Impresiones One Piece Pirate Warriors 4: nos enfrentamos a Big Mom

Han sido muchos los videojuegos de One Piece a lo largo de los últimos años, como también lo han sido los tropiezos. El manganime más exitoso de todos los tiempos no ha encontrado todavía un género donde brillar, pero es innegable que donde mejor se encuentra, donde mejor se expresa, es con Koei Tecmo en forma de musou. Omega Force vuelve a tomar los mandos tras las buenas sensaciones del tercer episodio numerado de la saga, esta vez bajo el nombre de One Piece: Pirate Warriors 4, que se presenta como una evolución lógica de lo visto en 2015. Lo hemos jugado en Gamescom 2019.

Pequeños cambios, mejoras sensibles

Una de las novedades de esta entrega, prevista para el próximo año para PS4, PC, Xbox One y Nintendo Switch, son los personajes gigantes o de grandes dimensiones. Esta manera de alterar las dimensiones físicas de algunos jefes finales tiene un efecto directo en el combate. Sin ánimo de hacer ningún tipo de spoiler —advirtiendo, eso sí, que jugar a este título da por hecho que estamos al día con la saga de los Yonko, tras los sucesos en Dressrosa—, cabe decir que la demo nos sitúa en medio de Whole Cake Island, lo que confirma que en esta entrega tendremos Silver Mine y Zou, como ejes principales argumentales de las historietas de Eiichiro Oda.

No hace tanto desde que jugamos a One Piece: Pirate Warriors 3, por lo que nos fue sencillo ver las diferencias, cambios y mejoras del cuarto episodio. Para empezar, el diseño de los escenarios, ahora no son hectáreas abiertas y planas sino que hay más complejidad sobre el papel. Recovecos, dobles alturas, estorbos o incluso suerte de atajos. No son cosas que parezcan marcar la diferencia, pero cuando nos ponemos a manejar a Monkey D. Luffy sí sentimos que este musou es más ambicioso que antes. Se toman ciertas licencias como ya lo hizo notablemente Dragon Quest Heroes, solo que esta vez en vez de arrimarse al rol lo hacemos con las técnicas de los personajes gigantes.

Más allá de las rachas de 500, 1000 y 1500 enemigos abatidos, algo que no cambia, tendremos en cierto momento del combate la opción de hacernos gigantes si tenemos la energía suficiente. Cuando llegó Big Mom no solo fueron cambios estéticos, el peligro se incrementaba constantemente al recibir ataques desde arriba, abajo, izquierda y derecha. Afortunadamente tenemos la opción de fijar a los enemigos, algo que atenúa —de forma más o menos acertada— uno de los mayores problemas históricos de la saga: la cámara. Esta vez nos volverá a jugar alguna que otra mala pasada si la posición de ésta choca con algún elemento del escenario, dejándonos así vendidos por unos instantes. Por suerte, la sensibilidad por defecto es alta y no hemos tenido problemas, a lo que hay que sumar el distanciamiento y posición más elevada de la cámara, dejando espacio suficiente en pantalla para situarnos, desplazarnos o lo que fuese pertinente.

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Omega Force hace vibrante el enfrentamiento contra un Yonko

Las voces de los personajes son las mismas que las del anime, algo que nos confirmó allí mismo el equipo de Bandai Namco, siempre hablando del doblaje en japonés. Artísticamente el juego cumple, se nota que estamos a finales de generación y es terreno dominado. No tuvimos una sola caída de imágenes, algo que nos sorprendió por ser una versión de prueba (jugada en PS4) y tampoco problemas en la representación de texturas.

Hay mayor carga poligonal en pantalla y el diseño cosmético de los escenarios; todos los elementos que no hacen más que formar parte de la ornamentación de estos coloridos mundos del señor Oda, así como las animaciones, están más conseguidas. Las sombras tienen algo más de detalle, la luz impacta mejor y la paleta de colores tiene colores más naturales, no tan saturados.

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Una vez conseguimos reducir la vida de Big Mom y defender la zona terminó el combate, que estaba acompañado de una cinemática que ya no pudimos grabar. La estructura, por tanto, será esa: en vez de jefes finales de zona encerrados en cuadriláteros, ahora será más parecido a lo que ya sucedió en su día con Hyrule Warriors, el spin off de The Legend of Zelda desarrollado por ellos mismos, donde habrá personajes voluminosos en medio del terreno con diferentes debilidades, patrones y envestidas. Controlar a Luffy en Gear 4 Boundman nos hizo inevitable esbozar alguna que otra sonrisa. Nos llamó la atención que el peso del personaje varió ostensiblemente, casi un globo sin apenas gravedad.

Credenciales para superar a sus antecesores

One Piece: Pirate Warriors 4 no gustará a quienes llevan toda la vida sin encontrar el atractivo del género musou, pero es también menester decir que se trata de la entrega más sólida en cuestiones jugables y técnicas de las cuatro hasta ahora. Está por ver qué modos de juego adicionales se incluyen, desde dónde y hasta dónde abarcará la historia y si habrá sorpresas en el elenco de personajes.

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En Gamescom 2019 nos confirmaron que la lista de personajes jugables que teníamos hasta ahora está en lo cierto, que es la siguiente: Monkey D. Luffy (Gear 4 Boundman incluido), Sanji, Jinbe y los hermanos Vinsmoke: Reiju Vinsmoke, Ichiji Vinsmoke, Niji Vinsmoke y Yonji Vinsmoke.

En lo que respecta a los enemigos sabemos que estarán Big Mom con Zeus, Prometheus y Napoleon, los Chess Soldiers y, en lo que respecta a localizaciones, se han visto ya el archipiélago Sabaody y Whole Cake Island.

One Piece: Pirate Warriors 4 se lanzará en 2020 para PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch y PC.

Puedes consultar toda la cobertura de Gamescom 2019 del equipo de MeriStation aquí.