Lamplight City, análisis Pc

Los aficionados a las aventuras gráficas vivimos una época maravillosa. La cantidad y calidad de nuevos títulos de este género que estamos recibiendo en los últimos tiempos nos hace sentir como hace 25 años cuando la aventura gráfica era una de las reinas indiscutibles en la industria. Si hace poco más de un mes hablábamos de la nueva aventura de ese pilar moderno del género que es Dave Gilbert, la genial Unavowed, hoy os traemos la nueva propuesta de Francisco González, quién publicó sus dos primeros títulos bajo el auspicio de la compañía de Gilbert, Wadjet Eye Games. En 2014 lanzaba A Golden Wake, una aventura gráfica ambientada en los años 20, y en 2016 hacía lo propio con Shardlight, la cual transcurría en un desolador futuro distópico post apocalíptico. Dichas aventuras dejaron su poso entre los seguidores del género por su calidad y personalidad, de ahí que este Lamplight City que hoy nos ocupa lleve teniendo un lugar destacado en el punto de mira de los seguidores del género desde que empezamos a saber de ella, hace aproximadamente dos años y medio. Debido a ciertas discrepancias, la nueva obra de Francisco González no lleva el sello de Wadjet Eye Games, siendo distribuída por Application Systems Heidelberg, que hace unos meses también publicó la excelente aventura gráfica Unforeseen Incidents.

 Y ya desde este momento os podemos confirmar que estamos ante una de las grandes aventuras gráficas de los últimos años, un título que además de por su propia calidad, ha sabido buscarse un enfoque personal y diferenciador que lo hace destacar entre otros lanzamientos del género. La nueva obra del señor González sabe aunar con maestría una trama detectivesca que nos atrapa, con unas mecánicas y desarrollo personales y frescas enfocadas a potenciar dicha ambientación, haciéndonos sentir como un auténtico detective que tiene que poner lo mejor de sí mismo para conseguir desentrañar cinco complejos casos. Lamplight City aboga por un desarrollo centrado en las conversaciones, en la búsqueda y gestión de la información, elminando casi por completo los puzles de inventario, ya que de hecho si ni siquiera contamos con uno propiamente dicho.

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Este desarrollo detectivesco algo más alejado de los cánones más tradicionales de la aventura gráfica resultó rompedor en su momento en el clásico Discworld Noir, y también fue empleado por el propio Gilbert en su icónica saga Blackwell. Sin embargo, Francisco González ha llevado este enfoque un paso más allá, ya que como verdaderos detectives podemos errar en nuestras conclusiones, y según nuestras acciones veremos como descubrimos o perdemos hilos de pistas vitales, lo que marcará nuestro devenir a través de los 5 casos de la aventura. Lamplight City clava la sensación de ser un verdadero detective, ofreciendo múltiples posibilidades y diferentes rutas y aproximaciones en función de nuestro buen (o mal) hacer detectivesco, llegando al punto de que quizá ese sospechoso al que hemos incriminado como culpable en la resolución de un caso no sea tal, lo que tendrá consecuencias muy tangibles en el devenir de la aventura. Si a este acertadísimo y original desarrollo sumamos una ambientación steampunk tremendamente atractiva, unos personajes complejos e interesantes, y un trabajo audiovisual a la altura, es fácil darse cuenta de que estamos ante un nuevo imprescindible moderno dentro del género de la aventura gráfica, cosa que ya sospechábamos en nuestro reportaje con las 10 aventuras gráficas más prometedoras para este 2018.

Steampunk, detectives y voces del más allá.

Lamplight City transcurre en la ciudad imaginaria de Nueva Bretaña, inspirada entre otras en la Nueva York y Nueva Orleans de principios de siglo 19. Dicha ciudad hace gala de una cuidadísima ambientación que mezcla el steampunk con aires Victorianos con gran maestría, siendo este uno de los puntos fuertes del juego. El protagonista de la aventura es el antiguo detective del cuerpo de policía de la ciudad, Miles Fordham. Durante la investigación de un misterioso robo en una floristería en la introducción al título, nuestro compañero Bill es asesinado, lo que tiene graves consecuencias en la vida de nuestro protagonista. Por un lado esto supone su abandono imnediato al cuepo de policía, ya que además de autoculparse de la tragedia, sus propios superiores y compañeros le ven responsable de los hechos. Y lo que es más grave y chocante, es que a partir de ese momento, nuestro protagonista pasará a escuchar de forma constante en su cabeza a su compañero fallecido, el cual nos espolea a descubrir la identidad de su asesino para poder alcanzar el descanso eterno.

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Esto supone un verdadero trauma para nuestro protagonista, ya que la voz de su compañero está constantemente en su cabeza y le acompaña en todo momento, lo que le obliga a tomar una suerte de droga para poder conciliar el sueño. Esta peculiar relación es otro de los puntos que le dan personalidad al título, y que además pone una buena dosis de humor y comicidad a la aventura. Nuestro lacónico compañero fallecido siempre hace gala de un humor ácido y afilado y pone una gran contraposición al talante más serio y comedido del personaje al que controlamos. De hecho nuestro compañero pugna constantemente por arrebatarle el protagonismo al propio Miles, ya que por ejemplo será su voz la que haga los pertinentes comentarios descriptivos cada vez que hagamos click en objetos o personajes para obtener más información.

Tras abandonar el cuerpo de policía, será nuestra vieja compañera en el mismo, la dicharachera Upton, la que nos pase una serie de casos que no están siendo solucionados por la vías oficiales. Así, tras la primera investigación introductoria donde fallece nuestro compañero, deberemos resolver 5 casos independientes entre sí, en el órden preestablecido de antemano. Se trata de investigaciones variadas y siempre interesantes. Y lo que es mejor, siempre complejas y llenas de sospechosos, de pistas falsas y posibles resoluciones. Y las consecuencias de nuestras decisiones tendrán peso tanto en ese caso como en los siguientes. No solo por el hecho de que acusemos a una persona equivocada, si no por ejejmplo si en un caso conocemos a un personaje, dependiendo de como lo tratemos éste puede tener un papel de vital importancia a la hora de resolver otro caso o ni siquiera darnos opción a hablar con él en función de nuestras acciones. Los casos son siempre interesantes y nos atrapan por completo hasta resolverlos, y la aventura deja un gran sabor de boca, especialmente si somos buenos detectives y conseguimos llegar a buen puerto, dejándonos finales mucho más amargos si nuestras dotes para la investigación no están a la altura.

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Adiós inventario, hola libreta de notas.

Como ya hemos comentado, unos de los principales éxitos de Lamplight City es su enfoque detectivesco. Para ello, no ha tenido el menor problema en eliminar el inventario, pese a que sí que nos encontraremos algunos objetos que deberemos recoger y emplear en determinadas situaciones. La pantalla de juego está completamente limpia, mostrando la acción y un cursor contextual que variará en función de las acciones disponibles para interactuar con objetos y personajes. Si desplazamos el cursor a la zona superior de la pantalla, aparecerán unas pestañas, que además de las pertinentes de opciones y salvar y cargar partida, nos permitirán acceder a un mapa para desplazarnos por las diferentes localizaciones disponibles, y la gran protagonista, nuestra libreta de notas.

Dicha libreta de notas cuenta a su vez con 4 pestañas. La primera es una descripción del caso actual y posibles vías de acción para resolverlo, que se irán añadiendo a medida que las descubramos y desaparecerán una vez exploradas. En la segunda pestaña tenemos una serie de pistas que iremos descubriendo a medida que investiguemos. La tercera pestaña es vital, ya que marcará el devenir de la aventura. Es la pestaña de sospechosos, y en ella, una vez reunamos pistas incriminatorias suficientes aparecerá el nombre de la persona a la que podremos declarar culpable del crimen, dando por terminado el caso en ese momento.Ojo, porque es muy probable que nuestro sospechoso no sea el culpable pese a que los indicios indiquen lo contrario en un principio. Incluso llegaremos a tener varios sospechosos anotados a la vez, teniedo que decidir a quién culpamos. Y lo que es más complejo aún, si no somos cuidadosos o forzamos demasiado ciertas situaciones, llegaremos a un punto muerto en el caso, por lo que en la pestaña de sospechosos aparecerá la opción de declarar el caso como no resuelto, pasando automáticamente al siguiente, por supuesto siempre con implicaciones por no haber dado con el criminal. La cuarta y ultima pestaña de la libreta de notas es donde se almacenarán todos los documentos que obtengamos a lo largo del caso.

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A tenor de lo comentado en el párrafo anterior de los sospechosos y los puntos muertos en los casos, este desarrollo ramificado y con multitud de variantes es otro tremendo acierto en la obra del señor González. Porque además de verdadero peso y consecuencias en la aventura, la implementación no podría ser más orgánica, acertada y potenciadora de ese desarrollo detectivesco que se busca en la aventura. Lo que marca este desarrollo no es la elección de una línea de diálogo entre la típica buena o mala, blanca o negra, como pasa en otros títulos. Aquí todo viene como consecuencia de nuestras acciones, de nuestro desempeño como detectives. Presiona demasiado a un testigo, abusa de su confianza para husmear en su privacidad, y este se cerrará en banda, perdiendo esa línea de investigación. Trata de acceder a determinada localización sin la información necesaria, fuerza todas las líneas de diálogo y verás como dicha localización deja de ser accesible, con todas sus consecuencias. Y sin embargo no hay puntos muertos. Busca otra línea de investigación, acusa a ese sospechoso pese a que algo dentro de ti te dice que realmente es inocente, o deja el caso como no resuelto y pasa al siguiente y sigue con la aventura.

De hecho, no es necesario resolver todos los casos de forma satisfactoria para alcanzar el final de la aventura. Esto hace ideal el título para jugadores de todo tipo, tanto expertos acérrimos al género como jugadores nóbeles, ya que si bien resolver todos los crímenes dando con el culpable correcto es una tarea ardua que exigirá lo mejor de nosostros mismos, el ir avanzando por la aventura hasta el final es tarea más sencilla si nos limitamos a buscar las pistas justas para culpar al primero que se nos cruce o dejar el caso inconcluso. Eso sí, los finales que nos ofrecerá la aventura estarán a la altura de nuestro desempeño, por lo que para alcanzar una conclusión satisfactoria deberemos tratar de emplear nuestras mejores dotes investigadoras. El juego duras unas 8-10 horas, pero dadas la multitud de variantes y ramificaciones que ofrece, seguro que nos pica a probar otra línea de investigación o ver que habría pasado de culpar a otro sospechoso del crímen, lo que le otorga gran rejugabilidad. La aventura se lanza con textos únicamente en inglés y alemán, y voces en inglés, al precio recomendado de 14,99 euros en las tiendas digitales habituales.

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El pixel al servicio del arte

Como es habitual en los títulos de Francisco González, Lamplight City hace gala de un apartado visual pixel art de gran calidad. Destacan especialmente los fondos, recargados, trabajados, y que saben plasmar con gran efectividad esa sociedad steampunk que mezcla los pimeros ramalazos de la revolución industrial con una sociedad donde la pobreza y la decadencia tienen un papel destacado. La paleta de colores, oscura y ominosa, refuerza el gran trabajo gráfico puesto en el título. Quizá alguna animación no sea lo fluída que debería, pero se le perdona sabiendo que el juego es el enésimo fruto de ese humilde motor tan empleado para realizar aventuras gráficas, el Adventure Game Studio cuya versión inicial lanzó Chris Jones en el ya lejano 1997.

Lo que resulta sorprendente es el trabajo de doblaje del que hace gala el juego. Y es que al no contar esta vez con Wadjet Eye Games como distribuidora, cuyos doblajes nunca nos cansamos de alabar, pensábamos que este apartado se resentiría en esta ocasión. Y no solo no es así, si no que la calidad de dicho apartado es magnífica, contando incluso con varias voces habituales en los juegos de la compañía de Gilbert. Nos encontramos por tanto con unas voces excelentemente caracterizadas que dan empaque a las personalidades de todos y cada uno de los personajes que nos encontramos en la aventura. La banda sonora sí que quizá ocupa un lugar algo más en segundo plano, sin destacar excesivamente ni dejar ninguna melodía para el recuerdo, limitándose a cumplir su cometido con efectividad y sin alardes.

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