomar y que cambiarán el mapa geopolítico del mundo en el que estamos.
Las distintas armas -entre ellas a doble mano-, las habilidades propias y los estilos de juego -a medida que subimos de nivel podemos potenciar tres caminos diferentes, uno a larga distancia, otro cuerpo a cuerpo y otro de sigilo- también están encima de la mesa para ofrecernos una experiencia más personalizada, algo que solo con el juego final y las horas veremos como funciona. Pero nuestra primera impresión es que la base es muy sólida, hereditaria de las dos anteriores entregas, y tiene capacidad de ofrecer algo diferente. Cuánto de diferente y si es suficiente, lo veremos más adelante. Pero lo jugado, de momento, convence.
- Acción
- Aventura
Assassin's Creed Valhalla es una nueva entrega de la saga de aventura y acción histórica a cargo de Ubisoft Montreal y Ubisoft para PC, PlayStation 4, Xbox One, PlayStation 5, Xbox Series y Stadia ambientada en la era vikinga. Ponte en la piel de Eivor y lidera a tu clan desde los gélidos páramos de Noruega hasta un nuevo hogar en los exuberantes campos de la Inglaterra del siglo IX. Funda tu asentamiento, conquista esa tierra hostil cueste lo que cueste y gánate un lugar en el Valhalla. La Inglaterra de la era vikinga es una nación fracturada, plagada de ruines señores feudales y reinos en guerra, pero bajo ese caos yace una tierra rica e indómita que aguarda a que alguien la conquiste.