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20 años de PlayStation 2: las nuevas franquicias nacidas en la generación, y su evolución

Recordamos las nuevas IP creada en la generación de los 128 bits de Sony, así su recorrido en el tiempo y cómo han sobrevivido… si lo han hecho.

20 años de PlayStation 2: las nuevas franquicias nacidas en la generación, y su evolución

Esta semana conmemorábamos el 20 aniversario de PlayStation 2 que se cumple este mismo año –el próximo día 4 en Japón, finales de noviembre en Europa-, consola que aún presume de ser la más vendida de todos los tiempos con más de 155 millones de unidades. Una de sus mayores credenciales fue, además del éxito de la generación anterior de Sony, fue su extensísimo catálogo, un catálogo que presumía no solo de cantidad, sino también de calidad y lo que es más importante, una variedad inconmensurable en la que había cabida para todo tipo de géneros. De hecho, durante aquella generación de los 128 bits vieron la luz un buen puñado de nuevas IP de las cuales muchas de ellas aún perduran en nuestros días, algunas incluso convertidas ya en iconos de la historia de la marca PlayStation.

El objetivo de este artículo es echar la vista atrás y descubrir otro de los grandes méritos de aquella consola –a veces generación en general-, recordando todas las nuevas franquicias nacidas por entonces, representando también una buena muestra del porqué del éxito de la misma.

Clásicos imperecederos

Probablemente sea de justicia comenzar hablando, cómo no, de God of War. Lo más habitual es que se alcance el techo gráfico de una generación prácticamente en los últimos estertores de la misma, como es evidente, y fue Santa Monica quien logró explotar al máximo el hardware de PlayStation 2 tan solo un año antes de la salida al mercado de PlayStation 3. Conseguir esto con una nueva IP fue una sorpresa doble, ya que los responsables de ello eran un estudio prácticamente inédito, aunque al mando estuviera David Jaffe, quien ya saboreara las mieles del éxito con Twisted Metal. Tras una segunda entrega también en PS2 –y con PS3 ya en muchos hogares- todavía superior, la licencia está en la actualidad en un gran momento gracias a la exitosa iteración de 2018, dirigida por el también director de God of War 2, Cory Barlog.

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Otra franquicia que vive días de gloria actualmente es Devil May Cry. Su quinta entrega, lanzada el pasado 2019, se ha convertido ya en la más vendida de la historia de la licencia, pero sus orígenes se remontan al año 2001, cuando en Capcom comprendieron que la visión que Hideki Kamiya tenía de Resident Evil era demasiado distinta a lo que entonces se entendía como Resident Evil, y la decisión, ahora sabemos que sabia, fue lanzarlo al mercado con el nombre de una nueva IP. Por desgracia siguió una trayectoria irregular, y a una espectacular primera entrega le siguió una mediocre secuela, para posteriormente volver por sus fueros con Devil May Cry 3. La trilogía completa apareció en PlayStation 2, por cierto.

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Dos grandes éxitos de aquella generación, aunque con diferentes destinos y situaciones actualmente, son Splinter Cell y Yakuza. Para ser justos, cabe destacar que la saga de Sam Fisher nació meses antes en la Xbox original, para llegar más tarde –en 2003, concretamente- a PS2, completando una trilogía que se llegó a considerar por entonces incluso un rival a la misma altura que Metal Gear Solid en lo que a sigilo se refiere. Pandora Tomorow y Chaos Theory completaron un tridente para una licencia que posteriormente fue por otros derroteros para terminar volviendo a los orígenes con el notable Splinter Cell: Blacklist (2013), última entrega por el momento y sin visos de ver una próxima a corto o medio plazo. Por otra parte, la suerte que ha corrido Yakuza ha sido bien distinta, ya que pese a ser considerada a priori mucho más nicho, se ha convertido en una franquicia de culto que ha visto recientemente todas sus entregas remasterizadas o rehechas desde cero, llegando incluso a formar parte del catálogo de una consola de Microsoft, algo que parecía imposible no hace mucho.

Y por supuesto, tenemos que mencionar el gran éxito de Square Enix, que sorprendió a propios y extraños con una nueva IP tras una gran entrega de su saga estrella como es Final Fantasy X. Kingdom Hearts (2002) nació con una premisa a priori tremendamente atractiva, como es combinar lo mejor del rol nipón con el carisma de los múltiples mundos de Disney, y así fue recibido, generando prácticamente al instante una legión de millones de fans por todo el mundo. Kingdom Hearts 2 llegaría en 2006, también en PS2, y a partir de ahí, una larguísima sequía hasta Kingdom Hearts 3 (2018), un hueco enorme rellenado por juegos para portátiles y móviles, algunos de ellos casi imprescindibles para comprender una trama complejísima.

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La (segunda) edad de oro de las mascotas

Aunque realmente nunca hayan pasado por una crisis, la realidad es que estos simpáticos personajes vivió una década dorada completa en los años 90, comenzando en la generación de los 32 y 64 bits (Crash Bandicoot, Banjo-Kazooie), pero vivieron una auténtica eclosión en los 128. Muchos de estos juegos fueron además desarrollados por estudios que hoy están considerados pilares absolutos de la marca PlayStation como son Naughty Dog (Jak & Daxter), Insomniac Games (Ratchet & Clank) y Sucker Punch (Sly Cooper).

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Desgraciadamente los tiempos cambian, y la popularidad de cada género con ellos, y la de las plataformas en 3D no es precisamente la mayor actualmente, salvo honrosas excepciones en forma de titanes como Super Mario Odyssey. Ninguna de aquellas franquicias sobrevivió al paso del tiempo, exceptuando de alguna manera a Ratchet & Clank, cuyo fantástico remake pudimos disfrutar hace poco menos de 4 años en PlayStation 4. Eso sí, en la actualidad, los estudios mencionados son algunos de los más importantes de entre los first party de Sony, estrenando dos de ellos además su próximo juego este mismo año: The Last of Us 2 por parte de Naughty Dog, Ghost of Tsushima por la de Sucker Punch. Mientras, Insomniac fue recientemente adquirida por la compañía nipona tras el gran resultado de Marvel’s Spider-Man.

Éxito efímero, o casi

Si antes hablamos de franquicias cuya popularidad se ha mantenido, o incluso aumentado con el paso del tiempo, hay muchas que no han corrido la misma suerte. Entre ellas, el caso más destacado es el de Guitar Hero, nacida en esta generación, consolidada en PlayStation 3, y totalmente borrada del mapa tras un intento fallido de traerla de vuelta con Guitar Hero Live. El género musical rompió con rotundidad sobre todo en la pasada generación, gracias también a la inclusión de nuevos instrumentos –batería- y de juegos como DJ Hero, pero tras los regresos tanto de Guitar Hero como de Rock Band, con una recepción más que fría, podemos darlo por terminado.

Un caso doloroso es el de Burnout, cuya primera entrega data de 2001 y que puso en el mapa a Criterion Games, y que cuenta casi todas sus entregas por grandes éxitos, sobre todo Burnout: Paradise, aparecido ya en PS3 y Xbox 360, y que fue remasterizado recientemente. De hecho, el éxito logrado con Burnout sirvió al estudio británico para desarrollar Black, un shooter en primera persona absolutamente apabullante técnicamente lanzado en 2006, exclusivo temporalmente de PlayStation 2 y lanzado después en Xbox. Hoy, Criterion Games está a cargo de la franquicia Need for Speed, notablemente venida a menos en los últimos tiempos.

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Por su parte, tres de las compañías niponas más importantes de siempre hicieron sus grandes apuestas también en aquella generación. Capcom lanzaría la trilogía Onimusha con un esquema de control y cámara calcado a los Resident Evil clásicos, y con una ambientación puramente nipona –aunque con cierto cameo galo en Onimusha 3- nos dejó una de las mejores nuevas IP de los 128 bits. Lamentablemente, la reciente remasterización de la primera entrega no ha tenido la repercusión necesaria para confiar en que veamos un regreso a medio plazo, pero nunca se sabe tratándose de Capcom y de su estado de gracia actual. También Konami, que triunfó en aquella generación con PES y Silent Hill 2 y 3, lo intentó con Zone of the Enders, cuya primera entrega contó con Hideo Kojima en labores de producción y con mucho éxito en ventas, aunque siempre cabrá la duda de si ese éxito fue más debido a la inclusión de la demo de Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty. Y por su parte, Tecmo reclamó su parte del pastel del terror con una franquicia muy querida por los fans de pasarlo mal a los mandos: Project Zero. Estrenada en 2001, nos situaba con una cámara de fotos como única manera de enfrentarnos a los fantasmas y lograba una jugabilidad y una ambientación muy personales, algo que por desgracia no ha sido suficiente para mantenerse en boga. Su última entrega es Project Zero 5: Maiden of Black Water (2014), exclusiva de Wii U, y aunque su productor haya expresado deseos de retomarla, las esperanzas no deberían ser muchas.

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Tenemos que finalizar este repaso con dos licencias que, afortunada e inesperadamente, sí estarán de vuelta. Una de ellas es Timesplitters (2000), cuyas dos primeras entregas hicieron las delicias de los fans del fps gracias a dos campañas generosas en contenido y radiantes de personalidad, y con un multijugador completísimo en la segunda, concretamente. No sabemos cuándo, pero THQ Nordic trabaja en traerla de vuelta, con su creador original en el plantel de desarrollo, pero con muchas dudas de cómo enfocarla para atraer a un nuevo público. Más sorprendente aún es el regreso de XIII (2003), un original first person shooter basado en un cómic galo y que hizo uso del entonces no tan manido cell shading, haciendo de él uno de los juegos más queridos de aquella generación. Su remake se lanzará este mismo año de la mano de Playmagic, suponiendo una gratísima noticia para los nostálgicos del género.

God of War

  • PS2
  • Acción

La ambientación de este título está inspirada en la mitología griega, con las necesarias salvedades que todo videojuego necesita. La jugabilidad tiene elementos de combate, fases de plataformas y unos cuantos puzzles basados en gran parte en el sistema de control.

Carátula de God of War
9.5