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Opinión

Juegos a 80 euros y lo que no vimos venir

PS5 anunció precio y fecha de salida, dos cosas que esperábamos. Lo que no estaba previsto es que el precio de los juegos nos dejara con el pie cambiado. Y no es lo único que nos llega con la nueva generación.

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Juegos a 80 euros y lo que no vimos venir

Llevábamos tanto tiempo pensando en el precio de las consolas y en su fecha de salida, que no vimos venir la letra pequeña de la próxima generación. Al menos de momento en PS5. La consola más esperada saltó a escena para dar respuesta a lo que su principal competidora había puesto encima de la mesa la semana antes. Xbox Series X, la plataforma con mejores prestaciones a nivel de hardware, salía a 499 euros. Y su versión Series S a unos atractivos 299 euros. Tocaba mover ficha de parte de Sony. Y la movió.

Especulábamos con el precio de la consola digital, sobre si estaría suficientemente alejada de Series S o por el contrario, iría al cuerpo a cuerpo. También, porque algunas filtraciones y comentarios de analistas lo indicaban, de la posibilidad que PS5 tuviera un precio de inicio superior. Un poco como pasó en 2006 con Playstation 3. Al final pasó lo que el Corte Inglés nos dijo y se había negado: 499 euros para la versión con disco y 399 para la versión sin disco.

Lo primero, esperable porque se competía en precio con la versión premium de Microsoft. Lo segundo, atractivo si tenemos en cuenta el mensaje que en la batalla de consolas sin disco, PS5 mantiene las especificaciones en sus dos versiones. Pero acabamos todos tan centrados en pensar en esos 50 o 100 euros de más o de menos en el precio final de la nueva generación, que se nos pasó por alto algo que no podíamos (o sí) prever. Algunos de los grandes juegos de PS5 de salida van a llegar a 79,99 euros. 10 euros por encima del estándar actual de los títulos más caros (sin contar ediciones especiales). ¿Nadie lo vio?.

Claro que habrá tiendas con un precio más ajustado, como pasa ahora, pero el precio recomendado es el que es y ese ajuste, por simple regla de tres, ya no será igual. Por no hablar que el precio de salida para quienes quieran la consola más barata, sin disco y todo digital, será ese en las tiendas digitales. Ya no parece tan atractivo el ahorro del lector de discos.

En realidad no es algo que no se nos avisara con antelación. Cory Barlog dijo durante el mes de julio que los precios debían subir para impedir que los títulos se convirtieran en minas de microtransacciones. En junio, Shawn Layden ya había alertado que era una posibilidad cuando dijo que el coste de los juegos había crecido por 10 y que, desde que entró en el negocio, no se habían movido de los 59,99 dólares. Los valores de producción suben. Ok. Otro tema de debate es si la evolución de lo que jugamos respecto a sus predecesores, a nivel jugable, está escalando al mismo ritmo.

Y ahora, a dos meses de la salida de las nuevas consolas, nos encontramos por fin con lo que queríamos. Fecha, precio y juegos. Pero también con una letra pequeña con la que no contábamos. La alegría de ver que las consolas no pasan de los 500 euros dura poco cuando ese temor de pagar 600 por el hardware estará compensado, y con el tiempo rebasado de sobras, juego a juego. De 80 euros en 80 euros. 10 euros extras sumados en cada nuevo juego. ¿A que ya no suena tan ajustado el precio de la consola base?.

No es la primera vez que nos pasa. Esperando la nueva generación en 2013 nos encontramos a Xbox One promoviendo un modelo de negocio que se rechazó sin paliativos y que acabó con Don Mattrick. Se nos impuso los 100 euros de más por Kinect y acabaron reculando tras dos decisiones letales. Y mientras, Sony paseaba triunfal su "modelo tradicional", nos dejó caer, con la boca pequeña, que PS Plus pasaría a ser de pago.

La letra pequeña de la nueva generación está tomando un gran protagonismo. Porque ya no son solo los diez euros que veremos quienes le siguen (de momento, un juego como NBA 2K21 se va a los 75 euros y, lo siento Cory por tus deseos, con los micropagos más que establecidos en su interior). Es también pagar dos veces para tener la nueva versión del mismo juego. O 20 dólares extras para tener Ray-tracing y 60fps fijos. Aunque ya intuíamos que no todos eran CD Projekt, ahora ya lo tenemos claro.

Y lo que se cuenta a medias, lo que se cuenta a posteriori o lo que se cuenta y luego se borra, está haciendo daño. Xbox iba a ofrecer dos años de juegos cross-gen, pero varios de sus títulos se anunciaron sin el logo de Xbox One en el último evento. Sabíamos que Halo Infinite era juego de lanzamiento desde junio de 2019. Ya no sabemos ni cuándo saldrá. En el evento de Sony se nos dijo que FFXVI era exclusivo de consolas. Ahora ya no. Demon's Souls salía "también en PC", pero luego se borró. Los exclusivos de PS5 no son posibles en PS4, hasta que Horizon 2 lo será cuando salga en 2021. Un descontrol que no genera confianza y que a dos meses de salir las consolas, nos hace andar a oscuras.

Queda poco tiempo para la nueva generación de consolas, pero quedan también muchas dudas. ¿Qué hará Microsoft con el precio de sus juegos? ¿Es una estrategia que puede tener marcha atrás? ¿Simplemente Sony ha sido la que ha hecho público lo que entre bastidores ya se sabía? ¿El resto de juegos cross-gen (esos que Sony dijo no quería hacer porque los títulos de PS5 eran imposibles en PS4) seguirán los mismos pasos? A lo mejor hacen un evento para explicarlo y luego lo acabaremos entendiendo con tuits de periodistas en el post-show... En todo caso, dudo que la decisión de Sony sea algo exclusivo en dicha compañía y sí el camino a seguir de manera generalizada a partir de ahora. Ojalá me equivoque.

Queda claro que los 80 euros que nadio vio venir son un golpe importante para el gran público. Ese que esperaba no pagar 600 euros de consola a estrenar por lo que suponía de inversión, y que ahora, cuando recibe un WhatsApp donde se le explica la subida, su respuesta es, simplemente: "¿Cómo?".