La importancia de Mary Jane en Marvel’s Spider-Man

Este artículo incluye spoilers de Marvel’s Spider-Man.

No siempre se ha presentado una gran Mary Jane en los cómics de Spider-Man; tenemos ejemplos como One More Day (Joseph Michael Straczynski y Joe Quesada, 2007), pero Marvel’s Spider-Man pone de manifiesto que sí se pueden hacer las cosas bien con los personajes secundarios, especialmente en aquellos que no son enemigos.

Porque MJ, a pesar de diferir enormemente de lo que leemos en Amazing Spider-Man, respeta y no descuida la figura de un elemento trascendental en el desarrollo de Peter Parker como personaje. Es más, en esta producción sirve también como apoyo narrativo y darle al título su dosis de dramatismo, incluso humor y, por supuesto, infiltración.

Afinidad y apoyo recíproco

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Una vez completado el juego, es imposible no recordar la escena de la conversación por chat, como una pareja de a pie que discute por WhatsApp y no se entienden entre sí por las limitaciones que supone la comunicación no verbal. “¿Me estará entendiendo bien?” “¿Me he expresado correctamente?” “¡Oh, mierda! No quería decir eso”. El día a día.

Y es que ese día a día se palpa en el ambiente de forma realmente notable en este videojuego gracias en gran medida a las conversaciones de radio con J. J. Jameson, que profundizan incluso en el lore del personaje; pero sobre todo con las escenas de Mary Jane. No nos referimos a cuando interviene por teléfono en misiones secundarias, sino en todo lo que afecta a la historia principal.

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Su papel como periodista, un perfil preocupado, minucioso, ordenado y metódico, choca con la pérdida de Peter consigo mismo. MJ ayuda a Peter a ser quien es, tanto cuando tiene la máscara como cuando se la quita. El momento de la ropa desperdigada por la cocina, la el desasosiego cuando van las cosas mal… Ese papel de “madre” en ciertos momentos establece una línea que separa muy bien a ambos perfiles; además, demuestra que Mary Jane no es aquí un personaje débil, ensombrecido por el poderío del verdadero protagonista. No está perdida, no es la princesa a la que hay que rescatar cuando al villano de turno se le cruzan los cables (es más, ayuda al propio Spider-Man…) como hicieron las películas de Raimi y Webb con tanto ella como Gwen Stacy.

Predicando con el ejemplo

MJ no es el estereotipo al que estábamos acostumbrados, sino al que no estamos acostumbrando en esta industria con otras tantas figuras femeninas recientes que a todos nos viene a la cabeza. Digamos que son dos polos que se imantan al uno al otro, que equilibran la balanza para generar orden.

La relación entre ambos no se ha escrito sin fallos, por supuesto, pues nos engaña en algunos momentos donde pensábamos que la joven pelirroja iba a implicarse aún más en la historia. Finalmente el héroe es el héroe, por lo que de cara a una posible secuela está claro lo que pedimos, que siga habiendo atrevimiento en el equipo de Insomniac Games, pues ese atrevimiento es lo que ha permitido y encauzado al Peter Parker más convincente y fascinante que recordamos en la historia audiovisual reciente.

En otro artículo podemos hablar sobre las luces y sombras de Peter como personaje, de esa dualidad entre el ángel de la guarda de Nueva York y el científico que no deja de tropezar concatenando infortunios. La pregunta es clara, ¿hubiese sido lo mismo Marvel’s Spider-Man sin esta Mary Jane? Posiblemente no, y eso tiene mucho valor en un momento donde cada vez hay más visos de cambio y evolución en la figura femenina en los videojuegos.

Marvel’s Spider-Man está ya disponible en PlayStation 4. Puedes leer nuestro análisis en este enlace; por aquí tienes también nuestra guía.